Eli Lilly está buscando la aprobación regulatoria de USA para Mounjaro como tratamiento para la apnea del sueño, mientras que Novo Nordisk ha presentado una solicitud para Wegovy en la enfermedad renal crónica. También está llevando a cabo 3 ensayos en fase avanzada de semaglutida, el ingrediente activo de sus fármacos Ozempic y Wegovy, para la enfermedad de Alzheimer. Otro de los fármacos de esta clase, la lixisenatida, ha mostrado cierta promesa inicial para frenar el empeoramiento de los síntomas motores en pacientes con enfermedad de Parkinson.
ADICCIONES Y ALZHEIMER
Expanden el universo de Ozempic, Wegovy y Mounjaro: US$ 130.000 millones
Las investigaciones se han centrado en la obesidad, pero Ozempic, Wegovy y Mounjaro podrían utilizarse para adicciones, enfermedades cardíacas y Alzheimer.
13 de diciembre de 2024 - 11:45
Ozempic, Wegovy y Mounjaro (Zepbound también).
Dave Ricks, director ejecutivo de Eli Lilly, dijo que la compañía comenzaría estudios a gran escala sobre GLP-1 en el abuso de alcohol, nicotina y drogas: “Creemos y nos hemos propuesto demostrar que estos medicamentos pueden ser útiles para otras cosas que no tenemos en cuenta relacionadas con el peso”, dijo al Club Económico de Washington DC.
El informe de Ian Johnston y Michael Peel para Financial Times cita al medico Mo Sarhan (Florida, USA), quien reemplazó en un paciente los antojos de opioides y alcohol con Mounjaro, el medicamento para bajar de peso de Eli Lilly.
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“En cuestión de días, todos sus antojos desaparecieron y fue mucho más eficaz en su compromiso y tratamiento. Desde entonces le ha ido muy bien”, afirma Sarhan.
Sarhan y su colega Steven Klein en los Centros de Tratamiento Caron en Florida y Pensilvania han recetado una variedad de los llamados 'agonistas' del receptor del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1) para tratar adicciones, utilizándolos junto con terapias tradicionales, a alrededor de 75 pacientes: resultados “convincentes” (aunque muchos de sus beneficios no se han verificado en ensayos en fase avanzada, todavía).
FT:
"Si bien los GLP-1 no están aprobados clínicamente para el tratamiento de la adicción, estudios preliminares sugieren que reducen los antojos al actuar sobre las vías de placer en el cerebro, de forma similar al mecanismo que reduce el apetito.
Sin embargo, la directora del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas de USA, Nora Volkow, señala que el tratamiento de las adicciones puede no ser una prioridad comercial para los grupos farmacéuticos. Los GLP-1 ya están generando grandes ventas para Novo Nordisk y Eli Lilly, pero muchos pacientes obesos aún no los han recibido, por lo que todavía existe un mercado objetivo enorme.
“Puede resultar difícil si la industria farmacéutica dice ‘¿Por qué debería importarme? Gano mucho más dinero recetando estas cosas para la obesidad’”, afirma Volkow"
La obesidad, mal de otros males
¿Qué está pasando? Naveed Sattar, profesor de la Universidad de Glasgow: la pérdida de peso por sí sola es un factor importante de mejoras en cada una de estas áreas de enfermedad.
El profesor danés Jens Juul Holst fue uno de los primeros en identificar la hormona GLP-1 en 1986, y considera que la nueva generación de GLP-1 tiene un impacto similar al de la cirugía bariátrica:
En los últimos años, los GLP-1 han ayudado a transformar la cintura de los pacientes y las líneas de negocio de los grupos farmacéuticos Novo Nordisk y Eli Lilly.
En todo el mundo, más de 1.000 millones de personas son consideradas obesas, según una investigación publicada este año en The Lancet, y "las tasas se duplicaron en el caso de los adultos y se cuadruplicaron en el de los niños y adolescentes entre 1990 y 2022. Las enfermedades vinculadas a la obesidad, como la enfermedad renal crónica y la diabetes, también son cada vez más frecuentes."
Según el proveedor de datos Airfinity, hay 66 ensayos en curso en la última etapa de fármacos GLP-1 para la obesidad, la diabetes y una serie de otras afecciones vinculadas al exceso de peso.
La perspectiva de usos más amplios para los fármacos es una de las razones por las que los analistas de Goldman Sachs prevén un mercado de US$ 130.000 millones en 2030.
Pero también hay estudios en curso en áreas de tratamiento con pocos vínculos aparentes con el exceso de peso.
Novo Nordisk está llevando a cabo 3 ensayos en fase avanzada de semaglutida -ingrediente activo de Ozempic y Wegovy-, para la enfermedad de Alzheimer.
Otro de los fármacos de esta clase, la lixisenatida, está en investigación como freno al empeoramiento de los síntomas motores en pacientes con enfermedad de Parkinson.
Airfinity estima que hacia 2030, Wegovy podría prevenir hasta 3,8 millones de casos del trastorno respiratorio llamado 'apnea obstructiva del sueño', sólo en USA. Eso podría reducir en US$ 3.000 millones el gasto en las máquinas CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias) que se utilizan para ayudar a los pacientes a controlar los síntomas en USA.
GLP1
Desde que los investigadores descubrieron que el veneno del 'monstruo de Gila', un lagarto nativo de América del Norte, regulaba el efecto del GLP-1, todo cambió. En 2005 fue aprobado el primer medicamento como tratamiento para la diabetes por su capacidad para estimular la producción de insulina. La pérdida de peso fue inicialmente un efecto secundario útil.
