Néstor Kirchner solía decir que había que mirar lo que hacía y no tanto lo que decía. Sus críticos lo acusaban de aplicar la política del ‘tero’, esa ave zancuda que canta en un sitio y pone sus huevos en otro para distraer a sus depredadores. Con las prepagas, el Frente de Todos pasó de la amenaza de la reforma del sistema que incluía el fantasma de la estatización a concederles el aumento en las cuotas que venían reclamando. En el fondo, el problema sigue siendo la inflación.
Hace poco más de 1 mes, la vicepresidenta Cristina Kirchner reclamó la reforma integral del sistema de salud, durante un acto junto a Axel Kicillof en la puerta del Hospital de Niños Sor María Ludovica.
“Vamos a tener que repensar todo el sistema de salud. Dicen los que saben que tal vez vengan otras pandemias. Lo peor que nos puede pasar es negarnos a discutir la realidad”, aseguró la titular del Senado.
La cautelas de las prepagas
Tras la insistencia de CFK, la Unión Argentina de Salud (UAS) presentó una medida cautelar para que se cumpla la ley y se permitan subir las cuotas de los planes de medicina privada.
Unas 15 empresas fueron las que solicitaron a la Justicia que se autorice un aumento del 9,77% sobre el valor actual de las cuotas de las EMP.
Además, el presidente de la UAS Claudio Belocopitt, le reclamó al Gobierno que "aclare" si existe un plan para estatizar el sistema, a raíz de las declaraciones de la vicepresidenta.
El conflicto con los trabajadores de la salud
Belocopitt comentó por entonces que parte de las paritarias del sector vencieron el 1º de junio, mientras que otra parte lo hará el 30 de junio. Pero que, con la crisis actual, era imposible negociar aumentos, que creyó necesarios para los trabajadores de la salud.
Ese fue uno de los motivos de las protestas y el anuncio del paro de los trabajadores de la salud en sanatorios y clínicas privadas.
Los prestadores argumentaron que no podían dar un aumento del 45% que reclama el gremio de la Sanidad, que lidera Héctor Daer, porque no tienen cubiertos sus costos.
Además, las prepagas, aseguraron que tenían “trabados” los aumentos y por eso acudieron a la Justicia para lograr que se recompongan sus márgenes.
El aumento tantas veces negado
En ese contexto, que tiene de fondo a la cuestión inflacionaria con tarifas casi congeladas en varios sectores, aumento de costos para las empresas y del costo de vida para los trabajadores, se hizo insostenible la posición del Gobierno nacional.
Tras el acuerdo paritario con los trabajadores de la salud alcanzado el jueves (29/7) que incluyó el incremento salarial del 45%, se desactivó el paro. El aumento será de 15% en julio; 15% en septiembre; 10% en noviembre, y 5 por ciento en febrero.
Tras eso, este viernes (30/7) el Gobierno le concedió a las prepagas los aumentos que pedían. Será un 9% para agosto, un 9% para septiembre, un 9% a partir de octubre y un 9% para enero de 2022, según se publicó en el Boletín oficial.
La resolución 2125/2021 del Gobierno nacional le termina dando la razón a las empresas: “las entidades representativas del sector han expresado en forma reiterada su preocupación por el estado crítico en que se encuentran la mayoría de los prestadores y enfatizado la necesidad de incrementar los aranceles que perciben por las prestaciones que brindan, a fin de paliar dicha situación y garantizar su continuidad”.
“En dicho contexto y teniendo especialmente en cuenta los requerimientos del sector, con el fin de considerar la procedencia de dar curso a la autorización de un aumento, las áreas técnicas de la Superintendencia de Servicios de Salud han evaluado el incremento de costos sufrido por aquel desde la fecha del último aumento autorizado”, completa el texto de la resolución.
En conclusión, las cuotas de las prepagas aumentarán un 27%, en tres tramos para este año y llegará a un 36% en enero de 2022, sumando presión al índice inflacionario.