La muerte del soldado ocurrió el 1 de junio en Zapala, y los resultados de la autopsia, conocidos hace unas horas, elevó aún más las sospechas sobre el hecho. La investigación "camina a paso lento", "nos toman el pelo", y "es una burla", dice la familia de Pablo Jesús Gabriel Córdoba, quien tenía 21 años y era soldado voluntario en el Grupo de Artillería 16 de Zapala (entre 1981 y 1996, Grupo de Artillería 161), en la provincia del Neuquén.
COMO HACE 30 AÑOS
¿Otra vez? Extraño 'suicidio' del soldado en el Regimiento de Zapala
El joven soldado se habría dado 2 tiros en la cabeza con un arma que mide casi un metro. Y no se llevaron adelante los protocolos ante casos de muertes violentas dentro de instituciones del Estado... Como hace 30 años.
Allí, hace casi 30 años, más precisamente, en marzo de 1994, asesinaron al soldado Omar Carrasco. La maniobra de encubrimiento del crimen fue escandalosa, pero los autores nunca fueron castigados porque la causa prescribió. Su crimen terminó con el servicio militar obligatorio.
Pero ahora, a casi 30 años, vuelven a surgir sospechas en torno a la muerte de un soldado y una vez más, la justicia federal parece estar varios pasos atrás de la investigación.
Para darle impulso a la investigación, la familia del Pablo se constituyó en querellante. Ellos descartan la hipótesis de suicidio y advierten que "esto se puede repetir, y le puede pasar a cualquiera".
Según dijo el abogado de la familia Maximiliano Orpianessi, pedirán un trabajo pericial que integre estudios balísticos, la autopsia y las declaraciones testimoniales. "La querella tiene una línea investigativa propia", aseguró el abogado.
Y afirmó que "esta causa tiene muchas particularidades". Entre ellas, la causa de la muerte. Córdoba recibió dos disparos de fusil FAL en la cabeza, ambos "con capacidad de provocarle lesiones cerebrales importantes", dijo el letrado al diario 'Río Negro'
Además, "la primera persona que lo encontró declaró que el arma estaba a un metro del cuerpo, pero otros testigos dicen que estaba encima".
Hasta ahora no se sabe si de ese fusil salieron los proyectiles que hirieron en la cabeza a Córdoba. Las balas tienen orificio de entrada y salida, y no habrían sido recuperadas para el cotejo.
Según la documentación que obra en la causa, se encontró una sola vaina servida en inmediaciones del cuerpo.
Orpianessi señaló que este viernes participará en Zapala de una inspección ocular en el lugar donde fue hallado el soldado voluntario herido de gravedad, en un horario impreciso entre las 6 y las 7 de la mañana. Murió en el hospital de Zapala a las 8:55.
Sospechas sobre la muerte
El jueves 1 de junio a la madrugada estaba patrullando el puesto Casino de Oficiales, a 400 metros de la guardia central. No es un sector fijo, debía caminarlo. Su turno terminaba 8.30.
Según el mencionado medio, Natalia Uribe, su mamá, dice que a las 6:40 recibió "el peor llamado que cualquier madre puede recibir". Le dijeron que su hijo había tenido un accidente. El primero en enterarse fue el padre, Juan José Córdoba, quien lo fue comunicando al resto de la familia. "Yo pensé que lo habían atropellado, porque siempre andaba en bicicleta", contó su hermana Daiana.
A las 7:10, el jefe de la Policía Federal de Zapala, comisario Julio César Lucero, le informó al secretario penal del juzgado federal de la ciudad, Matías Álvarez, que un soldado voluntario "intentó quitarse la vida" en el interior del Grupo de Artillería. El jefe es el teniente coronel Isidro Germán Green, y fue él quien avisó a la Policía.
Pablo Córdoba fue trasladado al hospital de Zapala en ambulancia. En el hospital se encontraron Juan José y Natalia, a quienes recibió el doctor D'Angelo, que atendió a Pablo cuando llegó herido desde el regimiento. "Nos contó que fue un accidente, que tenía dos disparos y que se lo llevaban a una clínica para hacerle una tomografía. Yo alcancé a verlo a mi hijo, tenía la cabeza vendada, pero el rostro descubierto. Estaba inconsciente", dijo la mamá.
