DEBATE

CARLOS KERLAKIAN

Todo lo que hay que saber sobre litio, renovables, nuclear, fracking y autos eléctricos

Tal como se aprecia en sus intervenciones en el Subcomité de Combustibles del IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación), Carlos Kerlakian es una autoridad en los temas de energía, un tema fundamental en el mundo presente: desde la geopolítica del gas y el petróleo al consumo en avance de las energías renovables, la reconversión de la industria automotriz, el debate sobre el Calentamiento Global y la reducción de la contaminación. No hay actividad hoy día que no esté cruzada por lo climático en un planeta en más dificultades de las que aceptan los negacionistas de siempre.

Entrevista a Carlos Alejandro Kerlakian, licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Buenos Aires, consultor especializado en temas de energía:

-Mucho se habla y escribe sobre cambio climático y las exigencias que esto plantea a la Argentina. Pero ¿cómo queda, entonces, todo lo enfocado en el fracking?

-El fracking es un negocio de pocos y esos pocos todavía están en etapa de aprendizaje en nuestro país. Según informaciones comentadas en estos días, nuestro país tendría petróleo como para 100 años pero paralelamente, el país pretende cumplir con los Acuerdos de París sobre cambio. Estas dos cuestiones son incompatibles, por lo que impresiona que sería más conveniente desacelerar la extracción de petróleo tanto convencional como no convencional y que el país comience a enfocarse en energías alternativas. Creo que el país cuenta con centros de investigación y científicos preparados como para establecer varios polos de I&D&D y trabajar sobre el desarrollo de energías alternativas y no hablo solo del biodiesel o bioetanol, incluyo vehículos eléctricos, vehículos impulsados con motores de combustión interna, como los actuales, pero utilizando combustibles menos contaminantes. Las mismas moléculas de bioetanol y biodiesel pueden ser plataformas de nuevos compuestos más amigables con el medio ambiente. Sacar el petróleo del subsuelo y quemarlo solo produce contaminación. Producir biocombustibles a partir de recursos renovables reduce enormemente la contaminación. No obstante, éstos son combustibles de transición y se debe trabajar para lograr algo que no tenga limitante con recursos naturales como son: aceite de soja, azúcar, maíz. Hay todo un campo en la industria de los residuos sólidos urbanos, con el biogás (metano) que nuestro país no explora ni explota.

-Existe una cierta rigidez en los enfoques sobre biocombustibles, que se habían comenzado a impulsar con el 'corte' de las naftas y el diesel, pero luego ya no parecen tan populares entre los funcionarios. A medida que avanza la motorización híbrida y la eléctrica, ¿cómo imagina el futuro de los biocom?

-En primer término los biocombustibles siempre fueron una alternativa transitoria y nunca definitiva. Ni aún utilizando toda la producción mundial de aceites y grasas se podría reemplazar a los combustibles derivados del petróleo. Esto sumado a algunos problemas técnicos como el frío y la calidad de los biocombustibles hacen que los porcentajes de mezcla sean reducidos. La existencia de países como Brasil con su programa basado en el bioetanol de caña y de los EE.UU. con vehículos fabricados con motorizaciones que pueden soportar altas concentraciones de bioetanol, son excepcionales en el mundo. Pensemos que Brasil enfocó su economía por décadas a la producción de azúcar (consume mucha mano de obra y así mueve su economía) y, a través de los planes de alconafta encuentran aplicación estos recursos superavitarios. Los EEUU tiene todo el cordón maicero que es líder mundial y, si no se volcaran esos excedentes a la producción de bioetanol harían que los precios internacionales del cereal cayeran estrepitosamente afectando seriamente la economía de una gran proporción del sector rural

Por otra parte es notorio el sesgo ideológico de los funcionarios hacia todo aquello que venga del campo, salvo los dólares que le provee la exportación de soja. De ahí que el nuevo proyecto de ley de biocombustibles es un retroceso en este aspecto y puede causarle un daño severo al sector. Observe que, en el caso particular del bioetanol, el "corte obligatorio" se mantiene en el 12% - 6% lo proveerá la industria azucarera y 6% la industria maicera- pero, en el supuesto que se deba alterar a la baja ese porcentaje, el sector castigado es el maicero. Demás está decir quienes gobiernan las provincias de producción de caña de azúcar. Para finalizar, la información vigente da cuenta que los grandes equipos utilizados en el transporte de mercaderías seguirán, por un largo tiempo, utilizando motores de combustión interna y que migrar hacia otro tipo de impulsores requerirá un tiempo prudencial para ejecutarse. Interín, los biocombustibles tienen un papel importante para jugar.

