La asunción de Pedro Castillo al poder peruano, y la incidencia en el gobierno del líder del partido político Perú Libre, Vladimir Cerrón, abre el debate acerca de una era de supervisión de algunos presidentes de América Latina por parte de personas que son ajenas al poder.
ERA DE LA SUPERVISIÓN
Bajen el telón: América Latina, el teatro de títeres
Un debate se abre en América Latina tras la asunción de Pedro Castillo en Perú. ¿Es la región una obra teatro con títeres?
Alberto Fernández y Cristina Kirchner en Argentina, Álvaro Uribe y su "delfín" Iván Duque en Colombia, Luis Arce y el líder del Movimiento al Socialismo (MAS) Evo Morales en Bolivia; y ahora Pedro Castillo y Vladimir Cerrón en Perú, son algunos de los "tutelados" de la región.
Alberto-Cristina
"No quiero que el poder esté en Uruguay y Juncal, y en la Casa de Gobierno haya un títere", había dicho el mandatario argentino en 2019 en una entrevista en Radio Nacional.
Una semana después, Cristina lo bendijo como candidato presidencial por el Frente de Todos (FdT). En su lugar, ella se reservó la vicepresidencia: el primer lugar en la línea sucesoria y una sutil, pero evidente, manera de marcarlo de cerca y respirarle en la nuca.
Uno gobierna, pero es otro el que puede mandar y Cristina encontró una nueva forma de ejercer el poder. El famoso "Cámpora al gobierno, Perón al poder".
Uribe-Duque
Cuando el estallido social se produjo en Colombia meses atrás debido a la reforma presupuestaria, el expresidente Álvaro Uribe se apareció en la plenaria de la Cámara de Diputados como vocero del Centro Democrático.
Uribe inició su intervención mencionando varios esfuerzos del presidente Iván Duque en medio de la pandemia, como las ayudas a empresas, los programas sociales y el incremento de unidades de cuidado intensivo.
"El Centro Democrático tiene que respaldar al presidente, apoyar las cosas buenas y reclamar por las cosas que faltan. El Gobierno nos debería escuchar", mencionó el excongresista en una entrevista con la W Radio en su momento.
"Es muy difícil para nosotros hacer la campaña sin que se consolide la seguridad, la reforma tributaria, la política de ahorro y se amplíen las políticas sociales, pese a que que avanzado en algunos temas como la energía renovable y la infraestructura", puntualizó el jefe del Centro Democrático". Y agregó "Si no se solucionan los problemas los colombianos no abrirán sus oídos para escuchar".
Se puede llegar a deducir que Duque estaría allanándole la vía al expresidente para la campaña de su partido.
Arce-Morales
Poco después de que Evo haya retornado a Bolivia tras su exilio, se definió la división del trabajo entre el jefe del Movimiento al Socialismo (MAS) y Luis Arce.
"El Defín" se ocupa administrar los recursos y el personal del Estado, mientras que Morales "orienta" la brigada parlamentaria del partido que fundó.
"Esta mañana conversé con Lucho [Luis Arce], a la una de la madrugada me llamó… Ojalá pueda llegar, pero está en pleno proceso de organización del Estado. Esta mañana nuevamente conversamos, internamente hicimos] debates, para no equivocarnos en la designación de autoridades", dijo Morales en su momento, insinuando que él participaba en una dinámica, la de los "nombramientos", que define la cantidad de poder que se tiene.
Uno de los exministros de Morales, Carlos Romero, declaró: "El binomio ha ganado por propio mérito la presidencia y vicepresidencia del Estado, pero la dirección político-estratégica del proceso es de Evo Morales".
Castillo-Cerrón
Recién pasaron 72hs de la asunción del nuevo presidente Pedro Castillo y ya se observa la influencia de Cerrón.
El líder de Perú Libre le ha dado varias advertencias al sindicalista pero algunas de reflejaron ayer (29/7) con la jura de ministros.
Cerrón había elegido como Ministro de Economía a Pedro Francke, un economista prestigioso que transmitía confianza al sector privado y los mercados.
Pero Castillo nombró como Jefe de Gabinete a Guido Bellido, un radical de izquierda muy cercano a Cerrón que cuando tuvo la oportunidad ha criticado a Francke al igual que su líder.
Frente a esta designación, el economista decidió darse de baja de la cabeza de la cartera económica. La incertidumbre y desconfianza minó a los inversionistas ante la falta, aún, de un ministro de Economía y la influencia de Cerrón.