Mediocre burócrata desde aquellos días que con Martín Hourest eran consultores en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación, del gobierno de Raúl Alfonsín -horrible fracaso en lo económico, que empobreció a millones de argentinos-, Miguel Pesce sigue depredando a los ciudadanos. Pesce es amigo del profundo ignorante sobre las cuestiones económicas, Alberto Fernández -radical que se disfrazó de peronista y hoy resulta el peor Presidente de la historia reciente de la Argentina-, quien reclutaba gente para ampliar la base de sustentación de Néstor Kirchner, el jefe de Julio De Vido, José López, Ricardo Jaime, Roberto Baratta y los otros hombres probos.
BREVE HISTORIA ARGENTINA
A Miguel Pesce le fascina esa basura llamada "peso"
¿Por qué será que a Miguel Pesce le apetece coleccionar basura? Por ejemplo, la moneda llamada peso, que imprime la Casa de Moneda para la República Argentina.
Así fue como Miguel Pesce llegó al Banco Central, a acompañar a Martín Redrado, quien aterrizó cuando Kirchner eyectó a Alfonso Prat-Gay, a quien le gusta que lo eyecten, considerando que luego experimentó similar raro placer con Mauricio Macri. Considerando que Pesce es muy básico desde lo técnico pero le estabilizaba la relación con el poder político, Redrado no obstaculizó su permanencia. Total... Carlos Pérez era el gerente general por donde pasaba todo.
Un problema de Alberto Fernández consiste en que él conoce menos economía que Pesce. Los Werthein no se esmeraron en su formación.
Por lo tanto, Alberto Fernández hizo ministro a Martín Guzmán, creyó que Matías Kulfas era capaz de provocar crecimiento, asumió su propia Jefatura de Gabinete de Ministros -y para formalizarla designó al inútil Santiago Cafiero a cargo-, ¿y el Banco Central? Ahí fue Pesce.
Cuidado: Cristina Fernández de Kirchner no puede mirar para otro lado porque ella convalidó todo esto en aquellos días cuando no decía 'No tengo nada que ver' ni amenazaba con discursos desde la Provincia de Chaco para que Jorge Capitanich mastique el caramelo horrible de creer que habrá 2023 para él.
¿Quién podría imaginar, con Pesce a cargo, un Banco Central diferente al horrible BCRA 2022, vapuleado organismo que sólo le provocaría vergüenza a Raúl Prebisch? Gente como Egidio Ianella debe estar revolcándose con el cotolengo que hicieron de una institución otrora repleta de recursos humanos capacitados. Pedro Pou también debe estar agitado. Solamente sobrevive Roque Fernández para guardar la memoria de que una vez existió un BCRA mejor.
La destrucción
En medio de la inflación acelerada que vive la Argentina, Pesce es el rostro de la destrucción de la moneda nacional, el lastimoso peso argentino.
Cuando se habla de soberanía nacional, más importante que la bandera o el escudo o el himno patrio o la escarapela, es la moneda propia.
La destrucción de la moneda propia se llama inflación pero a Fernández, a CFK o a Pesce no parece preocuparles mucho aunque hablan de argentinidad, de Nación y otras veleidades que resultan ridículas.
Mauricio Macri fue tan terrible como ellos pero al menos su idea de Nación nunca fue tan ambiciosa.
Todos los funcionarios argentinos posteriores a la convertibilidad de la moneda han obstaculizado la circulación del dólar estadounidense como medio de pago.
Miguel Ángel Pesce es un engranaje de la maquinaria de la gente que destruye el peso pero se horroriza cuando la desesperación o la sana especulación lleva al dólar estadounidense. Un hipócrita.
Las cripto
La alternativa al dólar estadounidense no es el Certificado de Depósito Argentino (Cedear) ni algún bono público dolarizado porque es riesgo argentino, y eso equivale a suicidio. En estos tiempos, una alternativa posible es la criptomoneda.
Pesce critica a quienes se amparan en el dòlar y ahora él intenta bloquear el acceso a las criptos pero nada hace para impedir que la moneda propia se deprecia día a día. ¿Cómo definir a semejante personaje?
"Una criptomoneda es un activo digital que emplea un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, y controlar la creación de unidades adicionales, es decir, evitar que alguien pueda hacer copias como haríamos, por ejemplo, con una foto. Estas monedas no existen de forma física: se almacenan en una cartera digital." (Banco Santander)
Hay 2 formas de invertir en criptomonedas: los inversores de verdad lo hacen en el exterior directamente, porque lo mejor es no pasarlas por las cercanìas de la voraz AFIP; pero la banca privada nacional intentaba brindar un mecanismo local.
El Banco Central acaba de impedirles el paso: quien quiera criptos, que se vaya al exterior. ¡Viva Binance! Es tan ridículo Pesce que no entiende que si uno quiere criptos, de todos modos irá a una 'cueva' del mercado, comprará los dólares y pedirá que se los acrediten en la cuenta abirta en la app. Las nuevas generaciones lo hacen con los ojos cerrados, no es difícil: es importante aclararlo porque el analógico Pesce debe creer que dificultando la operatoria local ganaría algo.
El BCRA prohibió las operaciones que permiten a los clientes bancarios comprar criptomonedas, días después de que 2 grandes instituciones anunciaran que permitirían a los clientes comprar Bitcoin y otras monedas digitales. La prohibición también incluye activos cuyos rendimientos están determinados por las fluctuaciones de las criptomonedas.
A principios de esta semana, Banco Galicia, el banco privado más grande del país por valor de mercado, y el banco digital Brubank anunciaron que permitirían a sus clientes comprar criptomonedas, incluidos Bitcoin, Ether y USDC.
En breve, Pesce será un desempleado. Pero lo más grave es que será recordado como un meme, igual que su Presidente. Él podría haber contribuido a resguardar su memoria pero decidió lo contrario.
No hay esperanza: CFK es igual, respaldando a un sindicalista que todavía no dejó el ábaco, contra la banca privada. El Frente de Todos es una grotesca máquina de atrasar la historia.
Pesce ya estuvo incursionando tiempo atrás en trabar a Mercado Pago y equivalentes. La historia se puede tener en el corto plazo, jamás en el mediano y menos en el largo.
El BCRA prohibió tales operaciones para todo el sector financiero, diciendo que su objetivo es "mitigar los riesgos" involucrados en las transacciones de activos digitales. Esos incluyen alta volatilidad, ataques cibernéticos y lavado de dinero, según un comunicado.
Las instituciones financieras deberían centrarse en "financiar la inversión, la producción y el consumo de bienes y servicios", agregó.
No tienen vergüenza en el BCRA: ellos estimulan el lavado de dinero con las trabas y los tributos exagerados. Ellos provocan inestabilidad, comenzando por la inseguridad jurídica vigente. Ellos desalientan la inversión con su burocracia, la producción con la inflación y el consumo de bienes y servicios con la desvalorización de la moneda y la inexistencia del crédito a plazos razonables.
Cuando se observa todo esto, lamentablemente hay que descreer que Carlos Melconián, quien se enoja cuando Javier Milei propone erradicar el Banco Central. Pero habría que hacerlo con Pesce y el directorio adentro.
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