-La industria automotriz argentina fue deteriorándose en su capacidad de producir sus partes y autopartes. La dependencia de la electrónica e informática que tienen los vehículos eléctricos puede incrementar el deterioro. ¿Cuál es el margen para reconvertir a la industria automotriz?

-Escaso. Si uno analiza el porcentual de componentes fabricados en el país de un automóvil verá que son escasos. Muchas empresas autopartistas han dejado el país, por razones de escala y de política económica. La cantidad de motores, cajas de cambio, instrumental y demás de los vehículos fabricados en el país, es mínimo. Las empresas automotrices funcionan más como empresas de ensamblado, que como productoras reales de vehículos. Esto requiere un análisis y hasta replanteo del destino de la industria. Por citar un par de ejemplos:  Australia, que en su momento tenía industria automotriz, resolvió realizar una reconversión del sector e importar los vehículos. Chile tampoco tiene industria automotriz. Brasil tiene una industria que supera con creces a la nacional, entonces impresiona que el país se deba todavía un debate serio acerca del destino de esa industria y quizá enfocarse en otras actividades donde el país es más competitivo.

-El litio aparece como un recurso minero necesario para la reconversión de la energía, y tenemos litio ¿entonces qué hacemos? ¿Proveedores de materia prima o algo más?

-Decir que tenemos yacimientos de litio es un error. El recurso, por sí solo, no es fuente de ingresos para el país. De igual forma podemos decir que nuestro país tiene grandes recursos de gas (Vaca Muerta es algo así como un 70% de gas), pero no tenemos un gasoducto para transportarlo y llegar hasta el Gran Rosario y abastecer todo el Polo Aceitero de la zona, o llegarnos hasta la frontera con Brasil o Chile y vender esos recursos con el consiguiente ingreso de divisas al país. Reitero, el recurso no hace grande un país, lo hace su elaboración y para esto me permito citar un par de ejemplos: ¿quien tiene mayores beneficios económicos, un productor de cacao en Brasil o la firma Lindt, de Suiza, que vende el chocolate en barra? O ¿quien obtiene mayores beneficios: el productor agropecuario de Colombia que extrae los granos de café de la planta o la firma Nespresso que elabora las cápsulas para las máquinas?

El verdadero beneficio se obtiene a partir de joint ventures con empresas que dispongan de la tecnología para elaborar baterías, instalarlas en la zona de producción y exportar un producto 'tailor made' que requiera la industria automotriz para los tiempos que vienen. Por otra parte, no olvidemos que el litio también es un recurso limitado y que si bien se puede reciclar, las empresas que lo realizan son muy pocas en el mundo porque los volúmenes que deben operar son grandes para asegurar rentabilidad.

-Quienes avizoran un desarrollo de la energía eólica en la costa del Atlántico Sur afirman, sin embargo, que se requieren volúmenes de inversión complicados de conseguir. ¿Es cierto o es un mito? ¿Fue tan oneroso el desarrollo de Dinamarca en ese escenario?

-No conozco el tema en profundidad como para emitir una opinión acabada pero en nuestro país todo es caro a lo que se le suma la inestabilidad económica. Las reglas de "juego" comerciales que se fijan en un momento y que pueden resultar atractivas para inversiones de capital, un cambio de gobierno, por legislación nacional (v.g. la Ley de Biocombustibles modifica el escenario y las empresas deben asumir la pérdida. Otro ejemplo podrían ser los bonos que emitió el Estado Argentino y entraron en default. Finalizada la renegociación de la deuda y si bien se respetó el 'gentleman agreement' de no vender inmediatamente, muchos hubiesen salido a vender sus tenencias al día siguiente asumiendo una pérdida enorme pero haciendo un 'fly to quality' y así acotar riesgos).

-¿Debería existir alguna promoción de la generación de energía solar y uso de las energías limpias?

