La telenovela mexicana que se encontraría pautada por el Gobierno Nacional para distraer a la opinión pública de los graves problemas que atraviesa la Argentina, tiene una vertiente positiva: el Hiperpresidencialismo se encuentra seriamente expuesto como nefasto para el sistema democrático.
INSPIRADOR CASO DE SUIZA
Telenovela mexicana en la Argentina: El Hiperpresidencialismo llega a su fin
El Hiperpresidencialismo le hizo / hace mal a la Argentina. Sin fedralismo, la República pierde sus condiciones fundacionales. Imprescindible modificarlo.
Un Siglo de Concentración de Poder
La caída de Hipólito Yrigoyen marcó el inicio de una serie de golpes militares que comenzaron a erosionar la democracia y a concentrar el poder en la figura presidencial. El rol del Ejecutivo se fortaleció mientras que los otros poderes del Estado y las autonomías Provinciales empezaron a debilitarse.
Durante el gobierno de Juan Domingo Perón, se profundizó la concentración del poder en el Ejecutivo, con reformas constitucionales que le otorgaron al Presidente facultades casi absolutas. El culto a la personalidad y el control sobre el Legislativo y el Judicial marcaron esta etapa.
Durante los gobiernos militares posteriores, el poder se concentró aún más en la figura del líder de facto, reforzando la idea de un poder presidencial casi omnipotente.
Con Raúl Alfonsín, se buscó reconstruir las instituciones, pero las crisis económicas y políticas hicieron que el poder presidencial volviera a fortalecerse como respuesta a las emergencias.
Carlos Menem utilizó su poder para ampliar su mandato y reforzar el control presidencial sobre las provincias y el Congreso. La reforma constitucional de 1994 intentó limitar el poder presidencial, pero en la práctica, el hiperpresidencialismo persistió.
Néstor y Cristina Kirchner continuaron con la tendencia de centralización del poder, utilizando mecanismos como los decretos de necesidad y urgencia para gobernar sin pasar por el Congreso, lo que exacerbó la concentración del poder en la figura presidencial.
Mauricio Macri prometió un gobierno más federal, pero las tensiones políticas y económicas lo llevaron a centralizar más el poder presidencial.
La concentración de poder en el Presidente ha debilitado las instituciones democráticas, ha reducido la calidad del debate político y ha aumentado la corrupción y la inestabilidad. La falta de equilibrio entre los poderes ha impedido un desarrollo más equitativo y federal del país.
- A lo largo de los años, el Hiperpresidencialismo ha erosionado la confianza pública en las instituciones y ha contribuido a una crisis política y social recurrente.
- El federalismo a la Suiza es el remedio definitivo al hiperpresidencialismo Argentino, y las distorsiones generadas.
A la Suiza
En Argentina, el poder ha tendido a concentrarse en la figura del Presidente, quien consigue facultades delegadas por el Legislativo y ejerce un control considerable sobre los otros poderes republicanos, y los gobiernos provinciales.
Los presidentes en Argentina han gobernado en mandatos prolongados, con reformas constitucionales y reelecciones que han permitido la consolidación del poder en una sola persona durante años.
En Suiza -el verdadero nombre es largo pero significativo: Confederación Helvética-, el Poder Ejecutivo es ejercido por un Consejo Federal compuesto por 7 miembros, y la Presidencia de este consejo rota anualmente entre sus miembros. Esto asegura que ninguna persona concentre poder durante un período extenso.
En Argentina, el Presidente debería tener una capacidad de acción acotada al sistema de relaciones exteriores y la defensa nacional.
El sistema Suizo está diseñado para evitar la concentración de poder, promoviendo un equilibrio entre los Cantones (provincias) y el gobierno central. Cada Cantón tiene una gran autonomía, y las decisiones se toman a través de consultas populares y consensos. El Poder Ejecutivo en Argentina, debe dar libertad y restablecer la autonomía de las provincias y municipios.
- La concentración de poder ha llevado a una gobernabilidad ineficiente,
- conflictos entre el gobierno central y las provincias, y
- una continua crisis de legitimidad en las instituciones.
En cambio el federalismo suizo ha permitido
- una mayor estabilidad política,
- un alto nivel de confianza pública en las instituciones, y
- un desarrollo más equitativo y participativo en las distintas regiones del país.
La comparación sugiere que la Argentina podría beneficiarse de un sistema que
- limite el poder presidencial,
- promueva la autonomía provincial y municipal, y
- fomente la rotación y la distribución del poder, en lugar de permitir su acumulación en una sola figura.
El ex presidente Alberto Fernández afirmó el día 14/07/2023, que al inicio de su gestión, se propuso "hacer una Argentina más federal", consideró que lo había "cumplido" a lo largo de los 4 años de su mandato y dijo que realizó "todo" lo que estuvo a su alcance "para lograr el objetivo" de que los argentinos vivan mejor.
Seguramente hace 1 año, él nunca imaginó que sus cuestiones privadas, podrían derivar en un torpedo bajo la línea de flotación al sistema hiperpresidencialista argentino que, en verdad, no modificó.
--------------------------------------------------
Más contenido en Urgente24
Gmail: el truco definitivo para liberar espacio sin borrar ningún correo
De iOS a Android: La realidad de la seguridad en celulares
WhatsApp: cómo activar el “modo fantasma” para proteger la cuenta
La plataforma sin anuncios que surge como alternativa a Netflix
Te puede interesar
- LATINOBARÓMETRO
Los K ya no están de moda: Democracia no es presidencialismo
- SAQUEOS Y VIOLENCIA
Duhalde: "Hay que terminar con los hiper presidencialismos"
-
-