OPINIÓN

A FALTA DE RIQUEZA, DISTRIBUCIÓN DE LA POBREZA

Niños y ancianos, los que más perdieron con Mauricio Macri

La regresiva distribución del ingreso de los últimos 4 años sumió en la pobreza a 6 de cada 10 jubilados y pensionados, ya que en ese lapso los haberes perdieron el 25% de la capacidad adquisitiva, comparados con la evolución de la Canasta para Personas Mayores que calcula la Defensoría de la Tercera Edad. En el podio de los excluidos, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA ubicó en 2do término al 52% de los niños menores de 14 años que viven en las áreas urbanas. Darles plata a los veteranos irá a parar principalmente a alimentos, medicamentos, servicios públicos e higiene, que representan el 67% de sus preocupaciones. Y, para colmo, han sido lo que más aumentó en el ciclo inflacionario que llega a nuestros días. En el caso de los medicamentos, subieron muy por encima de todo lo demás y el nuevo gobierno les quiere echar el guante, lo mismo que los que no tienen otra que permanecer encerrados sufrieron el creciente costo de calefaccionarse y ver la tele. Inclusive, casi 3 millones del padrón estuvo apechugando estas exacciones, en parte, con los créditos de Anses, en cuotas que se quedan con un tercio de lo que perciben. La movilidad trimestral ha estado corriendo cada vez de más atrás una canasta que ya acaricia los $40.000, y por ende, a la que muy pocos acceden. Y los que lo hacen tienen a la AFIP encima reteniéndoles la tajada del impuesto a las ganancias.

Un aumento de, por ejemplo, el 20% a 18 millones jubilados, beneficiarios de Pensiones No Contributivas, de la AUH y de Asignaciones Familiares, podrá significar una inyección de $250 mil millones al mercado interno, según estiman los economistas. Pero los analistas especializados advierten que no todo irá a parar a la recuperación de las Pymes y del empleo que generan, tal como se proyecta.

Nada más que comer, los remedios, pagar impuestos y servicios e higienizarse, que vinieron absorbiendo el 67%, y en ascenso, de la Canasta Básica de los Adultos Mayores, han sido los que más subieron en el actual ciclo inflacionario, según datos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde un enfoque macroeconómico de la incidencia en el consumo doméstico que podrían tener las medidas que reciba la clase pasiva, en realidad prevalecen como proveedoras de esa canasta las grandes empresas y las multinacionales, formadoras de precios, muchas de ellas bajo regulación estatal, entre las industrias alimenticias, de limpieza, farmacéuticas y distribuidoras eléctricas y de gas.  

Haciendo números, la vivienda, transportarse y la recreación están fuera del alcance de por lo menos los 2.500.000 jubilados y pensionados que perciben una remuneración mínima de $14.068, o sea que de bolsillo perciben neto $13.646, deducido el porcentaje para la obra social, que hoy apenas cubren el 34% de una canasta que el defensor del Pueblo de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, Eugenio Semino, pondera en $38 mil. 

El poder adquisitivo del haber jubilatorio mínimo retrocedió 25% en los 4 años de la Administración Macri, muy por encima del salario, debido a la incidencia que han tenido las erogaciones en medicamentos dado los aumentos y la no cobertura de PAMI.

Costos ocultos

Llama la atención CEPA, en tal sentido, sobre otros perjuicios intangibles, como la tardanza en la entrega de turnos médicos o estudios complementarios, que obligan a los que pueden hacerlo a acudir a la medicina privada asumiendo que también las cuotas de las prepagas hayan sido incrementadas por encima del resto.

Otros daños adicionales que enumera el instituto son la falta de entrega de ayudas técnicas como bastones, sillas de ruedas, bolsas de colostomía, etc. donde los costos se dispararon de manera exponencial, como, por ejemplo, una silla de ruedas motorizada costaba $22.748 hoy cuesta $116.764 (413% de aumento del 2015 a la fecha), o un andador plegable de aluminio que costaba $1.060 en el 2015, y hoy cuesta $3.706. 
Así y todo, no hubo bono compensatorio para el sector.

No sería de extrañar que entre los 3 millones de jubilados y pensionados que se endeudaron con el préstamo que ofrecía ANSeS se encuentren, en parte, paliativos para el déficit entre haberes y necesidades básicas que abarca a “casi 5 millones”, según el funcionario.

El titular del organismo, Emilio Basavilbaso, resaltaba que la financiación al 50% anual era a un costo beneficioso, por ser inferior a la del mercado, sin mencionar que ésta última tasa se hallaba exacerbada por la especulación generada en torno del endeudamiento

Fueron cerca de 2 millones los que se acogieron a la ampliación del crédito a $200 mil, que involucraron un monto total de $ 124.000 millones en la segunda etapa que en abril pasado impulsara el gobierno de Mauricio Macri, a fin de precancelar el primero, y continuar en carrera, ni que esa refinanciación implicó duplicar los intereses iniciales que habían estado en torno del 25%.  

Se anticipó que el nuevo jefe del organismo previsional, Alejandro Vanoli, tomó cartas en el asunto.

De igual modo, trascendió que el ministro de Salud, Ginés González García, le pidió a los laboratorios nacionales y extranjeros que alivien a la clase pasiva retrotrayendo al 01/10 los precios de los 50 principales medicamentos consumidos por adultos mayores, y los congelen hasta marzo.

Hay incrementos en medicamentos esenciales que son utilizados para enfermedades cardiovasculares que no resisten análisis, como el Sintrom, cuyo incremento de precio alcanzó 1.248% y 475% en caso de cobertura PAMI.

Inclusive, la gestión macrista dejó de entregar la medicación crónica gratuita a los 2 millones de afiliados, y antepuso una serie de requisitos demasiados restrictivos para acceder, lo cual al ser difícil de tramitar para personas mayores, hace que muchas dejen la medicación o la fraccionen como puedan.

Como comparación simple, el Centro de Economía Política de Argentina (CEPA) fotografió el resultado parcial del anterior gobierno: las jubilaciones tuvieron un incremento del 239%, el Precio de Venta al Público (PVP) de los medicamentos subió en el mismo lapso el 457% y los que cubre a los 4.928.000 beneficiarios del PAMI, 297%. 

Y como no todo pasa por comer y tomar remedios, también necesitan transportarse, pero no es lo mismo para los que tienen buena movilidad y pueden aprovechar los descuentos específicos en la tarjeta Sube que las personas mayores que, en muchos casos, deben utilizar taxis o remis por dificultades físicas.

No menos importantes en el costo de los más vulnerables son los servicios especializados, como el de los cuidadores domiciliarios que casi ninguna obra social cubre, y la alimentación terapéutica resulta mucho más cara que una dieta normal.

Tal es el caso de necesitar proteínas de alta absorción y rendimiento, dietas antihipertensivas, o específicas para personas con diabetes entre otras. 

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