Este miércoles (18/09) el senador y una de las figuras del ala izquierdista de los demócratas, Bernie Sanders, anunció que está preparando varias resoluciones para detener más de 20 mil millones de dólares en ventas de armas estadounidenses a Israel. La medida, que tal vez es la reacción más sustancial hasta ahora del Congreso respecto de la guerra en Gaza, obligaría a una eventual votación para bloquear las ventas de armas a Israel, aunque es muy poco probable que la mayoría lo apruebe.
Armas a Israel: un dilema que divide a los demócratas.
Una vez que Sanders presente las resoluciones que se proponen como una resolución conjunta de desaprobación de las ventas de armas -mecanismo que permite la supervisión del Congreso en materia de asuntos exteriores- la semana próxima, podrá forzar una votación casi instantánea para su consideración.
Si llega a prosperar en el Senado, la cámara de representantes de mayoría republicana, de todas maneras, no lo aprobaría.
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En enero Sanders presentó una resolución pidiendo al Departamento de Estado que investigara cualquier posible violación de los derechos humanos en Gaza". Además, también "condenó el veto de Estados Unidos a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto el fuego inmediato en la región".
“Israel tiene el derecho absoluto de defenderse de los terroristas de Hamás, pero no tienen el derecho legal ni moral de matar a miles de hombres, mujeres y niños palestinos inocentes", esa es su posición.
Cómplice del genocido
En una carta a sus colegas del Senado, Sanders expresó que no quiere que USA sea “cómplice de este desastre humanitario” y reconoció que “gran parte de esta carnicería en Gaza se ha llevado a cabo con equipo militar proporcionado por Estados Unidos”.
Según supo AP, las resoluciones de Sanders detendrían las ventas de sistemas de misiles, munición para tanques y otras armas, algunas de las cuales han sido criticadas por causar algunos de los daños más severos en Gaza, y nuevos aviones de combate.
Aunque es dudoso que el Senado, políticamente dividido, apruebe las medidas, la medida está diseñada para enviar un mensaje al régimen de Netanyahu de que su esfuerzo bélico está erosionando el apoyo bipartidista de larga data de Estados Unidos a Israel.
Netanyahu fue invitado a medios de este año a hablar ante el Congreso de Estados Unidos, y pronunció un discurso combativo que puso de manifiesto la creciente división en Estados Unidos sobre su esfuerzo bélico.
La organización Jewish Voice for Peace (La Voz Judía por la Paz, por su traducción al español), denunció en esa ocasión la detención de 400 judíos estadounidenses, entre ellos más de una docena de rabinos, mientras pedían un "embargo inmediato de armas" a Israel en las calles.
"Durante nueve meses, hemos visto con horror cómo el Gobierno israelí ha llevado a cabo un genocidio, armado y financiado por el Congreso de Estados Unidos y por la Administración Joe Biden, que tienen hoy el poder de poner fin a este horror. En lugar de ello, nuestro presidente se dispone a reunirse con Netanyahu y los líderes del Congreso le han honrado con una invitación para dirigirse al Congreso. Ya es suficiente. Biden y el Congreso deben escuchar al pueblo: Necesitamos un embargo de armas ahora para salvar vidas".
El Congreso había paralizado temporalmente algunas ventas de armas a Israel a principios de este año, mientras los legisladores han tratado de advertir sobre el creciente número de muertos. Según Hamas, en Gaza 41.270 perecieron en la guerra.
Kamala Harris y propalestinos
El asunto de la sostenida entrega de armas a Israel ya está afectando al partido demócrata. El apoyo incondicional de Kamala Harris a Israel en su primera entrevista televisiva desde que aceptó la nominación no cayó bien entre los grupos demócratas propalestinos.
La rival de Donald Trump con firmeza adelantó que mantendrá la política hacia Medio Oriente de Joe Biden y no frenará el envío de armas a Tel Aviv, si es elegida en noviembre.
Kamala Harris podría perder apoyo relevante dentro de su partido y profundizar una grieta interna.
Los árabes estadounidenses, los musulmanes y sus aliados, excluidos de un espacio para hablar en la Convención Nacional Demócrata en Chicago, maquinan una nueva ronda de protestas en paradas de campaña, universidades y eventos públicos en estas semanas.
El riesgo es que en estados importantes como Georgia, los demócratas no salgan a votar, o voten por el tercer partido. Kamala podría perder votos calves.
"Así es. Los crímenes de guerra y el genocidio continuarán", dijo la representante Rashida Tlaib, demócrata y primera mujer palestino-estadounidense elegida para el Congreso.
Los estrategas políticos estiman que casi un millón de musulmanes emitieron sus votos en las elecciones presidenciales de 2020, muchos de ellos concentrados en estados en disputa, y que aproximadamente el 70% respaldó al presidente Joe Biden.
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