LA TRAGEDIA LABORAL ARGENTINA

El verdadero problema de Macri y la urgente necesidad de salir del laberinto por arriba

A propósito del recientemente fracasado proyecto de ley de 'Trabajo Joven', el periodista Diego Dillenberger hizo una comparación con el intento de reforma laboral de la Alianza de Fernando de la Rúa, que terminó con la caída del Gobierno. Sin insinuar estar al borde del mismo abismo, planteó la posibilidad de que Mauricio Macri esté cometiendo el mismo error. ¿Cuál es, sin embargo, el verdadero problema que atraviesa? La salida, desde el punto de vista comunicacional, es relativa...

A propósito del proyecto de ley 'Trabajo Joven', que fracasó esta semana que pasó, el periodista Diego Dillenberger hizo una comparación en su programa que se emite por Canal Metro, con el intento de reforma laboral del gobierno de la Alianza, liderado por Fernando de la Rúa, que terminó con la renuncia del vicepresidente, y luego la caída del Gobierno, tras un pandemonio organizado entre sindicalistas y peronistas que rápidamente volteó al presidente.

Si bien, el proyecto de Mauricio Macri no era tan ambicioso, y sin insinuar que por aquel caerá, aprovechó para comparar la pésima comunicación y estrategia política en torno a aquel intento de flexibilizar y modernizar la legislación laboral.

Para ello, entrevistó a Matteo Goretti, consultor de comunicación empresaria y política, Gustavo Martínez Pandiani, experto en marketing político, y el encuestador y analista Tomás Lanusse, de Fuente Primaria.

¿El gobierno de Mauricio Macri está cometiendo el mismo error que el de De la Rúa, más allá de que de ninguna manera los liderazgos de Macri y el ex presidente radical sean comparables?

¿Está el gobierno perdiendo la oportunidad de explicar que las dificultades económicas de hoy son culpa del gobierno anterior? ¿Cómo se resuelve ese problema?

¿Cómo hace el gobierno para cambiar la forma de trabajar sobre la opinión pública?

Gustavo Martínez Pandiani, Analista político y experto en marketing político: "Me parece que no es sólo un problema de comunicación. El problema que enfrenta el gobierno, en general, es más un problema político que comunicacional. Un problema comunicacional siempre es en definitiva el resultado de un problema político más de fondo. Hay dos ejemplos concretos: uno es este del proyecto de empleo joven, pero también está pasando, por estas horas, una circunstancia que también demuestra las dificultades políticas que tiene la alianza de gobierno. Hay un proyecto muy importante en vísperas del foro del lunes (por hoy) de inversiones, con la intención de atraer inversores extranjeros, para el cual el gobierno tenía un proyecto muy importante en el Congreso de iniciativa público-privada, es decir, el que le da el marco legal a esas inversiones, que van a ser tan necesarias, y ¿qué pasó? El gobierno se acaba de dar cuenta que no pudo sacarlo a tiempo porque lo tiene trabado en el Senado, el senador (Julio) Cobos, que es miembro integrante de la alianza de Gobierno. Entonces, ¿es un problema de comunicación? No, es un problema político. La apariencia tiene que ver con la comunicación, pero en realidad la  comunicación es siempre algo secundario. La comunicación no puede ocupar nunca la sustancia, el centro de la escena. Siempre es la política el centro".

Matteo Goretti, analista político y experto en comunicación: "creo que lo que tenés aquí, más que tema de comunicación, es tema de gestión que tenés que resolver. Fijate que todos los ejemplos que mencionás son temas de gestión. Entonces la pregunta que podés hacerte es cual es el rol de la comunicación en ese contexto. Uno podría decir que la comunicación sirve para moderar esos problemas, no para encuazarlos, o también para lanzarlos, darle volúmen. Pero la comunicación, básicamente, para lo que sirve es para llegar a la opinión pública, no al círculo rojo, el sindicalismo, la política, los periodistas. Mi punto es que acá hay una coincidencia hoy, no hace 3 meses, entre el gobierno y la opinión pública que tiene que ver con los problemas que la gente tiene. Tenés un problema de inflación, que aparentemente lo está domando el gobierno, y tenés un problema serio de falta de trabajo, básicamente por falta de inversiones, que no es un problema nuevo sino que viene de antes. A mi me parece que el gobierno ya lo está encarando, lo está encarando mejor que hace tres meses, y me parece que lo que está tratando de afinar es cómo comunica ciertas cosas a la opinión pública. Creo que hubo desaciertos y creo que hubieron aciertos. Yo creo que la comunicación no ha sido muy mala. Estamos en un país que acaba de cambiar un gobierno, que venimos de 10 años de una forma de comunicar muy diferente, con problemas serios de gestión, inflación, falta de trabajo, con algunos errores políticos del Gobiero, como por ejemplo, el tema tarifas, la mala implementación del aumento de tarifas. Entonces, en ese contexto, ¿cual es el rol de la comunicación? Mi impresión es que la comunicación ha servido para moderar ciertas cosas. Tengamos en cuenta que la gente puede recibir muy pocos mensajes importantes, y hoy está casi todo copado por temas de falta de trabajo y por los temas de corrupción, o sea, el pasado. ¿Cuáles fueron los "errores" del Gobierno? Bueno, un primer error quizás fue haber desoído los consejos que decían "ojo que el pasado es importante en esta coyuntura", porque vos tenés que compararte con un gobierno que se fue y que la gente no quiere".

