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¿Cómo preparar a las escuelas para futuras pandemias?

La pandemia del coronavirus dejó muchas tareas pendientes, entre ellas las escuelas promotoras de salud. ¿Cómo construirlas y por qué son importantes?

La pandemia de coronavirus desnudó las carencias del mundo, y las escuelas no escaparon a ello. Con los niños y adolescentes en casa, se evidenció los daños en la salud mental y emocional de no asistir presencialmente a las aulas (que se mantenían cerradas para evitar contagios), también se puso en relieve las dificultades en el aprendizaje y transición educativa, destaca en un artículo The Lancet Child & Adolescent Heatlh.

En este contexto de crisis, que agarró al mundo desprevenido, juega un papel fundamental las llamadas Escuelas Promotoras de Salud, un programa que gracias a la COVID-19 se convierte en tarea obligatoria para los gobiernos, el sistema de salud y las escuelas ante futuras pandemias.

Recordemos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lo ha advertido: "Esta pandemia ha sido muy dura. Circuló por todo el mundo muy rápidamente y afectó a cada rincón del planeta, pero no ha sido necesariamente la peor".

 

¿Qué son las Escuelas Promotoras de Salud?


Esto no es una demanda nueva. En 1986, la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud proporcionó un contexto para que las escuelas se concibieran como comunidades para crear estudiantes empoderados, comprometidos y saludables que estén conectados con las familias y los vecindarios locales, destaca el artículo.

En 1995 la OMS concibió una escuela promotora de la salud como “una escuela que fortalece constantemente su capacidad como un entorno saludable para vivir, aprender y trabajar”.

Sin embargo, una cosa es la teoría y otra la práctica.

Según The Lancet “Incluso donde las escuelas promotoras de la salud están más arraigadas, las iniciativas de promoción de la salud suelen estar dirigidas por maestros apasionados o escuelas comprometidas sin los recursos adecuados”.

Y agrega: “Las iniciativas rara vez se sustentan más allá del interés de un maestro o escuela individual y, sin la política gubernamental o el apoyo de la autoridad educativa, no se pueden llevar a escala".

 

¿Qué hacer?


En el artículo, la revista especializada hace algunas sugerencias para poner práctica el plan de estudios de salud y que las escuelas no estén desprevenidas en caso de futuras pandemias o emergencias:

### Se requerirá la participación del sector de la salud para dar forma a cada uno de estos estándares en un sistema de promoción de la salud en funcionamiento que coloque la participación y el aprendizaje de los estudiantes, así como la salud y el bienestar, en el centro.

### En lugar de dividir las responsabilidades, los sectores de la salud y la educación deberán colaborar profundamente para implementar estos estándares. Podría decirse que esta colaboración es el mayor desafío al que se enfrentan las escuelas promotoras de la salud.

### Se necesita con urgencia invertir en una nueva fuerza laboral que pueda comprender el contexto de ambos sectores.

### Los sistemas educativos en diferentes países invariablemente enfrentan desafíos de recursos y capacidades pedagógicas diferenciadas; Los gobiernos, las escuelas y las comunidades requerirán liderazgo.

The Lancet también sugiere consultar a los estudiantes, sobre todo en lo que respecta al contenido de salud emocional y mental.

¿Cómo actúan los profesores ante casos de trastornos emocionales? ¿Se podrían reforzar los conocimientos en primeros auxilios para emergencias? ¿Cómo fomentar el bienestar y la nutrición de los estudiantes? ¿Cómo incluir la salud más allá de la lectura, escritura y aritmética? Aún queda mucha tarea por hacer.

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