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TRAYECTORIA

Temor por el témpano desprendido de la Antártida y el Irízar

El Instituto Antártico Argentino empezó a monitorear el témpano de 1.500 km cuadrados que se desprendió de la Antártida y pone en riesgo al rompehielos Irízar.

El iceberg que tiene 7 veces el tamaño de la Ciudad de Buenos Aires y se desprendió el domingo (22/1) de una plataforma de hielo cerca de una estación científica del Reino Unido en la Antártida, podría comprometer la seguridad del rompehielos ARA Almirante Irízar, que este miércoles (25/1) zarpará desde Ushuaia hacia el continente blanco.

Monitoreo

El Instituto Antártico Argentino (IAA) está monitoreando el témpano para evitar que afecte el trayecto del rompehielos.

Dos imágenes que fueron tomadas por el satélite argentino Saocom 1A de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae): una de ellas se registró el lunes a las 14 horas y la segunda, que muestra al témpano más separado, fue obtenida este martes (25/1).

El bloque de hielo, de 1.550 km² se desprendió de la capa flotante el domingo después de que la fuerte marea en la región aumentara la grieta que ya existía en la plataforma de hielo, según informó el British Antarctic Survey (BAS).

Hace dos años, otro iceberg de tamaño similar ya se había desprendido en la misma región, llamado Brunt Ice Shelf, donde se encuentra la base científica británica Halley VI.

Sobre el nuevo desprendimiento, Sebastián Marinsek, jefe del Departamento de Glaciología del IAA explicó en declaraciones a la agencia estatal de noticias Télam: "Hay otras imágenes del témpano circulándose, pero son ópticas y tienen nubes. En cambio, esta imagen tomada por el satélite argentino tipo radar es más nítida porque la luz la genera el propio satélite, envía una señal de radar, atraviesa las nubes, llega hasta la superficie y vuelve. El satélite puede ver a través de las nubes".

Peligro para los barcos

Marinsek advirtió que el peligro del témpano es que se mueve y es una pared que tiene 40 metros de alto, 40 kilómetros de ancho y 60 kilómetros de largo.

"Si un barco se lo encuentra de frente tiene que dar la vuelta o esquivarlo, ese es el problema; es un objeto muy grande de 1.500 kilómetros cuadrados", indicó.

Rompehielos Almirante Irizar.
El rompehielos ARA Almirante Irízar se dirige a la Antártida.

El rompehielos ARA Almirante Irízar se dirige a la Antártida.

Por ese motivo, desde el IAA se contactaron con el capitán del rompehielos Irízar Carlos Recio, e intercambiaron información con el equipo de glaciólogos que forma parte de la tripulación.

El experto en glaciares afirmó que el desprendimiento "no va a afectar a Base Belgrano II de Argentina", ubicada a 350 kilómetros del lugar, pero aclaró que "es necesario monitorear cuando pase el rompehielos Irízar que esté a una distancia prudencial".

No obstante, señaló que la Antártida tiene 14 millones de kilómetros cuadrados de glaciar, y es necesario analizar la masa de hielo desprendida en ese contexto.

Desprendimiento "natural"

"Cuando el glaciar es muy grande los témpanos que se desprenden también son grandes, entonces 1.500 kilómetros cuadrados contra 14 millones es una porción chiquita con respecto a la Antártida, es importante ponerlo en proporción", explicó el experto.

Marinsek señaló que se trató de un desprendimiento "natural" vinculado al propio ciclo de los glaciares.

Su afirmación está en línea con los especialistas británicos que descartaron que se trate de un efecto del calentamiento global del planeta.

"El desprendimiento se dio por causas naturales y por el momento no detectamos fauna en la zona, porque en algunos meses se congela ese lugar y el témpano quedará atrapado ahí con el agua congelada, quieto hasta que el año que viene se descongele de vuelta. Desde el punto de vida humano, presenta un problema de navegación a considerar", añadió.

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