"¿Qué se podría hacer para superar ese grave error inicial de no querer hablar del pasado? ¿Se equivocó en arrancar sin mostrar qué es lo que había heredado? ¿Se puede hacer ahora?", preguntó el periodista.

Matteo Goretti: "Se puede seguir haciendo por poco tiempo más. El desafío principal del gobierno es poner en algún momento un mensaje a futuro: recrear la esperanza. El gobierno intentó hacerlo al comienzo, pero la coyuntura hizo eclosionar eso: el tema de los jueces de la Corte, el tema de las tarifas, el tema de la recesión, eso obligó al Gobierno, desde el punto de vista de la gestión, a ocuparse del día a día. Y es cierto que relegó el tema de futuro. En algún momento el gobierno necesariamente va a tener que replantear una idea de futuro, un ancla que tenga que ver con la esperanza. ¿Cuál es el sueño que tiene Macri? ¿Cuál es el sueño del gobierno?"

"¿Cómo hacemos ahora para explicarle a la gente que lo que recibimos es tremendo, cuando no lo hicimos de entrada?", insistió Diego Dillenberger.

Gustavo Martínez Pandiani: "Lo hacés hablando en positivo y hablando del futuro. Hablás del futuro, planteás un futuro que se va a poner en contra de la imagen que tiene la gente de lo que sucedió y no hace falta cobrarle permanentemente al pasado el crédito que necesitás para gobernar. La gente lo eligió al gobierno para que gobierno hacia el futuro, no para que haga historia y todo el tiempo esté haciendo una referencia hacia atrás. El efecto luna de miel tiene un tiempo determinado, se está agotando. Todavía, cada vez que aparece un personaje nefasto del pasado, viene una cuota extra de ese amor. Pero la gente empieza ya a reclamar cada vez más que le cuenten hacia dónde vamos, y no de dónde venimos. Creo que ahí está la clave: un sueño, un paradigma, una perspectiva, algo que tenga que ve con lo que me va a pasar a mí y a mis hijos y a mis nietos, qué va a pasar con el país. Me parece que hacer historia todo el tiempo, no va a rendir. No necesita ser un relato, tiene que ser sí una historia que se pueda comunicar. Que se pueda emocionalmente involucrar la gente y decir: este es un proyecto que quiero compartir".

Matteo Goretti: "El relato tiene que ver más con el presente o con el pasado, no con el futuro. Cuando terminás un Gobierno creás un relato, decís miren lo que hemos logrado, por qué lo hemos logrado, para quién lo hemos logrado. El gobierno no está todavía en tiempo de armar un relato, acaba de asumir".

Tomás Lanusse, encuestador y director de la consultora Fuente Primaria: "Yo te diría que hay que mirar cómo construyeron el futuro en base al presente, los contractualistas. Hobbes, Locke y Rousseau crearon el estado de naturaleza del hombre, que no existía y nunca existió y no va a existir, pero es una construcción teórica de decir que si no hacemos lo que tenemos que hacer, nos va a ocurrir esto. Entonces apuntar hacia el futuro, construir el futuro pero actuando en el presente es la manera de salir del laberinto por arriba y no involucrarse en la coyuntura que es muy difícil y que la opinón pública lo está registrando: solo el 20% dice que está bien económicamente. La salida está por arriba. Apuntar hacia el futuro con actos presentes, pero no solamente en base a la construcción de obra pública, sino de un mensaje positivo de construcción política."