-Sí, debería existir una promoción e incentivar a que el público o las empresas utilicen mayores porcentajes de alternativas (el problema es nuestro país porque cuando se sancionó la Ley de Biocombustibles en el 2006, que justamente era una ley promocional, y se puso en vigencia en el 2008, el precio al cual las empresas petroleras se veían obligadas a comprar tanto biodiesel como bioetanol a las empresas productoras era tan, pero tan alto, que las grandes firmas productora amortizaron sus plantas de biodiesel en 1,5 a 2 años, cuando el plan de negocios se elaboró con una proyección de amortización en 10 años. Creo que se entiende lo que pasó, ¿no?). El problema no es la promoción sino los negocios que se originan alrededor de este concepto.

-El problema tarifario no parece resuelto en el Área Metropolitana Buenos Aires más allá de las elecciones 2021, ¿cuál es su enfoque de la relación costo/precio de la energía?

-No hablaría del costo/precio de la energía, hablaría en el costo/precio de un producto o servicio y mi criterio es que las tarifas deben ser tales que cubran los costos de producción más una ganancia razonable, caso contrario, no resulta rentable para empresas que deseen invertir. Tampoco debe ser el rol del Estado cubrir con subsidios las diferencias entre la tarifa que paga el usuario y el valor que reciben las empresas. Obviamente, un sector de la población debe ser protegido por el Estado para lograr una vida y desarrollo digno. Ahora bien, una protección indiscriminada no garantiza equidad. Un ejemplo personal: administré hasta hace poco el departamento de una tía fallecida en la calle Ayacucho 1964, Ciudad Autónoma, entre Avda. Alvear y Avda. Quintana, de 100 metros cuadrados que, por ser jubilada, recibía un subsidio para el servicio eléctrico (!?). 

El problema que se plantea en nuestro país en un gobierno retrasa mucho las tarifas y cubre con mayores subsidios del Estado generando mayores déficits que se pagan con deuda, mayor inflación o pérdida en la calidad de vida de la población. Llega otro gobierno y trata de reducir el nivel de subsidios del Estado a tal nivel que provoca una actualización de las tarifas que resulta insoportable para la mayoría de la población. Siempre faltó una planificación de ajuste de tarifas que fuera acompañado por una mejora en la calidad de vida de la población por mayores salarios y que estos sean el resultado de una mayor productividad y no por la actuación de tal o cual sindicato. En definitiva: el problema no son las tarifas altas, sino los salarios bajos, con lo cual la posibilidad de mejorar la calidad de vida de una población se va reduciendo con el tiempo.

-Algunos dicen que el debate sobre la energía eléctrica no es nuevo, se remonta al año 2000 cuando se intensificaron los debates entre generadores, transportistas y distribuidores, mientras los consumidores descubrían que había ajustes de tarifas dolarizadas, y cesaron algunas inversiones. ¿Es mito o realidad?

-Es muy probable que sea verdad pero eso va de la mano con el hecho que en el año 2000 el gobierno respetaba el sistema de convertibilidad y muchas de estas cuestiones pasaban desapercibidas. Recién cuando el déficit fiscal se hace más notorio y el plan no funcionaba como en un principio estos ítems de costos dolarizados comenzaron a ser objeto de cuestionamientos severos -a lo que se le sumaban las presiones políticas/empresariales para salir de ese sistema económico (interín el FMI con Anne Kruger como Subdirectora General decía que el mundo debía dar una buena señal a los países que se endeudan y que si estos tienen que quebrar que lo hagan. Lamentablemente esa teoría que se puso en práctica en nuestro país le causó tantos o más dolores de cabeza al mismo FMI)-.

-¿El hidrógeno es realmente una posibilidad en el futuro de la energía? ¿Hay alguna experiencia al respecto en la Argentina?

-Es una alternativa aunque no podría decir que es la definitiva. De hecho, algunos centros de investigación como Y-Tec de YPF trabaja en este tema pero requiere todavía mayores ensayos y, lo que es fundamental, condiciones de seguridad extremas para evitar fugas de los tanques depósito o de los mismos vehículos. Tal como se maneja en nuestro país, la explosión de un tanque de hidrógeno de un vehículo podría causar un daño enorme.

-El gigante ruso Rosatom aparece muy activo en todo lo que es construcción de generadores de energía atómica en una cantidad de países, ¿la energía nuclear sigue siendo una opción factible para la Argentina?

-Creo que no. La Argentina debe abandonar este tipo de energías y enfocarse en las del tipo renovables. Con energía atómica, que puede resultar muy interesante en una primera etapa, tarde o temprano hay que buscar un sitio donde almacenar el material radioactivo que ya no utiliza más el reactor y el beneficio de un momento se transforma en una hipoteca de por vida.

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