Los GLP-1 han demostrado tener beneficios impresionantes. En 2023, Novo Nordisk reveló datos que sugerían que la semaglutida reducía el riesgo de ataques cardíacos en un 28%, y reducía el riesgo de muerte en un 18% (su ensayo Select de 17.604 pacientes).
En marzo 2024, Novo Nordisk obtuvo la aprobación estadounidense para Wegovy con el fin de reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en adultos con sobrepeso u obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Según Vlado Perkovic, especialista renal de la UNSW Sydney, los ensayos muestran que los fármacos con GLP-1 son eficaces para tratar tanto la enfermedad renal crónica como la esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica o Mash, una enfermedad hepática.
La producción de GLP-1 está dominada por Novo Nordisk y Eli Lilly, que intentan maximizar el potencial de ingresos del mercado de la obesidad antes que gastar en ensayos clínicos experimentales en áreas de tratamiento no probadas.
Y todavía los productos para la obesidad tienen altos precios y ciertos desagradables efectos secundarios.
“La dirección a seguir es la de medicamentos más baratos y más disponibles que se puedan tomar por vía oral”, afirma Naveed Sattar, profesor de la Universidad de Glasgow y presidente de la oficina del gobierno británico contra la obesidad. “Pero todavía no hemos llegado a ese punto, porque los medicamentos son demasiado caros”.
Pero el director ejecutivo de Novo Nordisk, Lars Fruergaard Jorgensen, dijo que estaba "muy entusiasmado" por el potencial del nuevo fármaco CagriSema para las enfermedades relacionadas con la obesidad. Se espera que los próximos datos muestren que el fármaco produce una pérdida de peso del 25% en promedio, un aumento respecto del 22% atribuido a Mounjaro.
Mientras tanto, Mounjaro, de Eli Lilly ha reducido la gravedad de la apnea del sueño, un trastorno respiratorio, en casi dos tercios y ha disminuido los resultados de insuficiencia cardíaca en un ensayo separado.
Alzheimer
Hay receptores de GLP-1 en todo el cuerpo y los investigadores creen que los medicamentos también podrían tener efectos directos sobre los órganos. Por ejemplo, se ha relacionado con mejores resultados cardiovasculares, aunque también podrían tener "efectos directos" en los riñones, como mejorar el flujo sanguíneo y reducir la presión en los vasos sanguíneos del riñón.
La amplia acción de los GLP-1 también ha desencadenado una búsqueda de fronteras terapéuticas aún más amplias.
Uno de los más intrigantes es un ensayo en etapa avanzada de semaglutida en pacientes con Alzheimer, cuyos resultados iniciales se esperan para 2025. Este ensayo surge a raíz de los primeros hallazgos que indicaban que los pacientes con diabetes tipo 2 tenían menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer si recibían medicamentos GLP-1.
Un ejecutivo farmacéutico dijo que los científicos de su empresa eran “escépticos” de que el ensayo arrojara resultados positivos, en parte porque aún no se ha demostrado que los medicamentos atraviesen la barrera hematoencefálica, una membrana semipermeable que protege el cerebro.
Aún es demasiado pronto para decir si los GLP-1 ofrecen una forma pionera de tratar los trastornos que afectan a un número cada vez mayor de personas a medida que las sociedades envejecen.
Parkinson
Los estudios que exploran los efectos de los fármacos en la lucha contra la enfermedad de Parkinson también han tenido resultados dispares. En abril, científicos franceses dieron a conocer un estudio que sugería que la lixisenatida (un fármaco GLP-1 para la diabetes) podría ralentizar el impacto de este trastorno cerebral, que causa problemas de equilibrio y movimiento y otros síntomas. Los pacientes que tomaron el medicamento no mostraron un mayor empeoramiento de sus síntomas motores después de un año de prueba.
Pero la exenatida, que había mostrado potencial en un ensayo anterior con pacientes de Parkinson, fracasó en un nuevo ensayo publicado en octubre.
Olivier Rascol, coautor del estudio francés sobre la lixisenatida, dice que el fármaco es bastante similar en estructura a la exenatida, lo que hace difícil explicar por qué un trío de ensayos arrojó resultados tan contradictorios.
"Nadie tiene realmente una explicación clara de los resultados negativos", dice Rascol, profesor del Hospital Universitario de Toulouse y coordinador de la red francesa NS-Park para la investigación del Parkinson.
El enigma del Parkinson pone de relieve lagunas más amplias en el conocimiento sobre cómo actúan los GLP-1 contra los trastornos cerebrales.
Sue Grigson, científica del Hospital de la Universidad Estatal de Pensilvania que ha trabajado en pequeños estudios sobre el trastorno por consumo de opioides, se encuentra entre quienes exploran estos vínculos. Ha observado una menor respuesta de dopamina cuando los pacientes usaban GLP-1, lo que indica que el efecto de la hormona del “bienestar” se ve atenuado por los fármacos.
Grigson dijo que los medicamentos parecen tener un efecto sobre los órganos circunventriculares (las partes del cerebro que no están protegidas por la barrera hematoencefálica) y esto puede influir en la función cerebral. Pero aún queda mucho por saber sobre el impacto de los medicamentos en las enfermedades neurológicas.
“Todavía estamos en una fase muy inicial de comprensión de cómo afectan los GLP-1 al cerebro”, afirma Rascol. “Se realizarán más experimentos para explorar mejor los efectos reales de estos compuestos”.
Mientras los científicos continúan explorando su potencial, las compañías farmacéuticas ya están sacando provecho de los beneficios más amplios que aporta el GLP-1 a la salud.
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