MEMORIA

Dejó casi 200.000 muertos

Pasó una decada del terremoto en Haití pero el país sigue en ruinas

El 12 de enero de 2010 el país caribeño sufrió un sismo de 7,3 grados del cual aún no pudo recuperarse. A la pobreza imperante desde mucho tiempo atrás, por estos días se le suma una profunda crisis en su sistema de salud y una severo caos político y social.

Tierra arrasada. Así se puede catalogar al saldo que arrojó aquel terremoto de 7,3 grados de la escala de Richter, el más potente en la historia del Caribe. Las imágenes siguen estremeciendo a todo aquel que las mira. Cuerpos apilados, personas que sufrieron la pérdida irrecuperable de sus hogares devastados y escombros de las pocas propiedades de gran calidad y de aquellas casas que fueron construidas a pulmón por sus propios habitantes.

La nación no estaba preparada para semejante catástrofe. Lo más triste es que, a una década del hecho, tampoco hoy lo está

La capital fue la ciudad que más sufrió el terremoto, cuyo epicentro en plena tierra se ubicó a 10 km de ésta.

Testigos de la tragedia aseguran que el efluvio de los más de 150.000 muertos permaneció por los aires de los alrededores de Puerto Príncipe durante una gran cantidad de semanas. Más se tardó en encontrar los cuerpos, que incluso algunos hasta el dia de hoy están desaparecidos.

Sumido en una devastación sin antecedentes, Haití rápidamente fue socorrido por países del todo el mundo y en poco tiempo, se llegó a recaudar mas de 13.300 millones de dólares para la reconstrucción.

Sin embargo, 10 años después, nos encontramos con que la situación allí lejos está de haber mejorado, sino todo lo contrario: hoy Haití se encuentra en la misma condición o peor a la que se encontraba antes del terremoto.

Es cierto, los escombros fueron levantados y el olor desapareció, pero la gran mayoría de las personas no pudieron recuperar sus hogares y ahora viven en asentamientos de emergencia, con problemas de suministro de todo tipo ( principalmente agua), el país está cada vez peor económicamente y las tensiones políticas se acentúan cada vez más en un contexto de crisis estructural que parece nunca acabar.

El dinero recolectado en su momento no se tradujo en una inversión fuerte en obra pública o saneamiento de las condiciones de vida de los haitianos. "Aunque la narrativa posterremoto señaló que los donantes comprometieron 10.700 millones para un futuro mejor, esto no cubrió más que el coste de los daños físicos y económicos que se produjeron” señaló en un documento publicado recientemente por el doctor Paul Farmer, antiguo consejero especial del secretario general de la ONU.

Desde la organización Médicos Sin Fronteras (tiene asentamiento allí), que socorrió a Haití inmediatamente sucedido el terremoto con la atención médica a miles de damnificados y heridos , señalan que "el apoyo internacional que recibió el país, o que se prometió, después del terremoto, ahora se ha desvanecido. Incluso en algún caso, nunca se materializó".

La misma ONG sentencia que el sistema de salud allí está muy deteriorada. "El terrible sismo mató a miles de personas, provocó millones de damnificados y destruyó el 60% de un sistema de salud que ya era disfuncional" manifiesta Hassan Issa, coordinador general de MSF.

"Diez años después, la mayoría de los actores humanitarios y médicos han abandonado el país y su sistema sanitario está nuevamente al borde del colapso en medio de una creciente crisis política y económica", completó.

La crisis a la que refiere se terminó de desencadenar en julio de 2018 con la suba de los combustibles y desde entonces, las instalaciones médicas han tenido problemas para proporcionar servicios básicos debido a la escasez de medicamentos, oxígeno, reservas de sangre, combustible y a la falta de personal.

 

Crisis en Haiti

Por un poco de combustible: la gente hace filas largas sobre las puertas de la estación de servicio, esperanzados que abra.

A los problemas de salud, económicos y políticos, se le suma un extremo caos social. Por la crisis, se desataron a lo largo de 2019 masivos levantamientos y olas de violencia, entre los que se destacan  protestas y paros que muchas veces consistieron "en el bloqueo de calles por barricadas de neumáticos en llamas y cables e incluso muros levantados por la noche que impedían el movimiento de ambulancias, trabajadores de la salud, suministros médicos y pacientes", según cuenta Medicos Sin Fronteras a través de una reciente publicación.  

 

Violencia en las calles

 

"En el último año, nuestro centro de estabilización de emergencia en el barrio de Martissant en Puerto Príncipe recibió un promedio de 2.450 pacientes al mes. El 10% presentaba heridas de bala, laceraciones u otras lesiones relacionadas con la violencia. Nuestro hospital de quemados en la zona de Drouillard, también en la capital, experimentó un pico de actividad en septiembre, cuando ingresó 141 pacientes con quemaduras graves, causadas principalmente por accidentes", sostienen desde MSF. 

Las manifestaciones, que aún se encuentran latentes, piden por la renuncia del presidente Jovenel Moïse, acusado de corrupción. Este accionar continuo por parte de los haitianos impiden el reactivamiento de la actividad y la economía en una profunda recesión que, según el Fondo Monetario Internacional, lleva consigo una reducción del PBI nacional de 1,2%.

Todo este combo hicieron que miles y miles de habitantes decidieran empacar y mudarse a países vecinos, principalmente a República Dominicana, con quien comparte la isla La Española. Bajo este contexto, se puede decir que en Haití, el terremoto perdura hasta nuestros días y nada parece poder cambiar esta situación. O por lo menos está muy lejos de eso.

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