Hasta ahora La Casta (empresarial, porque no es sólo sindical o de la partidocracia) afirma respaldar gran parte de la economía de Javier Milei pero, también es verdad, el dinero no aparece en forma de inversión. Apenas el blanqueo de capitales. Y el RIGI es con cuentagotas, cuando Milei no sólo precisa los dólares sino también la inversión directa. Sin embargo, la economía tiene su capítulo financiero en positivo, ¿podrá ampliarse al resto de las temáticas? La otra pregunta es ¿Y si le sale bien? Al respecto, Sebastián Dumont escribió:
INTERROGANTES
¿Y si le sale bien?: la pregunta sobre Javier Milei que más preocupa a 'La Casta'
La economía acumula dudas pero hasta ahora no trastabilla. Por eso en La Casta se preguntan qué hacer con Javier Milei: ¿Invierten o no invierten?
30 de octubre de 2024 - 23:30
¿Y si le sale bien? La pregunta no es nueva. Pero se ha vuelto insistente desde la semana pasada en diversas mesas políticas ante los resultados ya perceptibles de algunas de las decisiones económicas del gobierno de Javier Milei. Lo que asomaba con escepticismo a comienzos del año dio paso al convencimiento que “no fue magia” haber logrado sostener a rajatabla el equilibrio fiscal y el fuerte ajuste del gasto público para mantener a raya la inflación, a la vez que planchar el tipo de cambio, recuperar reservas y bajar el riesgo país. Se multiplican las voces más o menos sonoras que reconocen una dificultad política adicional para quienes quieran ponerse enfrente del gobierno y ser alternativa el año que viene. La Libertad Avanza, envalentonada va por más. Incluso utiliza la misma frase que se le escuchó a Cristina Fernández de Kirchner alguna vez: “Vamos por todo”. Y en ese empuje, hay una colina clave a conquistar y es el Gran Buenos Aires. El conurbano bonaerense.
Si pudiera definirse como exitoso el camino emprendido por Javier Milei hasta aquí, es probable que no deba ser sólo cerrado a los resultados económicos palpables. Adelante o detrás de estas acciones hay un contexto político que pudo auscultar los vientos de cambio de una sociedad agotada de quienes trajeron al país hasta aquí. Con idas y vueltas. Con momentos mejores y de los otros. Pero el balance, desde 1983 a esta parte, es deficitario. Esta semana se cumplieron 41 años de aquel triunfo de Raúl Alfonsín y de la quema del cajón por parte de Herminio Iglesias. Haber subestimado el manejo político del gobierno nacional, por acción y omisión, empieza a ser mirado como un error.
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Es que está sucediendo algo novedoso en el mundo y Argentina no está fuera de ese contexto. Lo que antes era mal mirado, o políticamente incorrecto, ahora es al revés. Si un candidato agrede termina fortalecido, y viceversa. De repente, en este clima argentino, el ajuste se hizo popular. Raro. Pero es así. Lo que no sabemos es si será eterno o cuánto tiempo durará esta lógica. Al momento es el terreno donde deben jugar los diversos sectores políticos, cada vez más divididos.
El mileísmo
El dilema de quienes están enfrente de Javier Milei es complejo. Apelan a que crezca el descontento por medidas de tinte antipopulares según sus miradas, pero que no terminan de “raspar” con contundencia la imagen del Presidente, más que la de su propio gobierno. Es más, múltiples encuestas arrojan que la caída en la imagen de Milei que tuvo en septiembre la recuperó en octubre. Y no es sólo como consecuencia de los datos macro. Lo es también gracias a las internas que libran quienes aspiran a reemplazarlo. La del peronismo es la más clara y ruidosa. Pero no la única. Las tiene el PRO y la UCR. Aquí se cumple una máxima que fue adelantada en diversas notas que acumularon la saga de “De las coaliciones a la colisión, la nueva morfología política”. Ambos procesos están en desarrollo. Aún buscan su composición final que, llegado ese momento, será el punto de partida para un nuevo cambio.
Aquellos términos que parecían lejanos cuando se hablaba de economía, ahora ya no lo son. Hablar de riesgo país o bonos globales está al alcance de la mano de todas las audiencias. Jóvenes que apenas terminan la escuela secundaria ya utilizan plataformas digitales para hacer rendir su dinero. Se han familiarizado con esos tópicos. Y están más atentos a la evolución del mercado. El que más les sigue hablando a esa audiencia es Milei. Si hasta el economista Juan Carlos De Pablo es buscado en videos por jóvenes estudiantes para escuchar sus apreciaciones económicas y sus historias en la materia. Apenas algunos ejemplos de cómo han ido mutando las preferencias y la atención.
