Ayer (06/04) por la tarde, la línea editorial del canal opositor LN+ se posó sobre la figura del ministro de Justicia, Martín Soria, luego de la lista de visitas que se filtró desde el portal K El Destape Web durante el Gobierno de Mauricio Macri, en la que aparecen jueces, fiscales, periodistas y empresarios de medios.
CARPETAZO K
Pagni advierte: "Probablemente Alberto tenga más comunicación con los mismos periodistas que veían a Macri"
Tras el carpetazo K a periodistas por visitas a la Residencia Presidencial de Olivos durante el Gobierno de Mauricio Macri, el comunicador Carlos Pagni lanzó un duro mensaje: "Si uno le pidiera no solo el libro de visitas, que no sé si lo completan, sino el WhatsApp a Alberto Fernández, probablemente tenga más comunicación que Macri con los mismos periodistas que veían a Macri".
Primero fue el periodista Eduardo Feinmann quien salió al cruce del funcionario nacional y luego siguió el periodista Carlos Pagni en su extenso editorial de apertura en Odisea Argentina:
"Soria acaba de decir que, dada su nueva investidura de ministro de Justicia, él no puede andar persiguiendo jueces, que a eso lo hacía antes cuando era diputado. Es decir, para un diputado sí cabe perseguir jueces. Ya la idea de que un funcionario público hable de perseguir jueces debería inquietarlo bastante a Alberto Fernández. Hijo de un juez, 30 años profesor de Derecho, alguien que venera la Constitución, como suele presentarse a sí mismo, tiene un ministro de Justicia que dice que perseguía jueces cuando era diputado.
Soria ha hecho muchas declaraciones en las últimas horas. Entre ellas, una entrevista, muy interesante sobre todo por algunas incoherencias y exabruptos que comete, con Alejandra Dandan en El Cohete a la Luna. Dice varias cosas que son llamativas en alguien que se desempeña como ministro de Justicia. Por ejemplo, que mientras hay muchos femicidios los jueces federales se dedicaban, en vez de atender esos casos, a visitarlo a Mauricio Macri en la Casa Rosada o en la Quinta de Olivos. Es curioso, porque los femicidios no tienen nada que ver con el fuero federal, son crímenes que se juzgan en el fuero ordinario. Nada tienen que ver los jueces que iban a visitar a Macri, cometiendo sin dudas una inconducta, con el tema de los femicidios. Soria tendría que repasar un poquito los libros para saber el abc de su negocio.
Comete otro un error más importante. Uno no está para cuidar los intereses de Soria, ni para aconsejarlo, pero si tuviera un asesor de imagen o de discurso le debería decir que en su caso no conviene atribuirle a nadie los defectos vicios o incorrecciones de su padre, porque es algo que se puede volver en contra. En esa entrevista, Soria dice que Macri es en realidad una reencarnación o una repetición de Franco Macri y de la relación que Franco Macri tenía con el Estado, con la Justicia y con los impuestos.
Soria debería cuidarse de decir eso, porque si uno aplicara el mismo criterio y dijera que el ministro de Justicia es como es por cómo era su padre habría que recordar que en el año 2002, apenas iniciado el gobierno de Eduardo Duhalde, el entonces jefe de Inteligencia, Carlos Soria, el papá de Martín Soria, es decir el Franco Macri de este Soria, llega al Patio de las Palmeras en la Casa Rosada donde estaban un poco desesperados el Presidente, su ministro del Interior, Jorge Matzkin, y algunos funcionarios más; la ciudad ardía en cacerolazos, en Olivos le estaban por tomar la casa al mandatario recién instalado ahí por el Congreso, y entonces, para zafar de esa escena tan traumática, Soria propone, textual, “tirarle un muerto al corralito”. Y ese muerto era Domingo Cavallo. A partir de esa iniciativa, Soria se reúne con varios jueces, con María Romilda Servini de Cubría, Jorge Urso, Gabriel Cavallo, Rodolfo Canicoba Corral y Claudio Bonadio. Y reuniéndose con ellos logra que Cavallo vaya preso en Campo de Mayo. Le buscan distintas causas y logran meterlo preso por la dimensión penal económica del contrabando de armas que se realizó durante el gobierno de Carlos Menem. Estoy hablando del papá de Soria, no de Martín, que no hizo nada de esto, ni habría que descalificarlo por las tareas de su padre.
Curiosamente, uno de los defensores de Domingo Cavallo en aquel momento era alguien muy identificado hoy con las ideas del Gobierno, que es el abogado Maximiliano Rusconi. Entre otras cosas, tareas académicas y un largo desarrollo profesional, Rusconi es además abogado de Julio De Vido. Es peligroso llevar determinadas peleas adelante en la Argentina si uno no tiene presentes los antecedentes, porque todo vuelve. Los nombres vuelven. Las escenas vuelven. Primero como tragedia, después como farsa.
Entonces uno diría: si Macri es lo que era Franco Macri, Martín Soria es lo que era Carlos Soria. Correría por la sangre del ministro de Justicia el vicio del lawfare, porque es muy difícil de encontrar un caso de lawfare, por el cual después se lo investigó a Soria a pedido de Cavallo, que esa prisión de Cavallo en los albores del gobierno de Duhalde. Después, Soria fue desplazado al cabo de una investigación donde quedó salpicado por el crimen de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Es decir: si se proyectara (cosa que no hay que hacer obviamente, solo estoy aplicando la lógica de Soria, no la que me gustaría aplicar) sobre Martín Soria la acción de su padre, quedaría contaminado, de manera muy injusta, por esos desaguisados", comenzó.
Haciéndolo responsable de compartir la información que luego dio el portal de Roberto Navarro, Pagni siguió:
"Hay otra dimensión curiosa en todo lo que dice Soria, que también es una especie de boomerang. Porque descubrió algo tan difícil de descubrir como que los periodistas suelen visitar en sus sedes a los funcionarios. Presidentes de la Nación, jefes de Gabinete, ministros. Es una tarea habitual del periodismo. Soria descubrió revisando las audiencias registradas de Olivos y de la Casa de Gobierno que Macri recibía a periodistas. Y en una maniobra de encubrimiento y clandestinidad los registraba en el libro de visitas para que nadie supiera que esos periodistas habían estado ahí instigando alguna operación oscura. ¿Por qué Soria no debería decir eso? Porque si uno le pidiera no solo el libro de visitas, que no sé si lo completan, sino el WhatsApp a Alberto Fernández, probablemente tenga más comunicación que Macri con los mismos periodistas que veían a Macri. Es más, a lo mejor uno sobreestima la inteligencia de Soria si piensa que él no lo quiere castigar a Macri, sino que, instigado por alguien del propio oficialismo, en una especie de fuego amigo, al que quiere castigar es a Alberto Fernández, que vive hablando con los mismos periodistas. Uno extraña al viejo kirchnerismo que era, es muy probable, más feroz y perverso, pero un poco más inteligente y más cuidadoso en la argumentación. Tragedia-farsa.
Soria dice que ya no puede estar persiguiendo jueces. Eso lo hacía como diputado. Entonces, podría decirlo de otra manera: 'Lo que yo hacía como diputado, la persecución de jueces, quedó en manos de Rodolfo Tailhade'".
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