Nicolás Maduro, entre Lenin y el pato criollo

Luego de su gira internacional, que incluyó el intento de obtener solidaridades en Sudamérica, Maduro se despacha con la inhibición de la dirigente opositora María Corina Machado, dejando expuestos a sus posibles avales regionales, comenzando por Luiz Inácio Lula da Silva.

Es cierto que ocurrió casi en simultáneo con la inhabilitación por 8 años de Jair Messias Bolsonaro, lo que le impedirá ser candidato presidencial en el próximo comicio en Brasil. Sin embargo, no puede compararse la sanción a Bolsonaro con la proscripción de Machado, ya lanzado el período electoral de la oposición venezolana para elegir a quien será el candidato contra Maduro en 2024.

Quienes son más críticos de Nicolás Maduro apelan a un argentinismo: 'Pato criollo'. ¿Cuáles son las características del espécimen 'pato criollo'? "Cada paso, una cagada". Y tiene 3 movimientos: " nada, vuela y camina, y los 3 los hace mal".

Quienes querrían ser condescendientes con Maduro descubren, en estos eventos, que es casi imposible una acción o tolerante o benevolente porque, tal como sucede con la decisión acerca de Machado, él elige la provocación como eje de su autodefensa.

Impericia

La inhabilitación de un referente opositor provoca la conclusión de que Maduro se encuentra en minoría. Esto es lo que afirman sus adversarios, y él decide confirmarlo.

Luego, se llega a otro razonamiento: Maduro concluye que es imposible reconstruir la imagen del Partido Socialista Unido de Venezuela, y envía a pérdida la estrategia de lucha contra la corrupción que intentó edificar en meses recientes, a partir del caso 'Pdvsa - Cripto', y la destitución de su protegido Tareck Zaidan El Aissami Maddah y sus colaboradores.

Sin embargo, sucede algo más grave todavía: si Maduro no puede reconstruir la imagen del PSUV ni la propia, refuerza la impresión de que él depende, en exclusiva, de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. No hay deconstrucción del régimen y eso supone consolidar una idea de ilegitimidad que no podrá rectificar el proceso electoral 2024.

Que sea una mujer la inhabilitada, refuerza el rol de victimario para Maduro.

Por si faltara algo: hay que resultar muy torpe, si se tiene el control del Estado en una sociedad en la que el Estado es casi todo el poder, para no lograr suficiente empatía con los electores. Maduro provoca un problema de vínculo con los posibles aliados que sostienen a Venezuela ante el embate de USA.

Ni Rusia ni China ni Irán dejaron de generar una imagen de supuesta legitimidad para sus procesos electorales.

La Machado

La Contraloría General de la República, máxima instancia de control fiscal en Venezuela, publicó un documento en redes sociales en respuesta a la solicitud que hiciera el 26/06, el diputado oficialista a la Asamblea Nacional, José Brito, de aclarar si Machado estaba o no inhabilitada para competir por un cargo de elección popular, en caso de ser la ganadora de las internas de la oposición.

José Dionisio Brito Rodríguez es un administrador de empresas egresado de la UNESR (Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez) que ha pasado por MAS, Primero Venezuela, Podemos y Primero Justicia. En transmisión en directo del canal estatal Venezolana de Televisión, él llegó a la sede de la Contraloría General y dijo: "He venido aquí a solicitar información del estatus de la señora María Corina Machado, si está habilitada o no para participar en un proceso electoral, si está inhabilitada ella y otros tienen que ser responsables ante el país".

En el curriculum-vitae de Brito Rodríguez no puede faltar que él fue expulsado en diciembre de 2019 de Primero Justicia tras ser vinculado con la llamada 'Operación Alacrán': sobornos al menos a 20 parlamentarios para cambiar su posición y no respaldar a Juan Guaidó como presidente del parlamento venezolano.

El contralor general es Elvis Eduardo Hidrobo Amoroso, un abogado afiliado al PSUV, designado por la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela de 2017, de la que fue vicepresidente 1ro. También es presidente del Consejo Moral Republicano.

