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PANORAMA

La declaración de Luis Advíncula expone una realidad cada vez menos tabú en el fútbol: ir al psicólogo

Luis Advíncula se suma a la lista de futbolistas que cuentan su necesidad de recurrir al psicólogo. ¿Cuántos más se necesitan para romper esa pared?

La respuesta de Luis Advíncula, defensor y jugador clave en Boca Juniors, cuando contó lo necesario que ha sido para él haber iniciado terapia con un psicólogo, es relevante por sí misma pero también por lo que deja alrededor: una pared más resquebrajada que, poco a poco, el mundo del fútbol va rompiendo.

La pandemia por el Covid-19 trajo acarreadas muchas consecuencias. De todo tipo. Personales y colectivas. Pero sin lugar a dudas, ha sido un punto de quiebre con respecto a un tema universal: la salud mental. A partir de entonces, pasó a estar sobre la mesa de forma más contundente el universo de las emociones y los pensamientos humanos, y toda la complejidad que conllevan. A saber gestionarlos, se aprende. La ayuda profesional es un camino muy útil.

Pero si para parte de la sociedad esa ayuda profesional, llámese psicólogo o psiquiatra, aun es un tema escabroso, mucho más resulta para el mundo del fútbol, entorno con alta predominancia machista en el cual exponer vulnerabilidades no es tan común.

De Messi a Di María y el Dibu Martínez

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Ángel Di María

Ángel Di María

El propio Lionel Messi, personas con fuertes niveles de exposición si las hay, confesó tiempo atrás que sabía que debía ir al psicólogo pero no se animaba. "Me cuesta dar ese paso, pese a saber que lo necesito. Me insistieron muchas veces para que vaya, Antonella [Rocuzzo, su esposa] es una de las que muchas veces me dijo que fuera, que lo necesitaba. Pero soy una persona que me lo guardo todo para mí y no lo comparto. Nunca di el paso. Yo sé que lo necesito por lo que hago, por el día a día, por lo que me toca hacer, y que me haría bien, pero no lo hago.

Más allá de no poder, lo del rosarino fue una muestra de valentía. De animarse a contarlo. Quien quizá haya sido un caso más excepcional fue el Dibu Martínez, una de las grandes revelaciones de futbolistas de los últimos años por muchos motivos más allá de los futbolísticos, quien jamás tuvo pruritos en decir que iba al psicólogo porque le hacía bien. En el rubro de argentinos, también habría que incluir a Ángel Di María, que tiempo atrás confesó lo mucho que lo ayudó a sobrellevar críticas.

A su grupo también podríamos sumar al delantero español Borja Iglesias. En una entrevista del año pasado, detalló lo que fue su primera experiencia a nivel personal y profesional con un psicólogo, cuando militaba en el Villarreal: "Edu Morelló era el psicólogo del primer equipo y trabajaba con la cantera cuando alguien lo necesitaba. Y era en ese momento en el que yo decía: "Es que ir al psicólogo me expone mucho ante el resto de mis compañeros. Pero Edu lo supo hacer muy bien, por lo menos conmigo. Supo encontrar la situación en la que yo me sintiese cómodo y no me diese vergüenza".

La lista podría seguir. No en incontables nombres, pero sí en varios más. El brasileño Raphina, del Barcelona, el italiano Buffon. Y, ahora, también en Luis Advíncula.

Luis Advíncula: "En la carrera de un futbolista, ir al psicólogo es muy importante”

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Luis Advíncula y su relación con la psicología

Luis Advíncula y su relación con la psicología

En una entrevista con el periodista Horacio Zimmermann, el defensor de Boca contó cómo afronta algunas situaciones personales, como el hecho de estar lejos de sus hijos o de perder un partido. "Muchas veces soy hasta autodestructivo. De grande descubrí otras cosas como hacer coaching, ir a una psicóloga. De chico crees que el psicólogo es para los locos, pero en la carrera de un futbolista es muy importante, se animó a decir el peruano.

También dijo que le "ayudó a canalizar mejor las cosas", a desahogarse, a vincularse de otra manera con su círculo cercano. "Soltar gente que no me sumaba ni me restaba, amigos y familia. En mi vida ahora está el que quiere estar; el que no quiere estar, no pasa nada y nos vimos. Tengo a la gente que me da un buen consejo o me dice si no está bien algo que estoy haciendo. De chico quería que me digan que estaba haciendo todo bien. Te llenaban el ego, no te sumaban a la vida diaria. Ahora tengo amigos a los que cuento con una mano y me sobra. Es gente que estuvo conmigo en las peores".

La respuesta de Advíncula es una caja de resonancia dentro de un universo que le teme enfrentarse a vulnerabilidades. Aunque sin buscarlo, el futbolista tomó el pico y empezó a remover. Quizás algún día deje de ser tan tabú.