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Se viene "Milei, la serie", por la TV Pública: ¿no califica como "culto a la personalidad"?

El culto a la personalidad ha sido una práctica común en la historia de la comunicación. Se refiere a la exageración de una figura política. ¿Ocurre con Milei?

El ensalzamiento de los gobernantes argentinos a menudo incluye la creación de una imagen idealizada del líder. También, la promoción y adoración de su figura en la sociedad.

Aunque esta práctica pueda parecer inofensiva, a menudo nos ha llevado a consecuencias negativas.

El presidente Javier Milei no se cansa de tildar a sus detractores como precámbricos o analógicos pero sus “ideas” para el viejo Canal 7 están más instaladas en el siglo XX que en el XXI. El presidente Javier Milei no se cansa de tildar a sus detractores como precámbricos o analógicos pero sus “ideas” para el viejo Canal 7 están más instaladas en el siglo XX que en el XXI.

Embed - ESTE es el TRAILER de la SERIE del presidente ARGENTINO Javier MILEI

El director del "documental", Santiago Oria, fue contratado por el propio Estado.

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Naufraga el rating de la TV Pública

En la tarde del miércoles 4 de septiembre, los guarismos del canal de televisión del Estado nacional fueron los más bajos que se recuerden en 40 años de democracia:

Deambularon durante horas en torno a 0.1 punto de rating, lo que representa un total de 10.000 personas en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

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Patético el rating de la TV Pública en la era Javier Milei: 10.000 personas la ven en todo el AMBA

Patético el rating de la TV Pública en la era Javier Milei: 10.000 personas la ven en todo el AMBA

La señal oficial ha intentado coproducciones de magazines de escasa respuesta y latas con novelas mexicanas de Televisa como “Marea de pasiones” (0.0 en su debut) y “La desalmada”.

No le da lugar a las ficciones locales, no tiene documentales propios de relevancia y no hace nada distinto a lo que ofrece las propuestas audiovisuales privadas.

Pasados los “espejismos” de los Juegos Olímpicos de París y la Copa América de fútbol, no aparece ningún chispazo entre las “mentes libertarias” y ya da lo mismo colocar un programa o dejar la señal de ajuste con sus coloridas barras. Pasados los “espejismos” de los Juegos Olímpicos de París y la Copa América de fútbol, no aparece ningún chispazo entre las “mentes libertarias” y ya da lo mismo colocar un programa o dejar la señal de ajuste con sus coloridas barras.