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Santa Fe: La bajante y las quemas, una bomba de tiempo

Nuevamente hay quema de pastizales en las islas del Paraná. Y sumado a la bajante histórica, podría ser un gran problema par Santa Fe y la región.

ROSARIO. A la bajante histórica que viene sufriendo el río Paraná desde el año pasado, se le suma otra problemática que podría complicar a Santa Fe y la región: la quema de pastizales en las islas.

El tema no es nuevo. El año pasado y en plena pandemia, la ciudad de Rosario se cubría constantemente de humo debido a las quemas en las islas pertenecientes a Entre Ríos. Esto llevó a que el intendente Pablo Javkin tuviera ciertos entredichos con el gobernador la provincia vecina, Gustavo Bordet.

Y si bien el problema había mermado, desde el fin de semana se puede observar humo en las islas, afectando nuevamente a la población rosarina. El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) informó que se registraron focos activos en las localidades entrerrianas de Victoria, Gualeguay y en las islas del Paraná, donde el fuego se propaga “libremente y puede crecer”, por lo que se trabaja “para extinguirlo”.

El Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) constató 407 focos de incendios en la segunda quincena de julio. “Los incendios continúan, nunca terminaron”, señalaron desde el Observatorio y agregaron que “la cantidad de biomasa y combustible que hay en las islas propaga de forma monumental los incendios”.

Un informe del grupo de Física de la Atmósfera del Instituto de Física Rosario (Conicet - UNR) advirtió que durante todo el mes pasado, la cantidad de partículas en suspensión halladas en el aire, superaron los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Es más, el fin de semana pasado, esos aerosoles casi duplicaron este máximo permitido. El barrio La Florida se llenó además de cenizas producidas por la vegetación quemada, según consigna el diario La Capital.

"Tanto el humo (conteniendo gases y material particulado microscópico) como los trozos de biomasa quemada, son factores que afectan, no sólo los objetos y construcciones al exterior sino también la salud humana, ya que estos últimos con el paso del tiempo se destruyen, transformándose en gran medida en aerosoles", afirma el informe del Observatorio.

Además, el informe indica que "el número de incendios registrados en los últimos días del mes de julio muestran una relación directa con el incremento del número de partículas microscópicas encontradas en la atmósfera. Durante todo el mes se superaron los límites establecidos por la OMS para determinar la calidad del aire. El fin de semana pasado, multiplicaron estos valores por dos".

En este punto es importante destacar que la combinación de los focos de incendios con la sequía y la bajante histórica del río Paraná pueden ser un grave problema. La falta de agua en los humedales hace que los habituales obstáculos naturales al fuego, como las lagunas y arroyos, desaparezcan.

El intendente Pablo Javkin reclamó el cese de fuego desde su cuenta de Twitter, donde expresó: "Necesitamos presencia de brigadistas en islas y prevención en terreno. Al daño de la bajante no podemos sumarle el fuego. Los rosarinos tenemos derecho a respirar".

La bajante histórica

El 20 de julio, el río Paraná midió -0,05 metros en el puerto de Santa Fe. Fue la vez número 11 desde el siglo XX que marcó una altura por debajo cero, y la primera en el siglo XXI. La última vez que se registró un valor similar fue en 1969, cuando el Paraná rozó los -0,14 metros.

La situación genera alarma en preocupación en las provincias del Litoral y en Nación, por el impacto económico, social y ambiental que genera este fenómeno. Según los especialistas del tema -que ya habían advertido que julio sería un mes crítico-, no habrá mejoras en lo que resta del año y el río Paraná seguirá bajando.

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Bajante del río Paraná en Santa Fe.

Bajante del río Paraná en Santa Fe.

“La causa de esta bajante tan pronunciada de la Cuenca del río Paraná se debe fundamentalmente a un déficit de precipitación en las cuencas de aporte, que representan una superficie de unos 2 millones de kilómetros cuadrados”, explicó en ese momento al diario santafesino El Litoral Rosana Hämmerly es ingeniera en Recursos hídricos, Magíster, y Dra. por la Universidad de la Coruña en España, docente e investigadora de dos universidades, la UTN -sede regional Rafaela- y la UNL (Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas-FICH).

"(...) La sequía, como consecuencia de la bajante de los cursos de agua, no se percibe tan rápidamente, ni sus consecuencias son tan inmediatas como las de las inundaciones. Ambas causan importantes daños si no son atendidas a tiempo, sin embargo, las bajantes pueden ser más perjudiciales cuando se mantienen en el tiempo y perduran en forma prolongada. A principios del 2019 teníamos una altura de 5 metros en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe y en septiembre ya estaba muy cerca de los 2 metros. Desde ahí, los caudales fluctuaron cerca de los 2-3 metros y casi todo el 2020 estuvieron cercanos a un metro de escala, para tener un breve repunte de poco más de 3 metros en marzo de 2021 y volver a descender abruptamente hasta los valores actuales. Y se cree que no va a repuntar ya que no se prevé un cambio de las condiciones de precipitación de la Cuenca alta que ya dijimos es la que alimenta fundamentalmente el río que llega a nuestra ciudad (haciendo alusión a Santa Fe capital)", prosiguió Hämmerly.

Gustavo Idígoras, representante de de la Cámara Aceitera de la República Argentina, se manifestó en el mismo sentido que Hämmerly y explicó en diálogo con la radio LT8 que “son dos años consecutivos de una bajante muy significativa del rio Paraná; este año esta siendo mas profunda que el anterior y probablemente con mayor extensión, de acuerdo a los expertos”.

Según coinciden los expertos, hay que esperar que llueva para revertir esta situación.

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