ARGENTINA

SANTA FE

Preocupación para la Rosada: La bajante del río Paraná preocupa y genera riesgos para las exportaciones

Tal como sucedió el año pasado, el río Paraná registra una importantísima baja en su nivel, debido principalmente a la falta de lluvias en el litoral. Hay preocupación por las exportanciones, justo en un momento donde la soja alcanza altas cotizaciones y la llegada de los dólares es muy necesaria para el país.

ROSARIO. Tal como sucedió en el 2020, la bajante en el río Paraná genera preocupaciones y alertas sobre lo que pueda llegar a suceder con las exportaciones.

El último registro realizado el 23 de abril en el puerto de la ciudad de Santa Fe, arrojó 1,50 metros y se espera que siga bajando. Hay que tener en cuenta que en febrero se realizó otra medición donde el río llegaba a los 3,41 metros, una altura que es considerada "normal". Desde ese mes, el nivel del agua viene decreciendo.

A mediados de marzo, el Paraná alcanzaba los 2,26 metros. Luego de eso, se pudo observar un amesetamiento y un leve repunte en los primeros días de abril. Pero para la segunda quincena de este mes, ya la bajante era notoria. 

Cabe recordar que el año pasado se registró una baja histórica, donde el río llegó a los 69 centímetros en zonas de Santa Fe, algo que no se había visto en los últimos 40 años. 

“Genera alarma en el sentido de las complicaciones en cuanto a la navegación, a la toma de agua para potabilizar. Y el impacto que genera en los peces, al igual que el año pasado, que fue muy definido, este año podría volver a ocurrir”, explicó a los medios el ingeniero en Recursos Hídricos Hugo Rohrman.

“Todavía no se ha llegado a los niveles mínimos del año pasado, por debajo del metro de altura, porque el río Paraguay está con un valor de caudal en agua media, tirando a bajo, pero sensiblemente superior a los escasísimos niveles que tuvo especialmente desde mitad de año en adelante y que afectó el abastecimiento de agua a Asunción, a Formosa, a Clorinda. El panorama hacia adelante es complicado", advirtió el ingeniero.

La falta de agua se debe principalmente a las pocas lluvias que se registraron en el litoral en estos últimos meses. Pero teniendo en cuenta que abril es el último mes de la considerada temporada de lluvias, la situación es alarmante, de cara al invierno, donde no suele haber precipitaciones.

Sumado a eso, el cierre de las compuertas de las represas hidroeléctricas brasileñas ubicadas en el río Iguazú (que desembocan en el Paraná), impide la circulación del agua y agrava la situación, como ocurrió en el 2020. En el país vecino también se registran pocas lluvias.

“Lamentablemente las negociaciones no han dado los resultados esperados hasta ahora, pero creemos y confiamos en que Brasil nos abra una ventana como el año pasado para poder hacer llegar las barcazas a destino” expresó Wilson Sedy, tesorero de la Cámara Paraguaya de Terminales y Puertos Privados (Caterpa), sobre las gestiones que viene realizando el Gobierno para que se aumente el caudal del Paraná.

El Instituto Nacional del Agua advierte que para el 4 de mayo la altura en el Paraná sería de 1,39 mts. Siete días más tarde, es decir el 11 de ese mes, el nivel descendería a 1,30 mts. 

Esta situación genera alertas en el sector exportador, ya que los principales puertos del país se ubican en el río Paraná y si el nivel del agua llega a ser tan bajo como el año pasado, traerá complicaciones para la circulación de los buques y barcos de carga que transportan las exportaciones.

Entre Arroyo Seco y Timbúes hay 29 terminales portuarias, que no solo reciben el 80% de los granos del país, sino que también ahí se ubican las principales plantas procesadoras que los convierten en harina de soja -uno de los principales productos que exporta el país-, aceite y biodiesel. Una complicación en la logística generaría grandes pérdidas.

Algunas consecuencias de que se siga registrando una baja en el caudal de Paraná son que los barcos y buques tengan que cargar menos mercadería debido a la falta de profundidad del río; que haya demoras en el proceso de exportación; y que se sature la capacidad de almacenaje de granos en los puertos, algo que podría suceder pronto por el inicio de la cosecha del maíz.

En un contexto en donde la soja cotiza casi a 600 dólares, y el país necesita el ingreso de dólares debido a la crisis que atraviesa, la naturaleza no acompaña y solo queda esperar que llueva, acá y en Brasil.

 

 

 

 

 

 

 

 

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