La asociación entre los tipos de dietas y las enfermedades cardiovasculares ha sido foco de discusión e investigación por décadas. Pero un nuevo estudio es concluyente respecto a los beneficios de la alimentación basada en plantas por sobre el resto.
ESTUDIO DE 32 AÑOS
Alimentación basada en plantas: La mejor para el corazón
Investigadores siguieron a casi 5.000 personas durante 32 años y confirmaron los beneficios de la alimentación basada en plantas en comparación a otras dietas.
Lo característico es que los investigadores siguieron a un grupo de 4.946 personas durante 32 años para poder sacar conclusiones confiables.
El estudio prospectivo se denominó CARDIA (Coronary Artery Risk Development in Young Adults) y comenzó en los años 1985-1986, cuando los participantes tenían entre 18 y 30 años y no tenían ningún problema de corazón.
El rastreo se extendió hasta el año 2018 y, en total, se documentaron 289 casos de enfermedades cardiovasculares.
De cada sujeto se realizó un historial dietético, y al analizarlos en conjunto, el estudio confirmó que:
El consumo a largo plazo de una alimentación basada en plantas y el cambio a dicha dieta a partir de la adultez temprana, se asoció con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Este grupo de afecciones refieren a cualquier problema que afecte al corazón. Hay muchos tipos, algunos de los cuales se pueden prevenir con hábitos saludables, como la alimentación. Los más frecuentes son: enfermedad coronaria, arritmia, miocardiopatía, infarto, insuficiencia cardíaca, entre otros.
Flexibilidad
Los hallazgos son consistentes con las afirmaciones de que una dieta centrada en plantas y rica en nutrientes ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, parece que la exclusión completa de los alimentos de origen animal de la dieta no es necesaria, asegura el estudio.
En este sentido, un aspecto importante que los autores destacan es que una dieta flexible mejora los resultados cardiovasculares. Es decir que lo importante es que los alimentos vegetales nutricionalmente ricos sean el componente central, pero se pueden integrar subconjuntos de productos animales.
Los investigadores no desaconsejan el consumo en pequeñas cantidades de:
- productos lácteos bajos en grasa
- pescado no frito
- aves no fritas
“Parece que la exclusión completa de los alimentos de origen animal de la dieta no es necesaria”, dice el informe.