Desnuda sobre terciopelo: El día que Marilyn Monroe se convirtió en una sex symbol

Una salida de la ruina

A finales de los años '40, cuando tenía tan solo 22 años, Norma Jeane Mortenson era una jovencita con problemas económicos que luchaba para abrirse camino en Hollywood. Su nombre artístico, Marilyn Monroe, era todavía desconocido en la industria del cine. Atrasada con el alquiler, con su auto embargado y con pocas perspectivas de trabajo, Marilyn se encontraba en una situación desesperada.

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Antes de ser una estrella de Hollywood, Marilyn Monroe luchaba con las deudas y con los problemas económicos. Aceptar posar desnuda fue una decisión desesperada, aunque arriesgada.

Fue en este contexto que conoció al fotógrafo Tom Kelley, que le ofreció una propuesta inusual: posar desnuda para una sesión de fotos a cambio de 50 dólares (aunque renunciando a todo derecho sobre ellas). Marilyn ya había hecho trabajos de modelaje antes y la oferta era tentadora, pero a la vez representaba un enorme riesgo. En aquella época la desnudez era un tema tabú, especialmente para una aspirante a actriz (después de todo, fue ella quien dijo "Hollywood es donde te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma").

Durante dos días, Marilyn libró una batalla interna: la atemorizaban las repercusiones, pero a la vez necesitaba el dinero. Así que, finalmente, la desesperación la venció y aceptó posar para Kelley con dos condiciones: que su rostro no fuera reconocible en las fotos y que se mantuviera en secreto su identidad. Y, para que hubiera mayor seguridad, firmó el contrato con el nombre falso "Mona Monroe".

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Monroe recibió 50 dólares a cambio de posar desnuda para el fotógrafo Tom Kelley frente a un telón rojo de terciopelo. Como condición, ella puso que su cara no sea reconocible y que no se revelara su nombre.

Así, mostrando toda su belleza frente a un terciopelo rojo, se realizó la sesión fotográfica el 27 de mayo de 1949 en el estudio de Kelley. Fueron apenas dos horas, pero las imágenes que se capturaron ahí marcaron eternamente la vida de Marilyn.

Las fotos salen a la luz con resultados inesperados

Las fotos de Marilyn permanecieron ocultas durante varios años hasta que, en 1952, la imagen apareció en un almanaque publicado por la compañía Calendar Art, sin consentimiento de la actriz. La imagen generó un gran revuelo en la industria del cine y 20th Century Fox, el estudio que la representaba, la presionó para que negara que era ella en la foto. Sorprendentemente, Marilyn admitió públicamente su participación y, lo que muchos temían como el fin de su carrera, en realidad la transformó en una 'sex symbol'.

El público quedó cautivado por la belleza y la sensualidad de esta actriz, que comenzaba a recibir ofertas de películas más relevantes como "Niágara", "Los caballeros las prefieren rubias" y "Cómo casarse con un millonario" (todas de 1953), dejando atrás la lucha por conseguir papeles importantes.

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Las fotos, lejos de hundir su carrera, la catapultaron a la fama indiscutible y la convirtieron en una 'sex symbol'.

Pero la carrera de Marilyn no fue lo único que se disparó gracias a las fotos: Hugh Hefner -fundador de la revista Playboy- compró las fotos originales de Kelley por 500 dólares (nuevamente sin consentimiento de Marilyn) y en un manotazo de ahogado, pues dudaba de su éxito, las publicó en la primera edición de la revista. Las dudas de Hefner se disiparon al instante: la revista se agotó en todos los kioscos y se volvió una de las marcas para adultos más reconocibles de todos los tiempos.

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Las fotos desnudas de Marilyn Monroe salieron en la primera edición de la revista Playboy de Hugh Hefner, que las compró sin consentimiento de la actriz. La revista fue un éxito y se volvió una de las marcas de entretenimiento para adultos más reconocidas.

La ironía de la historia es que, aunque muchos se enriquecieron con las fotos de Marilyn, ella nunca recibió más de los 50 dólares que le pagó Kelley. Sin embargo, fue gracias a su osadía que se convirtió en un ícono cultural, inmortalizada como la encarnación de la sensualidad y la belleza natural en una época en que la imagen femenina estaba estrictamente controlada.

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