TRAS LA PÉSIMA RECLASIFICACIÓN

Un marginal yendo a una cita con 2 poderosos: el FMI y el Tesoro de USA

Sin dudas, el primero en sentir el duro golpe de la reclasificación de la Argentina a la categoría de Standalone, en lugar de hacerla descender al nivel de Frontera, será el ministro de Economía, Martín Guzmán, que tiene en los próximos días 2 importantes encuentros en agenda: el FMI y el Tesoro de USA (gracias al gesto de Biden), que deberán escuchar ahora las súplicas de un país rezagado.


El próximo encuentro directo, entre Martín Guzmán y representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), se dará entre el 9 y el 10 de julio en Italia. 

Más precisamente, en Venecia, en la próxima cumbre de líderes de finanzas del G20, donde el bloque estudiará como principal tópico la aplicación de un impuesto a las grandes fortunas a nivel mundial; proyecto que Argentina avala 100% y que podría tener el apoyo de los estados más importantes del mundo. Y que tiene el voto positivo del organismo que dirige Kristalina Georgieva. 

Será la directora adjunta del departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozac, quien viaje a la ciudad italiana para defender la posición del FMI. Una casualidad que Guzmán pudo celebrar, dado que es ella la principal responsable del caso argentino, aunque no festejó mucho: hace solo horas la Argentina descendió a la categoría de Standalone, un nivel aún inferior a lo esperado y que deja excluido al país de todos los índices de MSCI.

Habrá encuentro bilateral entre el ministro de esta economía marginal y Kozac, quienes más adelante tendrán las responsabilidades de negociar y cerrar un acuerdo por la deuda que el país mantiene con el organismo por unos US$44.500 millones correspondientes al Stand By que el país firmó en 2018 con Mauricio Macri en el gobierno, y cuyo primer y gran pago será en marzo de 2022 por unos US$4.040 millones.

Julie Kozac, por orden de Georgieva, se hizo cargo de las negociaciones con Argentina desde fines del año pasado, y es desde febrero de este año la responsable de discutir los términos técnicos, monetarios, fiscales y macroeconómicos del eventual Facilidades Extendidas que firme el país.

Fue designada como parte del equipo que debería fiscalizar al país, desde el primer momento que Alberto Fernández llamó a renegociar el Stand By vigente pero suspendido cuando este llegó al poder. En sus visitas a Buenos Aires mostró buena sintonía con Guzmán, el embajador local ante el FMI, Sergio Chodos, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce.

Kozac apostó, al menos hasta los contactos que llevaron casi a la firma del acuerdo entre febrero y marzo pasado, a la comprensión de la situación de la economía argentina, y ha mantenido actitudes flexibles en terrenos resbaladizos. Pero como su cargo manda, siempre aclaró que la Argentina debe comprometerse a metas numéricamente comprobables y mensurables. Y, lo más importante en las actuales circunstancias, siempre habló de acuerdos a 10 años para el posible Facilidades Extendidas que discute el país; y en los términos clásicos del organismo financiero internacional. Reconoce Kozac que cualquier alteración a este marco la excede, y deberá pasar a ser considerado dentro de las líneas políticas del FMI. Sería entonces terreno de Georgieva, o, más aún, de los líderes de los países que dominan el board del organismo, empenzando por Joe Biden.

El mandatario norteamericano, en efecto, hizo hace horas un gran gesto político al consentir que su secretaria del Tesoro, Janet Yellen, agende una reunión formal con el ministro (aún no está definido si se encontrarán en Washington o si habrá encuentro virtual), para conocer los términos reservados de la negociación que está haciendo el argentino con el FMI. 

Sin dudas, la Argentina sólo podrá lograr su refinanciación con el apoyo político de la Casa Blanca.

"Lo ideal es viajar y que Martín (por Guzmán) la vea a Yellen en persona. Obvio, nosotros no decidimos", explicaron desde el Poder Ejecutivo sin mucha precisión.

Si el titular del Palacio de Hacienda viaja, sería en las próximas dos semanas, luego de la cumbre del G20 en Venecia, donde retomará la negociación con el Club de París y confirmará a sus colegas europeos que Argentina propone pagar en cuotas anuales la deuda que -a marzo de 2022- será de US$2.000 millones.

Yellen conoce la estrategia de negociación diseñada por Alberto Fernández y Guzmán. La secretaria del Tesoro cruza información con Kristalina Georgieva, y ya tiene un dossier con la mirada y los datos aportados por Sergio Massa cuando visitó Washington la semana pasada.

El titular de la Cámara de Diputados fue clave para facilitar los contactos entre la Secretaría del Tesoro y el Ministerio de Economía, y su información sobre la propuesta al FMI llegó sin escalas a la Casa Blanca y al Departamento del Tesoro. Esos datos económicos y financieros con perspectiva política terminaron en el despacho de Yellen.

Biden hace una apuesta geopolítica con Alberto Fernández en la región y de ahí que Yellen habilitara un diálogo formal con Guzmán, el ministro de Economía de un país con escaso peso global y deudor serial del FMI.

Pero aunque Guzmán asume el lugar de la Argentina en el mundo, negocia con lo que tiene a mano, y logró cerrar un acuerdo con los acreedores privados y un entendimiento con el Club de París, el golpe de ayer del MSCI no era lo que esperaba...

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