Francia vs Trump: Boicot a Coca-Cola, Mc Donald´s y Tesla

Francia promueve campaña viral simbólica

Un movimiento de boicot impulsado por consumidores franceses contra productos y marcas estadounidenses, como Coca-Cola, McDonald’s, Tesla y Nike, ha ganado fuerza en protesta por los aranceles comerciales de Donald Trump y su retórica antieuropea, pero "tropieza con la brecha generacional consumidora", dijo The Guardian.

Según un estudio de Ifop publicado en Libération y citado por el mencionado periódico, el 63% de los franceses apoya el rechazo a bienes de EE.UU., y el 33% ya los evita activamente.

El hashtag #BoycottUSA refleja un "colapso histórico" de la imagen de EE.UU. en Francia, su tercer socio comercial en Europa.

Boicot contra Coca-Cola y otras representaciones de Trump.jpeg

Francia: boicot contra Coca-Cola y otras marcas de USA

La brecha

Aunque el 43% de los simpatizantes de izquierda, mayores de 65 años y personas con ingresos superiores a 2.400 €/mes respaldan el boicot, jóvenes como Jade (15 años) admiten que "solo quienes tienen dinero pueden permitírselo". Estudiantes como Mathieu (16) y Esther (17) priorizan accesibilidad sobre activismo: "McDonald’s es barato", explican. François Kraus, de Ifop, subraya la contradicción: "Hay una brecha entre principios y prácticas. Quienes boicotean suelen ser educados y con recursos, pero es minoría".

Simbolismo de Coca-Cola, McDonald´s, Tesla y otras

El movimiento, promovido por grupos como el de Facebook «Boicot a EE.UU.: Compra productos franceses y europeos» (25.000 miembros en un mes), busca incentivar elecciones conscientes. Édouard Roussez, su creador, lo define como un acto simbólico: "No es derrocar a Trump, sino restablecer equilibrio, como las ‘papas fritas de la libertad’ en Irak". Sin embargo, críticos como el periodista Jean-Philippe Doux tachan la idea de "ridícula".

Boicot.avif

"Tesla simboliza a Trump y a su política antieuropea"

Desencanto Trump

La encuesta revela que el descontento se alimenta de los aranceles a vinos franceses (hasta 200%), políticas de diversidad de Trump y su trato al presidente ucraniano Zelenski. Además, la popularidad de EE.UU. como destino educativo, laboral o turístico está en mínimos de 40 años: solo el 22% quiere estudiar allí (vs. 48% en 2010) y el 20% trabajar (vs. 37% en 2005).

Retos prácticos y escepticismo

Aunque Alain (43 años) reconoce el boicot, compra Nike: "Son las mejores zapatillas". Delphine (35), asistente de cuidado, apoya la idea "en teoría", pero exige alternativas accesibles: "No voy a McDonald’s, pero sin opciones claras, es difícil". Muchos consumidores, como los de Grands Boulevards, prefieren seguir disfrutando de Big Macs con carne francesa, evidenciando que el activismo choca con hábitos arraigados.

El #BoycottUSA expresa un malestar político transatlántico, pero su impacto real depende de la capacidad para transformar símbolos en cambios concretos, en un contexto donde lo práctico suele superar a lo ideológico.