Victoria Villarruel y una designación polémica en el Senado: "Es un escándalo"

La información la dio a conocer el periodista Gustavo Berón, del diario Clarín, designación que ya genera críticas y polémicas hacia una vicepresidenta con una imagen cada vez más debilitada por su alejamiento o/y guerra contra su compañero de fórmula, el presidente Javier Milei.

El nombre de Gestoso Presas no pasa desapercibido y genera polémica por su cuestionado pasado: fue acusado en 2008 de ordenar la quema de libros de registros del Hospital Militar de Salta, que podrían haber contenido datos sensibles sobre nacimientos durante la dictadura militar. Aunque en 2014 fue sobreseído, el caso dejó una huella en su carrera dentro de las Fuerzas Armadas.

El pasado del nuevo funcionario del Senado

En aquel momento, Gestoso Presas era jefe de la Compañía de Inteligencia 5. Los libros, hallados en el lavadero del hospital y afectados por humedad y moho, fueron entregados por el director del hospital, Carlos Tozzeto Arias, al propio Gestoso. Este, alegando que el material no tenía valor, ordenó su destrucción. Pero el capitán encargado de ejecutar la orden optó por preservar los documentos y entregarlos al Ministerio de Defensa, que entonces dirigía Nilda Garré.

La denuncia fue inmediata y la Justicia investigó el caso. Aunque los fiscales apuntaron a un posible delito vinculado a crímenes de lesa humanidad, finalmente ambos militares fueron sobreseídos por prescripción, y pasados a retiro.

Uno de los libros destruidos pertenecía al área de Maternidad del hospital en 1976, lo que alimentó la sospecha de que podría contener datos sobre apropiación de menores u otros delitos del terrorismo de Estado.

El armado silencioso de Victoria Villarruel

La llegada de Gestoso Presas no es un hecho aislado. Se enmarca en una serie de movimientos estratégicos por parte de Villarruel, que viene rodeándose de figuras con pasado militar o vínculos con áreas de inteligencia, para, según algunas fuentes, empezar a trabajar en una posible candidatura.

En noviembre de 2024, designó como director de Seguridad del Senado a Claudio Gallardo, exjefe de Inteligencia de César Milani, quien supo ocupar cargos durante el kirchnerismo. Gallardo ganó poder en el entorno de Villarruel y, según fuentes legislativas, es quien está detrás del desembarco de varios exuniformados en la estructura administrativa de la Cámara Alta.

Otro nombre con peso en este esquema es el del politólogo Mario Russo, asesor clave de la campaña de La Libertad Avanza en 2021. Aunque fue corrido del equipo de Javier Milei con la llegada de Santiago Caputo, Russo fue recuperado por Villarruel y este mes fue nombrado como director general del Cuerpo de Asesores del Senado.

Justamente ese nombramiento también generó polémica y furia dentro de las filas libertarias. La diputada nacional Lilia Lemoine, enfrentada públicamente con Victoria Villarruel, se quejó en su cuenta de X de dicha designación:

"Victoria Villarruel designó en el Senado a un tipo que denuncié en 2022 por agredirme físicamente (estando borracho o drogado, no sabemos) hubo muchos testigos. Hice la denuncia pero ahora lo llevan a trabajar al edificio donde como diputada me lo puedo cruzar. Es un escándalo", escribió.

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Reacomodamientos y salidas

En paralelo a estas incorporaciones, Villarruel también reconfiguró su círculo íntimo: despidió a Juan Martín Donato y a su vocero Gaspar Bosch, mientras que Emilio Viramonte Olmos, quien había asumido como secretario administrativo, renunció tras apenas dos semanas en funciones.

Además, designó a Cristian Dellepiane como subdirector general de Asuntos Jurídicos. Dellepiane fue funcionario durante el gobierno de Cristina Kirchner, como director nacional de Dictámenes en la Procuración del Tesoro.

Detrás de los movimientos de nombres y cargos, lo que asoma es un proceso silencioso pero decidido de reorganización interna en el Senado. Villarruel avanza con un perfil propio, más ligado a las Fuerzas Armadas y a figuras con experiencia en seguridad e inteligencia. Esa estrategia, sin embargo, no está exenta de tensiones y suscita críticas dentro y fuera del oficialismo.

Con cada designación, la vicepresidenta consolida su estilo y deja en claro que su armado político no se limita a acompañar a Javier Milei, sino que busca moldear una estructura de poder autónoma, con raíces firmes en un sector con el que mantiene una afinidad ideológica histórica: las fuerzas de seguridad y defensa.

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