La adolescencia de la Generación Z, tal como otras generaciones, es un período de cambios que puede ser complicado si no se abordan aquellas cuestiones relacionadas con el sexo, la sexualidad y la identidad sexual, tal y como comenta José Manuel Valverde Rubio, miembro de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y experto en Sexología: “Habría que comenzar por recordar que la edad media del inicio de las relaciones se sitúa en los 16,4 años, y cada vez inician antes”.
DIÁLOGOS NECESARIOS
Generación Z: Sex Education más allá de Netflix
¿Quién se encarga de la sexualidad de la Generación Z? ¿Los padres o Internet o la tele? ¿Y la escuela qué onda? Una pregunta luego de la lectura de esta nota:
La Generación Z (o Gen Z) o zoomers, es la cohorte demográfica que sucede a los Millennials y precede a la Generación Alfa: los nacidos entre mediados y finales de la década de 1990 y principios de la década de 2010.
A la hora de conocer cuáles son las cuestiones sexuales que más preocupan a los adolescentes es esencial tener en cuenta cómo los jóvenes acceden a la información.
Aquí algunos apuntes muy útiles para conocer dudas, inquietudes, preferencias y necesidades a la hora de entablar un diálogo importante con un Z.
Internet
Marta Fernández Batalla, responsable de la Dirección Asistencial Este de la Gerencia de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid y responsable del Programa Codem Educa del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (Codem). “Su primera opción es buscar información sobre sexualidad en internet o preguntando en el grupo de iguales".
Esto tiene costos considerables. Valverde Rubio: “Consultas y dudas reflejan desinformación sobre la sexualidad, que tiene mucho que ver con la visión distorsionada de la sexualidad que ofrecen en general los medios de comunicación, el cine y la televisión”.
Fernández Batalla: el uso de los métodos anticonceptivos es el aspecto que más preguntas genera, y dudas relativas a cómo actuar para sentirse a gusto durante el sexo: "Las chicas, a menudo, inmediatamente después de su inicio sienten vergüenza o culpabilidad, mientras que los chicos, en su gran mayoría, se muestran satisfechos; no obstante, estas opiniones están muy mediadas por patrones de respuesta cultural".
Según Valverde, una de las preguntas más frecuentes entre las adolescentes es sí deben o no acceder a los requerimientos sexuales de sus parejas:
También les preocupa si tener relaciones sexuales provoca dolor: “La razón más común entre las adolescentes es el vaginismo, es decir, la contracción involuntaria y condicionada de los músculos de la parte inferior de la vagina como resultado de un deseo inconsciente de la mujer para evitar la penetración; cuando esta última se intenta se produce intenso dolor”.
A su juicio, la masturbación femenina continúa siendo un tema tabú.
Preguntas
En el caso de los chicos, la ausencia de erección y la llegada al orgasmo son las cuestiones que más les preocupan.
“Estas dos situaciones, desde el modelo cultural imperante, son valoradas por el chico adolescente como una derrota, vergüenza y, por tanto, es mal aceptado”.
A diferencia de las chicas, ellos sí suelen compartir dudas respecto a la masturbación:
- ¿Me puede perjudicar físicamente?
- ¿Me puede ocasionar problemas en mi sexualidad?
Luego, el tema de la eyaculación precoz, tema que inquieta a los varones, tanto como la posibilidad de un embarazo no deseado por rotura o ausencia de preservativo entre las chicas.
Valverde: “Otros motivos de consulta tienen que ver con “si el tamaño importa” y las desviaciones del pene en erección”.
Según Fernández Batalla, los chicos suelen preguntar sobre
- cómo poner el preservativo,
- los tipos que existen,
- si disminuye la sensibilidad durante el coito y
- si se pueden utilizar geles lubricantes cuando se opta por este anticonceptivo.
También la anticoncepción de emergencia cuando falla el preservativo. “Las cuestiones se centran en si la pueden administrar antes del coito, dónde acudir si se necesita, si con una sola píldora pueden mantener relaciones durante varios días sin riesgos, etc.”.
Las chicas, con frecuencia, tienen dudas sobre la anticoncepción hormonal (la píldora anticonceptiva) “y preguntan a qué edad pueden comenzar a emplearla, qué tipos hay, que efectos producen en el cuerpo y en el deseo sexual, qué cuidados hay que tener al utilizarla o cómo actuar ante olvidos o interacciones con otras sustancias como el alcohol u otros fármacos”.
Fernández alude que “existen casos en los que una adolescente tardía, considerada así entre los 17 y los 19 años, acude sola a la consulta a realizarse la prueba de embarazo y, en caso de dar positivo, pide posteriormente solicitar información sobre el proceso de una interrupción voluntaria del embarazo para después comunicárselo a su pareja”.
Valverde coincide en que el método anticonceptivo más común en la adolescencia es
- el preservativo, alrededor del 52% de los jóvenes lo utiliza.
- Luego, el uso de la píldora, 22,8%.
- Luego el coitus interruptus 4,2%.
La anticoncepción hormonal suelen solicitarla las adolescentes más maduras psicológicamente.
Los métodos anticonceptivos se enfocan en evitar un embarazo no deseado y no por la prevención de infecciones de transmisión sexual.
Los adolescentes no perciben el riesgo ni las consecuencias de las enfermedades, aún cuando infecciones como el VIH son bastante conocidas.
“Por desgracia, las preguntas nunca son previas a la relación sexual, sino después de haber mantenido relaciones con algún desconocido y sin ninguna precaución”.
¿Los padres o el colegio? ¿Quién se hace cargo antes que Internet y Netflix?
En teoría los padres pero ¿qué pasa cuando los padres no quieren o no están preparados para asumir el desafío?
Para Fernández es esencial “la actitud de los padres, que se refleja en su tono y expresiones durante la conversación, requiere garantizar un espacio y una figura de confianza a la que el hijo pueda acudir”. Le preocupa lo de la prevención de enfermedades.
Valverde: “Lo más importante a enseñarle a su hijo es la responsabilidad. Ud. debe hablar sobre cómo tomar decisiones y que siempre hay consecuencias”.