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FUERTE INTERNA EN EL FDT

El corralito de CFK a Alberto F.: "No hay plan en el Patria, sino una orientación y un listado de vetos"

El periodista Carlos Pagni analizó la interna que se vive en el Frente de Todos: "Cristina Kirchner tiene una orientación general de dónde quiere estar parada y hacia adónde quiere ir, pero lo más claro que tiene la vicepresidenta es un inventario de conflictos. Eso es lo que define la política para ella y es lo que le impone a Fernández: peleas en vez de un programa. O vetos a determinadas alianzas o entendimientos con un sector importantísimo de la oposición, eminentemente con PRO. Antes era básicamente con Macri y ahora se suma en alguna medida Horacio Rodríguez Larreta y la prensa crítica y un sector importante de la Justicia, el empresariado, y los sindicatos que no son del Estado".

En su editorial de todos los lunes, el periodista Carlos Pagni dedicó unos minutos para analizar la fuerte interna que se vive en el Frente de Todos, sobre todo entre el presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández: "Fernández está mucho menos aislado del sistema político de lo que se supone. Más allá del almuerzo que tuvo con Martín Lousteau y Enrique Nosiglia, que organizó Eduardo Valdés o de las conversaciones con el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, hay otros vínculos con la oposición menos conocidos, pero todos terminan dando el mismo balance al final. Y básicamente se resumen en que es posible que él íntimamente tenga la percepción de que hay una necesidad de tener más autoridad como presidente, pero nadie ve en el Presidente demasiada vocación por generar el instrumental, es decir, el diseño de poder que le permita el ejercicio de la autoridad.

Esto a mí me resulta muy verosímil porque cuando Fernández llegó al poder, alguien que no está en la primera línea de elenco oficial, que en realidad desempeña un cargo en un municipio del conurbano bonaerense, pero que conoce muy bien al Presidente me dijo: "Olvidate, él llegó al lugar adonde quería estar: al lado de Cristina y ahí está feliz".

Del otro lado también está la idea de que manda Cristina, y es una idea muy verosímil también. Cristina tiene el poder dentro de esta fuerza política, entre otras cosas porque tiene los votos del conurbano bonaerense que es desde donde se ejerce el poder en el peronismo. Ahora, ¿eso implica que la exmandataria tiene un programa que le va a imponer a Fernández y que, entonces, todo estará claro? Tampoco".

Al aire del canal LN+, graficó: 

" Cristina Kirchner tiene una orientación general de dónde quiere estar parada y hacia adónde quiere ir, pero lo más claro que tiene la vicepresidenta es un inventario de conflictos. Eso es lo que define la política para ella y es lo que le impone a Fernández: peleas en vez de un programa. O vetos a determinadas alianzas o entendimientos con un sector importantísimo de la oposición, eminentemente con PRO. Antes era básicamente con Macri y ahora se suma en alguna medida Horacio Rodríguez Larreta y la prensa crítica y un sector importante de la Justicia, el empresariado, y los sindicatos que no son del Estado.

Se trata de un corralito de conflictos en el cual Cristina encierra al Presidente. Pero eso no significa que haya un programa o una estrategia cotidiana de salida de la crisis. No hay un plan en el Instituto Patria, sino una orientación general y, sobre todo, un listado de vetos.

Esto genera un problema permanente de orientación respecto de donde va el país, pero además está generando tensiones dentro del propio oficialismo, frente a determinados asuntos y emergencias que plantea la crisis. Uno de ellos, en tapa de todos los diarios, es la toma de tierras".

En este sentido, insistió: "La Argentina está en una crisis económica extrañísima, cuyo fondo todavía no vemos. Que genera muchísima incertidumbre y angustia, no solamente por la profundidad del fenómeno, sino, además, por su velocidad para generar procesos recesivos de destrucción de empleo, de creación de pobreza y marginalidad, que habitualmente ocurren en cámara lenta. Estos dramas se han acelerado en el mundo, no solamente en la Argentina. Pero la Argentina tiene condiciones agravadas. Esta crisis viene inscripta en otra, originada en 2018, que, a su vez, se monta sobre un largo estancamiento de prácticamente una década. A este contexto complicado y doloroso, se le suma un problema de incertidumbre política. Y este es un conflicto que agrega el oficialismo.

Es una cuestión que normalmente daña a cualquier fuerza política, pero en el peronismo tiene un énfasis y una gravedad especial. El peronista, cuando rompe el huevo, desde que nace, se pregunta: ¿dónde está el jefe? Esa es la pregunta vital de un movimiento político que fue creado por un coronel desde el Estado, en el marco de un golpe militar. Esa es la tradición de una fuerza política que necesita identificar muy claramente dónde está la jefatura, quién tiene el poder. Hoy esa jefatura es una incógnita y está en debate".
 

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