El escenario económico de la Argentina sigue atravesando un momento complejo, con el Banco Central (BCRA) en el centro de la escena debido a las presiones crecientes sobre sus reservas internacionales. A medida que avanzan los meses, las expectativas sobre el comportamiento de las reservas netas se tornan cada vez más inciertas, en un contexto marcado por la deuda externa y la necesidad de financiamiento y el precio del dólar.
Actualmente, las reservas netas del Banco Central se encuentran en una situación delicada, aunque mostraron una leve mejora desde la asunción de Javier Milei en la presidencia.
Según estimaciones de consultoras privadas, el saldo negativo que dejó la administración anterior rondaba los US$ 11.000 millones, mientras que hoy ese déficit se ubicaría entre US$ 5.000 y US$ 6.000 millones, según la metodología de cálculo que utiliza el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Reservas del BCRA
La consultora 1816, por ejemplo, calculaba que hasta hace pocos días las reservas netas se mantenían en US$ 5.250 millones negativas, considerando los pagos de vencimientos de títulos de deuda como los Bopreal, programados para los próximos doce meses. Esta cifra se mantuvo estable en las últimas semanas, pero las presiones que ejercerán los compromisos de deuda y la demanda de dólares por parte del sector importador complican el panorama a mediano plazo.
El próximo gran desafío para el Banco Central será afrontar pagos por más de US$ 4.367 millones en enero de 2025. Estos vencimientos corresponden a bonos de deuda soberana emitidos bajo legislación local y extranjera, una situación que podría profundizar aún más la caída de las reservas netas si no se logra acceder a financiamiento externo.
El equipo económico liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo, trabaja contrarreloj para evitar este desenlace. Sin embargo, las posibilidades de éxito dependen en gran medida de conseguir nuevos desembolsos de organismos internacionales o financiamiento en los mercados externos, algo que por ahora no está garantizado.
A esta incertidumbre se suma la estacionalidad de la balanza comercial, que podría generar un déficit adicional en el mercado oficial de cambios debido a la menor liquidación de divisas por parte de los exportadores y la mayor demanda de dólares por parte de los importadores.
Reservas de acá en adelante
Consultoras como PPI estimaban que, de mantenerse la tendencia actual, las reservas netas podrían caer a US$ 11.000 millones negativas hacia fin de año. Este cálculo se basaba en la presión que ejercerán los pagos de deuda pública en dólares y los compromisos con el FMI, sumados a la creciente demanda de divisas para importar. Si bien los organismos multilaterales anunciaron nuevos desembolsos por hasta US$ 2.200 millones antes de fin de año, este alivio no será suficiente para revertir la tendencia negativa.
En este contexto, el programa de blanqueo de capitales que promueve el Gobierno podría ayudar a mejorar las reservas brutas del Banco Central. Sin embargo, los especialistas aclaraban que estos ingresos no impactarán directamente en las reservas netas, ya que se contabilizan dentro de los encajes bancarios que las entidades financieras deben mantener en el Banco Central.
Por otro lado, la demanda importadora sigue ejerciendo presión sobre las reservas. Durante las primeras jornadas de septiembre, el Banco Central ya debió vender más de US$ 165 millones en el mercado oficial de cambios, borrando el saldo positivo que acumuló a lo largo del mes.
Este fenómeno es consecuencia del nuevo esquema que facilita el acceso al mercado de cambios para los importadores, y que se suma al atraso en el tipo de cambio real, lo que podría agravar la situación en los próximos meses.
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