Simplificado en la explicación, sobre ese escenario se va configurando el tablero del año que viene. Y aquí es donde volvemos al Gran Buenos Aires, sitio donde al momento ha tenido mayores dificultades Javier Milei para hacer pie y mantiene un piso alto CFK. Hay un detalle que no debe ser pasado por alto: a medida que avanza el calendario electoral se incorporan al padrón miles de jóvenes a los cuales, por ejemplo, les ha quedado muy lejos la épica con la que nacieron agrupaciones políticas como La Cámpora y más cerca las ideas libertarias. Impensado en otros tiempos observar en viviendas precarias del conurbano carteles con la imagen de Milei y un dólar. O incluso ahora aparecen fotos de Donald Trump en una villa de la zona oeste. Rarezas que no son explicadas por la ideología. Revisten otro carácter.
Roberto Navarro
En La Cámpora se engloba muy gráficamente la parábola que ha vivido la clase política en los últimos veinte años. Nacieron a la sombra del poder impulsados por una supuesta rebeldía que llevó a muchos jóvenes a interesarse por la política con la referencia cercana en Néstor Kirchner y CFK, hasta convertirse en burócratas del Estado que muestran cada vez más claramente que su único objetivo es mantener un coto de poder y caja. Ambas siempre van de la mano. De lo contrario sería difícil explicar el silencio de actores como Luana Volnovich (ex Pami) o Fernanda Raverta (ex ANSeS) ante el “avance libertario sobre los derechos de jubilados o los más vulnerables”, tal como reza el slogan más escuchado por estas horas. Nadie duda de vasos comunicantes con la Casa Rosada que se traducen en nombramientos de funcionarios que, pasan los años y los gobiernos y siguen sentados en sus lugares.
Esos cuestionamientos internos a los laderos de Máximo Kirchner son, en gran parte, los que llevaron a CFK a encontrarse con enormes dificultades para alinear a todos detrás de su candidatura a la conducción del Partido Justicialista.
Experimentados dirigentes territoriales que no pueden ser tildados de anti kirchneristas han alzado la voz con mayor claridad para cuestionarlos. La semana pasada se sumaron a ese coro Mario Ishii, de José C. Paz; y Juan José Mussi, de Berazategui. Al mismo tiempo, se mostraron cercanos a Axel Kicillof. El gobernador realiza un fino equilibrio para evitar romper todos los lazos con CFK. Cuentan en los pasillos de La Plata que ahora le recriminan a Kicillof abundar con pauta oficial al medio El Destape, liderado por Roberto Navarro que ha girado su línea editorial y aparecieron con más frecuencia las críticas a Máximo Kirchner y su madre. Ante eso, Axel se defiende con una pregunta: “¿Saben quien me pidió que lo haga?”. Sí, adivinaron: CFK.
Vicente Saadi, Lorenzo Miguel y Las 62
La ex vice va a terminar al frente del Partido Justicialista, pero con un costo que antes no tenía. En este gran dislate aparecen situaciones risueñas de quienes quieren, por un lado diferenciarse y por el otro, no lo pueden hacer por razones varias, algunas escabrosas. Es el caso del intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, quien publicó una carta el viernes para pedir la unidad del peronismo pero se metió solito en una trampa y terminó poniendo en el mismo lugar a CFK con María Estela Martínez de Perón y Herminio Iglesias. No es difícil imaginar cómo podría haber caído en el Instituto Patria.
“Muchos peronistas, con cargos institucionales y otros que lo tuvieron, abonarán ese camino. Algo parecido a lo que pasó en 1985, pero sin los liderazgos de aquel entonces”, sostuvo en uno de los párrafos de la misiva, en la que explicó por qué terminó firmando en la lista de CFK. “Para un peronista, es un orgullo ser parte del Consejo Nacional del PJ”, sostuvo. De esta manera realizó un giro a lo mucho que le había dicho a dirigentes peronistas que están dispuestos a construir un esquema por fuera de los designios de CFK.
Al traer a colación el año 1985 para emparentarse con este momento, obliga a recordar lo que sucedió en aquel entonces. En aquellos días se llevó adelante (el 06/07/1985 en la ciudad de Santa Rosa), el Congreso de La Pampa, también conocido como el congreso de la unidad.
El dirigente catamarqueño Vicente Saadi se erigió como el mediador entre Lorenzo Miguel y el titular del Consejo disidente, Oraldo Britos, resultando de las negociaciones una lista de unidad en la que se eligió un nuevo Consejo Nacional. La viuda de Perón fue nuevamente ratificada como Presidenta (a pesar de haber rechazado tanto la titularidad ofrecida en el Teatro Odeón como en Río Hondo), Saadi en la vicepresidencia 1ra., Jorge Triaca en la 2da. y Herminio Iglesias como Secretario General. Esa unión implicó el triunfo de un sector con el apoyo de las 62 Organizaciones Peronistas y el llamado de algunos peronistas a romper para expulsar definitivamente a los ortodoxos y verticalistas de la identidad peronista.
Pasan los años, mucho se renueva, los tiempos cambian, pero hay aspectos donde la historia vuelve a repetirse. Quizá ya no como tragedia, pero sí como comedia.
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