ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO

Amor/Odio: Rodolfo Walsh, periodismo y castrismo

Hace más de 90 años nacía en en la localidad de ChoeleChoel, provincia de Río Negro, Rodolfo Walsh, quien formó una carrera en la Argentina, no sólo periodística, sino política. Es reconocido por su lucha contra el gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón y posteriormente a la dictadura militar. A través de las redes sociales los internautas hicieron de Walsh tendencia, con mensajes por su aniversario a favor y en contra.

"(...) En ese hervidero en que se había transformado la redacción, la aparición repentina de tanto ruido extrañó al jefe del Departamento de Servicios Especiales de la agencia. De modo que asomó sus lentes por la puerta de su oficina para develar la razón de tanto bullicio en plena madrugada. Era la primera vez que Rodolfo Walsh veía al Che Guevara a corta distancia, perdido entre brazos y voces que lo iban empujando hacia el final del pasillo. Y Walsh, siempre cauto, siempre racional, no pudo más que emocionarse un instante ante semejante oportunidad. De todos modos, la conmoción le duró el tiempo que tardó en recordar la cantidad enorme de trabajo acumulado en su escritorio y volvió a su labor.

Del otro lado de aquella puerta donde el pasillo de la redacción terminaba, otro argentino escuchaba los ruidos y sonreía. La puerta no tardó en abrirse y la voz de Guevara en estallar, irónica y socarrona, en la penumbra de la oficina: -"¿Cómo le va al director de la mejor agencia de noticias de América Latina?", bromeó.

 
Rodolfo Walsh fue un escritor de profundo compromiso político que llevó a extremos reprochables (planificar atentados terroristas en Montoneros), que trascendió tanto por sus cuentos policiales como por sus exhaustivas y atrapantes investigaciones periodísticas. El martes 09/01 se cumple un aniversario más de su nacimiento, lo que generó que muchos argentinos lo recordaran, para bien y para mal. 
 
Rodolfo Jorge Walsh, mejor conocido como Rodolfo Walsh, nació en Pueblo Nuevo de la Colonia de Choele-Choel (que desde 1942 tomó el nombre de Lamarque), en la provincia de Río Negro, Argentina el 9 de enero de 1927. Fue un periodista, escritor y traductor que hizo parte de las organizaciones guerrilleras FAP y Montoneros. Es especialmente recordado y reconocido por la lucha que mantuvo contra el terrorismo de Estado, y por ser uno de los pioneros en la escritura de novelas testimoniales, entre las que se destaca: “Operación Masacre”, considerada históricamente la primera novela de No-ficción, aunque también fue escritor de ficción en el que se desenvolvió en el género policíaco.
 
“De los políticos sólo podíamos esperar el engaño, la única revolución definitiva es la que hace el pueblo y dirigen los trabajadores”. Rodolfo Walsh
 
Rodolfo Walsh, fue uno de los más de treinta mil desaparecidos durante la dictadura militar de los años 1976-1983. Todo esto, debido a que estaba vinculado al sindicalismo de izquierda y a la publicación que había hecho tras El Golpe de Estado de 1976 de “La carta abierta a la Junta Militar”.
 
Walsh perteneció a una época en la que “periodismo militante” no era sinónimo de desprecio, y más que a partidos políticos estaba ligado a ideales: denunció masacres, torturas, la muerte de su hija en su Carta a mis amigos, la persecución, con una pluma sensible, punzante. 
 
Siempre se habla de las dos etapas de Rodolfo Walsh, del escritor y del periodista. Sin dudas, hay variaciones, pero él siempre fue uno: el de la Historia y el de las historias; el que se propuso ser un cronista de su tiempo, venciendo el miedo; el que quiso cambiar el mundo.
 
Eduardo Galeano, Osvaldo Bayer, Gabriel García Márquez fueron algunos de los admiradores de Walsh. Este último lo describió como “un cazador en reposo”, aunque eligió una forma poética. Su última compañera, Lilia Ferreyra, lo describió incansable, “tecleando de noche o de día, escribiendo las historias, corrigiendo los textos que sólo yo había leído, porque eran los escritos inéditos que había ido acumulando en los años de clandestinidad”. 
 
Rodolfo Walsh fue un luchador que creyó que se podía radicalizar al peronismo para combatir por la revolución socialista. En esto compartía las expectativas de John William Cooke quien había sentenciado que el peronismo era el fenómeno maldito del país burgués y bajo el impacto de la Revolución Cubana concluyó que el nacionalismo burgués había muerto.
 
Como uno de los encargados del aparato de inteligencia de la organización Montoneros, Walsh centraba su análisis en la dura represión que estaba sufriendo Montoneros y que, como él mismo define, amenazaba con exterminarlos. En los diferentes documentos escritos en el lapso que va de noviembre de 1976 a enero de 1977, buscó preservar a la militancia de la represión y desaparición cuestionando el militarismo y triunfalismo del que se jactaba la conducción. 
 
“Uno de los grandes éxitos del enemigo es estar en guerra con nosotros y no con el conjunto del pueblo. Y esto en buena medida por nuestro ideologismo y nuestra falta de propuestas políticas para la gente real”. Para enfrentar este cuadro de situación sugiere replegarse hacia “el peronismo, y que la única propuesta aglutinante que podemos formular a las masas es la resistencia popular, cuya vanguardia en la clase trabajadora debe ser nuevamente la resistencia peronista, que Montoneros tiene méritos históricos para encabezar”.
 
Hombre de oficios
 
Rodolfo Walsh fue  también lavacopas, limpiavidrios, comerciante de antigüedades, criptógrafo, escritor y periodista con una producción con rasgos artesanales y personales.  
 
Murió en su ley, luchando por encontrar verdades, escribiendo con su arma perfecta, golpeando las teclas millones de veces, como cuando escribió sobre el Cordobazo: “Nuestras clases dominantes han procurado que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan”.