Una hora después, regresaron a Pablo y otra vez el mismo doctor D'Angelo fue tajante: "No hay chances de que sobreviva. Morirá en minutos, en horas", recuerda Natalia "las palabras de terror". Los padres se dirigieron al shock room donde se encontraba Pablo. "Le agarramos la mano, estuvimos a su lado hasta que a las 8.55 nos avisaron que lo desconectarían". "No hay nada que hacer, ya no está acá", les dijeron.
Ni Juan José ni Natalia entienden cómo no se esclarece el hecho "en un regimiento donde en ese momento había unas veinte o tres personas. ¡Cómo puede ser que haya pasado tanto tiempo y no tengamos las cosas claras". "Desde el Ejército noto cierta indiferencia y desinterés. El jefe de la Unidad donde estaba Pablo, el teniente coronel Green dice que está dispuesto para cuando lo llame la Justicia pero hay poca voluntad", dice Córdoba.
Además, hay dudas sobre la manera que se preservó el lugar del hecho: si bien se menciona que colocaron una cinta perimetral, no trascendió si relevaron huellas de calzados, vehículos u otros elementos.
Se menciona, en un acta, que levantaron objetos y los fueron metiendo en bolsas. No hay registros de que se haya convocado a expertos en criminalística, ni forenses, ni en análisis de escenas del crimen, ni en secuestros de elementos, peritos balísticos. Nada de lo que indican los protocolos ante casos de muertes violentas dentro de instituciones del Estado. Como si en 30 años nada hubiera cambiado...
De hecho, hay una mención del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de Neuquén sobre estas desprolijidades:
El juzgado federal de Zapala está vacante y lo subroga Hugo Greca desde Roca, a 235 kilómetros de distancia. Se quedó con el expediente, no lo delegó en la fiscalía que tiene una sede en la ciudad, según publicó el diario 'Río Negro'.
La autopsia
Pablo no sobrevivió a las heridas: falleció 8:55 de ese 1 de junio. Pronto trascendió que la causa de la muerte no había sido un disparo de arma de fuego, sino dos, ambos en la cabeza. Su familia empezó a exigir una investigación más profunda, y descartó la hipótesis del suicidio.
El informe de autopsia, realizado por Alberta Haydée Fariña, la jefa del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de Neuquén, se conoció hace horas.
Pablo presenta dos disparos en la cabeza:.
Los disparos fueron a quemarropa. Según la forense: "la distancia entre la boca del fuego y el blanco corporal se encuentran entre los descritos como contacto estrecho". Tan cerca estaba el caño del fusil que dejó una marca de ahumamiento en la piel...
"Es imposible que se haya disparado Pablo con un FAL dos veces... Estaban muy distantes los impactos. En un principio creímos que los dos disparos podrían estar uno cerca del otro, pero cuando leímos en informe médico del Hospital de Zapala y dos semanas después los detalles de la autopsia, nos pareció rarísimo esto... No nos cierra para nada las versiones que salieron desde el Regimiento", remarcó el padre, suboficial y conocedor de armas.
La hermana de Pablo, sin embargo, no quedó conforme con el resultado de la autopsia. "Es una burla", dijo:
"A un mes de la partida física de mi hermano, seguimos esperando que la justicia investigue el hecho de manera seria y responsable", agregó al encabezar una marcha junto con su mamá y su papá:
Preguntas sin respuestas
Un FAL no es fácil de manipular para autolesionarse: es un arma de poco más de un metro de largo desde la culata a la punta del cañón. Pablo medía 1,74, y su brazo 84 centímetros.
Según la autopsia, cada uno de los disparos le provocó daños gravísimos en el cráneo. Independientemente de cuál fue el primero, ¿pudo accionar el gatillo dos veces apuntando a zonas vitales? ¿Salieron de su arma los proyectiles? ¿A qué distancia del cuerpo quedó el fusil? ¿Quién escuchó las dos detonaciones en esa hora quieta y calma de la madrugada? ¿Y con cuántos segundos de distancia entre el primero y el segundo?
Natalia Uribe quiere saber qué pasó, no solo por su hijo sino también por sus "compañeros, porque si no sabemos qué pasó esto se puede repetir, y le puede pasar a cualquiera".
"Estamos convencidos de que Pablo no se quitó la vida como dijeron, pero necesitamos saber la verdad, pasan los días, las semanas y no podemos seguir con esta duda que nos carcome el alma", dijo su padre.
Cree que su hijo "fue testigo de algo que no tenía que ver. Algo grave, muy grave. Y como saben que era hijo mío y que Pablo era alguien que no se iba a callar... lo pudieron haber matado"...
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