Javier Milei quiere una victoria legislativa –o disimular derrotas como en el caso del financiamiento universitario o el DNU de la Side- y cambiar el humor social entre los aumentos de servicios y del transporte, alimentando la épica de la motosierra contra la “casta política”, por eso desempolvó el proyecto de Boleta Única de Papel (BUP).
SENADO
Boleta Única de Papel: 'Poroteo' cruzado, consuelo y alto riesgo
El Gobierno quiere una victoria en el Congreso y mostrar que sigue recortando privilegios a la ‘casta política’ con la Boleta Única de Papel pero hay riesgos.
Los cambios a la Boleta Única de Papel
La BUP hace 2 años que duerme en el Congreso. El plan de la gestión Milei es aprobarla en el Senado pero como tendrá modificaciones deberá volver a Diputados, donde tuvo media sanción.
Cabe recordar que el proyecto que está en la cámara alta instaura la BUP como tiene actualmente la provincia de Córdoba, donde todos los candidatos están en una sola papeleta donde el votante debe marcar los casilleros según los partidos políticos para cada categoría y distrito.
Además, las elecciones PASO se adelantarían a la primera semana de agosto y se correrían otros plazos del cronograma electoral, como el inicio de la campaña.
Pero como el Gobierno y sus aliados no tienen votos suficientes para sancionar la BUP como vino de Diputados, accederán a varios cambios contemplados en el dictamen de minoría de la senadora rionegrina Mónica Silva.
Eso obligaría a regresar la iniciativa a Diputados en revisión, donde la Cámara baja podrá aceptarlos o insistir con su sanción original de acuerdo al resultado de la votación en el Senado.
Pero, primero, el oficialismo debe reunir 37 votos para aprobar la norma en el Senado, ya que por tratarse de un cambio en materia electoral requiere de una mayoría agravada.
El cálculo y el riesgo
Es un riesgo para La Libertad Avanza poner la BUP en el recinto sin tener asegurados los 37 votos, porque un rechazo implicaría que no se pueda volver a tratar hasta dentro de 1 año, con lo cual la BUP no se implementaría para las elecciones de 2025, que es el objetivo del Gobierno.
Es por esta razón que aún no hay convocatoria oficial a sesionar este miércoles (4/9) ni el jueves (5/9). Hay una reunión de Labor Parlamentaria pendiente donde podría aplazarse el día de la sesión en un intento del oficialismo de despegar el tratamiento de la BUP del financiamiento universitario y los fondos para la Side, donde descuenta que sufrirá dos derrotas en las votaciones y en el caso de la Side obligaría al Presidente a otro veto.
Insistencia de las cámaras
Según la Constitución Nacional, aprobado un proyecto por la Cámara iniciadora, este pasa a la otra Cámara denominada revisora. Si la Cámara revisora aprueba el proyecto introduciéndole modificaciones, el proyecto es devuelto a la Cámara iniciadora que puede aceptar las modificaciones introducidas por la revisora, con lo cual el proyecto queda aprobado por el Congreso y pasa al Poder Ejecutivo para su análisis o bien la Cámara iniciadora insiste en su redacción original según el procedimiento que estipula el artículo 81 de la Carta Magna: “Si el proyecto fuere objeto de adiciones o correcciones por la Cámara revisora, deberá indicarse el resultado de la votación a fin de establecer si tales adiciones o correcciones fueron realizadas por mayoría absoluta de los presentes o por las dos terceras partes de los presentes. La Cámara de origen podrá por mayoría absoluta de los presentes aprobar el proyecto con las adiciones o correcciones introducidas o insistir en la redacción originaria, a menos que las adiciones o correcciones las haya realizado la revisora por dos terceras partes de los presentes. En este último caso, el proyecto pasará al Poder Ejecutivo con las adiciones o correcciones de la Cámara revisora, salvo que la Cámara de origen insista en su redacción originaria con el voto de las dos terceras partes de los presentes. La Cámara de origen no podrá introducir nuevas adiciones o correcciones a las realizadas por la Cámara revisora”.
En suma, si como se presume el Senado aprueba la BUP con 37 votos (difícilmente consiga dos tercios por el rechazo del peronismo que tiene 33 senadores), Diputados podrá insistir en su sanción original con 129 (mayoría absoluta).
Para conseguir los 129, los libertarios cuentan con 37 votos propios, podría sumar a los aliados del PRO que son otros 37, los 3 del MID de Zago, Píparo y su cuñada, y luego deberá buscar entre los ‘dialoguistas’ del espacio de Miguel Pichetto y los 34 radicales. No contaría con el apoyo de los 99 del peronismo-kirchnerismo ni los 5 de la Izquierda que votaron en contra y en el caso de los segundos, se abstuvieron cuando la norma tuvo media sanción hace 2 años con 132 votos.
Se supone que lo que era Juntos por el Cambio en 2022 votaría de la misma manera ahora (radicales y PRO) pero el oficialismo necesita votos del bloque de Pichetto y la Coalición Cívica –y otros espacios minoritarios- para garantizarse la norma como salió originalmente, sino quedará firme lo que apruebe el Senado. Claro que también está la instancia del veto parcial del Presidente si éste decidiera acceder a mantener los cambios que pretenden las provincias sin la opción del voto por ‘boleta completa’.
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