El documento que firmó Hidrobo Amoroso explicó a Brito Rodríguez que la Machado es responsable de varios "actos, hechos y omisiones administrativas en las declaraciones juradas de patrimonio", supuestamente partícipe de "la trama de corrupción orquestada por el usurpador Juan Gerardo Guaidó Márquez, quien propició el bloqueo de fondos a la nación (…) así como también el despojo descarado de las empresas y riquezas del pueblo venezolano en el extranjero con la complicidad de gobiernos corruptos entre las cuales destacan: Citgo, Citgo Petroleum Corporation, Cristallex y Monómeros".

Por si faltara algo, él recordó que ella es "responsable del secuestro de US$ 4.000 millones retenidos en el sistema bancario internacional", y de participar en el "bloqueo de fondos" así como de la solicitud de sanciones y bloqueos económicos "que perjudicaron la salud del pueblo venezolano".

En 2015 la Contraloría General de la República decidió inhabilitar a María Corina Machado para ejercer cualquier cargo público durante un año, por no incluir "conceptos" de carácter laboral en su declaración jurada de patrimonio, por lo que no pudo postularse para el cargo de diputada del Parlamento.

Un año antes, ella había sido destituida de su cargo como legisladora cuando el presidente de la Cámara en aquel momento, Diosdado Cabello, la acusó de violar la Constitución al aceptar ser representante alterna de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Es trágicamente adolescente la realidad venezolana.

Y con una torpeza llamativa, el oficialismo festejó la ratificación de la inhabilitación:

El proceso electoral quedó herido. Todo lo que suceda será para reforzar el aislamiento político de Maduro. El régimen chavista regresa a sus áreas más oscuras.

El personaje

María Corina Machado Parisca es la mayor de las 4 hijas del empresario siderúrgico Henrique Machado Zuloaga (Sivensa), y de la psicóloga Corina Parisca Pérez. Ingeniera industrial egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, con una maestría en Especialización en Finanzas del IESA, estuvo casada con Ricardo Sosa Branger, padre de sus 3 hijos.

Ella no comenzó en un partido político sino en organizaciones no gubernamentales: Fundación Atenea y Fundación Oportunitas. Su militancia política inicial fue Súmate, movimiento para consultar a los ciudadanos a través de la recolección de firmas acerca de temas de interés nacional tales como la revocación de mandato del por entonces presidente Hugo Chávez Frías.

Su ingreso estelar a la Oficina Oval de George W. Bush, en mayo de 2005, agitó a todo el chavismo en su contra. Sin embargo, hasta la fecha su capacidad de convocar electores ha sido muy baja en comparación con el alto perfil que por momentos consiguió ante la opinión pública.

Ella fundó el partido Vente Venezuela (VV), de centroderecha, aunque ella ha cuestionado ese rótulo. Pero en 2023, Machado aparece en las encuestas como una de las favoritas para ganar las elecciones primarias de la oposición venezolana, y convertirse en presidenciable 2024. Esa percepción resulta la clave del error de Maduro porque, entonces, ella adquiere legitimidad sin necesidad de acudir a las urnas. Por supuesto que Maduro puede destruirla tal como sucedió con Henrique Capriles o Juan Guaidó pero Venezuela provoca entre aburrimiento y hartazgo aún en sus aliados.

El 14/08/2022 Machado confirmó su participación en la elecciones primarias de la Plataforma Unitaria de 2023. Durante su precampaña ella mantuvo una línea crítica a la dirigencia opositora tradicional, principalmente el denominado G4 —los partidos Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular—, y reivindicó las primarias como un instrumento para elegir un nuevo liderazgo en la oposición.

Ella se opuso a la intervención del Consejo Nacional Electoral (CNE) en las primarias de la oposición y se dijo dispuesta a negociar una salida progresiva del chavismo para lograr una transición. En su historia, Machado nunca exhibió una gran habilidad política -en verdad, ningún opositor destaca al respecto-, pero en la crisis venezolana emergió como una posibilidad.

Por más inhabilitación que suceda, en la medida que el PSUV gobernante no inicie una amplia renovación de sus cuadros dirigenciales y un debate amplio sobre el rumbo posible, sus adversarios consolidarán una popularidad mayor a la del oficialismo y será más visible la erosión interna de Maduro y sus aliados. La mediocridad de lo que queda del PSUV impide cualquier salida del laberinto.

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