Mientras "El Señor del Tabaco" mira atento al Congreso Nacional y le reza a los 72 senadores para que tomen una decisión que lo favorezca y continúe sin pagar impuestos que hasta ahora está eludiendo gracias a cuestionables fallos judiciales, el poderoso empresario también ignora a la AFIP.
Pablo Otero, conocido como "El Señor del Tabaco", es el dueño de la Tabacalera Sarandí, y aunque su lobby falló en Diputados y el capítulo de impuestos a las tabacaleras se incluyó en la Ley de Bases que tiene media sanción, por estas horas hace todo lo posible para que los senadores lo frenen en la Cámara Alta.
Si se llega a aprobar el apartado de la Ley de Bases respecto a las tabacaleras, llevaría a que las marcas de su empresa vuelvan a pagar la misma alícuota de impuesto interno a los cigarrillos que abonan sus competidores, en especial las filiales locales de las multinacionales British American Tobacco (BAT) y Philips Morris International como son la ex Nobleza Piccardo y Massalin Particulares.
"El Señor del Tabaco" en guerra con AFIP
En paralelo, no es el único problema que tiene hoy por hoy Pablo Otero, sino que su empresa, Tabacalera Sarandí, resiste en la justicia contra la AFIP para evitar un sistema de control digital de las estampillas que se aplican a los productos que su compañía pone a la venta.
Según informó la periodista Lucía Salinas, especialista en Judiciales del diario Clarín, la justicia del fuero Contencioso Administrativo intimó a la AFIP para que le entregue a la tabacalera más estampillas.
De todos modos, la AFIP le pidió a la justicia que se anule esa pedido, ya que asegura que Pablo Otero, alias "El Señor del Tabaco", tiene estampillas suficientes para cubrir tres meses de producción de cigarrillos, que debe -en todo caso- cumplir con la Ley y ajustarse al nuevo sistema de control que busca detectar rápidamente el uso de instrumentos fiscales falsos, delito por el que fue denunciado Otero.
Aún así, Tabacalera Sarandí sostiene (en sus reiteradas presentaciones judiciales) que el organismo recaudador (AFIP) aplica un “retaceo injustificado de instrumentos fiscales de control”, es decir de las estampillas, y que con esa decisión de no querer entregarle más “pone en gravedad la continuidad del giro comercial de la empresa”.
Uso de estampillas falsas
Sucede que a mediados del 2023, la AFIP dispuso cambiar las estampillas fiscales que se observan en los paquetes de cigarrillos. Dichas estampillas se denominan Instrumentos Fiscales de Control (IFC), porque permiten verificar el pago de los impuestos por cada atado que se vende.
Sin embargo, el “señor del Tabaco” quiere seguir bajo el antiguo sistema, tema por el que fue denunciado en reiteradas ocasiones a causa de evasión impositiva por el uso de estampillas falsas.
Las estampillas fiscales están en proceso de modificación. En enero pasado se puso en marcha un nuevo sistema de instrumentos fiscales que permiten mayor control. Si Pablo Otero continúa acopiando IFC seguirá durante muchos meses más bajo el antiguo sistema.
La ley de Bases y el impuesto al sr. del Tabaco
Sobre qué pasará en el Senado con el artículo que impactaría en el negocio de Pablo Otero, (del impuesto interno al tabaco), la mayoría de los senadores consideran que es prudente mantenerlo tal cual se votó en la Cámara baja, ya que no quieren ponerse sobre las espaldas un nuevo problema o escándalo, que saben que puede surgir si se beneficia al sr. del Tabaco.
Si se llega a aprobar esa ley con ese impuesto, Pablo Otero y su tabacalera dejasen de evadir el impuesto interno que el año pasado, según datos del mercado publicados por el portal iProfesional, generó una recaudación de u$s1.488 millones; el Fondo Especial del Tabaco (FET), otros u$s213 millones y el Fondo de Asistencia Social (FAS), sumó a la cuenta u$s186 millones más.