Se sabe que la mejor opción para hacer un cambio de 360 grados con respecto al cambio climático es que toda la población mundial se vuelva vegana, y se dejen de criar cientos de vacas que son responsables de la generación del 15% del metano que contribuye al calentamiento global, aumentando su porcentaje año a año.
MIX VEGETARIANO Y OMNÍVORO
Dieta “Flexitariana”: una tendencia que crece (buena para la salud y el planeta)
El flexitarianismo es una nueva tendencia alimenticia que interpela a millones de personas por su capacidad de llegar a un punto medio entre un extremo y el otro, más tirado hacia el lado del vegetal que de la carne provocando un impacto positivo en la salud de las personas y en el medioambiente a la vez, sin sufrir un aislamiento social brusco ni la culpa de no poder cumplir con un ideal de vegetarianismo/veganismo de un momento para el otro.
Sin embargo, es imposible pretender que el mundo entero se vuelva vegano de un momento para el otro, porque es una dieta muy estricta que va en contra de todo lo que la sociedad nos enseña desde el nacimiento en cuestión alimenticia.
Hay mucha desinformación, miedo y prejuicio hacia el veganismo aunque en teoría se sepa que es lo mejor para la salud y el planeta.
Pero, porque ahora hay más conciencia y ganas de hacer un cambio surge el “flexitarianismo”, una dieta mayoritaria vegetariana pero incluyendo productos animales en una proporción mucho más pequeña.
La premisa es, tratar de mantener una dieta lo más basada en vegetales posible, y en caso de incluir carne hacerlo en porciones pequeñas y espaciadas, cosa de no dejar de golpe una dieta a la que la sociedad está acostumbrada y no prohibir terminantemente la carne de la alimentación.
Esto genera varias cosas: por un lado el impacto positivo en el medioambiente al reducir la carne, la mejora en la salud y la posibilidad de darse un gusto en caso de sentir ganas de carne y no de flagelarse o sentir culpa en caso de consumir alimento derivado de animales.
“Optar por una dieta que proporcione menos proteína y grasa animal además ser beneficioso para el cuerpo, es menos perjudicial para el medio ambiente al reducirse las emisiones de metano procedente de la fermentación ruminal”, dicen sobre el metano en la Fundación Vida Sostenible.
Se predice que para finales de siglo la concentración de metano será mayor que la de dióxido de carbono (actualmente el gas que más genera calentamiento en la atmósfera).
Pero el metano, aunque hay en menor cantidad, es el más dañino porque genera un calentamiento mayor al del dióxido de carbono, y se genera por los gases que liberan los animales en criaderos agropecuarios. Su sobre reproducción para la crianza, matanza y venta de carne genera este gran problema en el medioambiente que cada vez es más grave.
Desde el vegetarianismo/veganismo no se reconoce bajo ningún punto de vista esta nueva tendencia como parte de su comunidad porque rechazan el maltrato y matanza de animales en toda circunstanccia, pero muchos reconocen que toda reducción del consumo de carne (por menor que sea) es una gran ayuda a la causa.
El flexitarianismo, según sus defensores, no se puede identificar con el semivegetarianismo, el pescovegetarianismo o el pollotarianismo. En el flexitarianismo no existen restricciones nutricionales como tal. En vez de eso, lo que se aboga es por una alimentación basada en vegetales, pero que bien podría identificarse con una nutrición omnívora saludable, más que con otra cosa.
En cuanto a la salud, está comprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el consumo excesivo de carne es en parte causante de muchísimos problemas de salud como el cáncer, condiciones cardiovasculares, obesidad, diabetes entre otros.
En cambio, una dieta basada en vegetales aporta más valor nutricional (siempre depende de qué se consuma ya que la alimentación con muchos hidratos de carbono tampoco es buena), tiene más beneficios para el organismo y es libre de crueldad animal.
Por todo esto el flexitarianismo se presenta como una opción válida para aquellos que quieren producir un cambio a nivel corporal y a nivel medioambiental sin hacer un cambio drástico de dieta que pueda generar el efecto contrario al deseado. Sin restricciones nutricionales pero con mayor conciencia.