CÓRDOBA. El desembarco de la plataforma Uber en Argentina fue uno de los más engorrosos que la empresa norteamericana debe haber tenido en su llegada a los 5 continentes. Las trabas burocráticas y administrativas impidieron un asentamiento inmediato de una plataforma de servicios altamente exitosa en el resto del mundo. En Argentina, la empresa brinda el servicio oficialmente en las ciudades de Mendoza, Mar del Plata y la Capital Federal.
A LA CARGA
Uber vuelve a agitar el avispero del transporte en Córdoba
La plataforma de transporte estadounidense insiste en instalar el servicio en la segunda plaza más importante del país e intentará operar a partir de los primeros días del 2021. Los taxistas y remiseros de la ciudad de Córdoba ya planean protestas y cuentan con la protección municipal. A fines de 2019, Uber pudo operar durante poco más de una semana en la capital cordobesa, hasta que un fallo de la Cámara Contencioso Administrativa de segunda nominación de Córdoba hizo lugar a una apelación presentada por el propio municipio cordobés, en ese entonces gestionado por Ramón Mestre, que dio de baja al servicio.
En comparación con otros países de la región como Brasil o Chile que cuentan con el servicio en muchas ciudades, Argentina aún no termina de aceptar la llegada de la plataforma, desconectando a otras grandes ciudades.
Ese es el caso de Córdoba, que tiene uno de los ejidos municipales más grandes de Latinoamérica (576 km²), llegando a superar por mucho a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (257 km²). Esa extensión territorial la hace potencialmente deseada por la plataforma, ya que las distancias que se cubren en transporte son muy largas, lo que induce en una ganancia mayor en este tipo de servicios.
En un principio, la llegada de Uber a Córdoba estaba planeada por la plataforma para fines de 2019. Así fue que el 9/9/2019, la plataforma de transporte comenzó sus operaciones en la capital cordobesa. Pero tan solo 4 días después, la Cámara Contencioso Administrativa de segunda nominación de Córdoba aceptó una apelación de la Municipalidad de Córdoba, donde se solicitaba la prohibición del servicio por la inexistencia de un marco que regule la actividad.
Desde el municipio explicaron en aquella ocasión que la regulación del transporte público en vehículos particulares sólo comprendía la actividad de taxis y remis. De este modo, Uber vio como su intento de llegar a Córdoba se entorpecía burocráticamente.
Esa traba en la instalación de la plataforma en la capital cordobesa no fue meramente burocrática, sino también una decisión política en beneficio de los titulares de “chapas” o licencias de taxis y remis, quienes llevaron a cabo intensas jornadas de protestas en los días anteriores a la llegada de Uber a Córdoba.
Así fue que el desembarco de Uber a Córdoba quedó “dormido” durante más de un año. Pero en los últimos días, los directivos de la plataforma en Sudamérica dieron a conocer sus intenciones de llevar a cabo un nuevo desembarco en Córdoba, motivado en un nuevo fallo judicial de la Cámara Contencioso Administrativa de segunda nominación de Córdoba.
A fines de octubre, la Cámara aceptó un nuevo amparo municipal, pero esta vez no dictó la prohibición del servicio como en 2019, sino que intimó al municipio cordobés a reglamentar el servicio dentro de las ordenanzas municipales para que Uber pueda desarrollar su derecho constitucional de brindar dicho servicio. De este modo y en un plazo de 30 días, la Municipalidad de Córdoba debería reglamentar la actividad de automóviles con chofer.
Esta resolución debería resolverse a mediados de diciembre, por lo que los directivos de la aplicación están esperanzados de que en los primeros días del 2021, Uber pueda comenzar a brindar servicio en Córdoba capital. “Queremos volver y queremos que sea cuanto antes. Pero vamos a esperar a los tiempos de la justicia”, dijo al respecto el gerente de comunicaciones de Uber para Latinoamérica, Juan Labaqui, en declaraciones a Radio Pulxo FM 95.1 (Córdoba).
Si bien el escenario parece prometedor para la plataforma y los posibles conductores que en Córdoba capital superan los 35 mil inscriptos a pesar de que la misma no funciona desde hace más de un año, desde el municipio cordobés buscará redoblar la apuesta y apelarán el fallo de la justicia que insta a regular la actividad. Parece que la política municipal (del ex intendente Ramón Mestre y el actual intendente Martín Llaryora) es mantener al mínimo el margen de conflicto con los taxistas y remiseros, quienes ven a Uber como una amenaza para su actividad.
Incluso desde el Sindicato de Remiseros de Córdoba ya advirtieron que harán lo que sea necesario para impedir el desembarco de Uber en Córdoba si es que la Justicia lo permite. También advirtieron que las marchas se harán en oposición a cualquier otra prestación que la empresa estadounidense quiera hacer en la ciudad de Córdoba (Uber Eats y Uber Essencials). Cabe destacar que Córdoba capital es una ciudad con numerosos problemas de transporte y el diseño del sistema hace que año a año el tránsito sea más caótico.
La ciudad cordobesa cuenta con tres opciones de transporte público: el transporte urbano (colectivos y trolebus), los taxis y los remis. Las opciones reducidas conducen a que ante el mínimo conflicto, miles de cordobeses queden inmovilizados. Solo en 2016, el sistema de transporte urbano atendido por colectivos transportó a 184 millones de pasajeros.
Con más de 1.3 millones de habitantes, Córdoba es una ciudad que exige soluciones de transporte de un sistema colapsado y quedado en el tiempo. Durante la campaña de elecciones municipales de 2019, una de las promesas de Martín Llaryora para los cordobeses fue la creación de un sistema de tren urbano. Incluso se realizaron tareas de mantenimiento sobre líneas que ya habían sido tendidas en las décadas anteriores. Pero desde el inicio de la pandemia todo ello quedó en “stand by”.
Desde Uber, calculan que su servicio podría satisfacer la necesidad de movilidad de más de 200 mil usuarios que actualmente tienen la aplicación descargada a pesar de que aún no funciona en la ciudad.