CONSPIRACIONES

SORPRESA

Misa de Jueves Santo del Papa en la casa de un cardenal acusado de malversación

El Papa (Jorge Mario Bergoglio) celebró la Misa del Jueves Santo en casa del cardenal Angelo Becciu, acusado en septiembre de 2020 de malversación de dinero vaticano.

En Vatican Insider, del diario La Stampa, Domenico Agasso cuenta lo siguiente:

"De modo sorprendente, el Papa Francisco celebró la misa en Coena Domini esta tarde, alrededor de las 17:30, no en San Pedro sino en la capilla del apartamento privado del cardenal Angelo Becciu, en el Palazzo del Sant'Uffizio, a unos cientos de metros de la Casa Santa Marta. Esto es lo que se conoce de fuentes cercanas al cardenal. 

En la celebración estuvieron presentes las monjas que cuidan la casa de Becciu y un grupo de focolarinas. El Pontífice supuestamente tomó esta iniciativa "para mostrarle amistad y cercanía", dice un prelado de Oltretevere.

Bergoglio no presidió la función del Jueves Santo en la Basílica de San Pedro sin que la Santa Sede explicara por qué. Fue reemplazado por el cardenal decano Giovanni Battista Re.

Tonio Becciu, hermano del cardenal de Pattata, le dijo a la agencia ANSA que el cardenal "estaba feliz y emocionado". 

Tonio explicó que la visita y la Misa con el papa Francisco fue vivida por la familia como una verdadera reconciliación: "Mi hermano me llamó por teléfono para darme la buena noticia, tenía muchas ganas de comunicárnosla personalmente. Su Santidad fue a su apartamento por la tarde y celebraron juntos Coena Domini. Estamos todos muy contentos. Es algo realmente hermoso".

Mientras que en los Palacios Sagrados del Vaticano no comentan "noticias de los compromisos privados del Papa, pero no parece extraño un gesto de paternidad como este, en un día como este, Jueves Santo". 

Habría sido el propio Pontífice quien le hubiera dicho al cardenal Becciu que hiciera saber a la gente de su encuentro, con lo que Bergoglio, entre otras cosas, confirma una costumbre suya: en el día en que se celebra la institución del sacerdocio, el exsustituto de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado pudo invitar a algunos sacerdotes romanos a su casa para almorzar y conversar con el Papa, obispo de Roma. 

Citas informales que solo la pandemia del año 2020 había interrumpido. Era difícil imaginar que, en la situación actual de Becciu, "despedido" por el Papa en septiembre pasado, este año pudiera retomar esta "tradición". 

Sin embargo, no es la primera vez que el Papa escucha a Becciu: las llamadas telefónicas de los últimos meses han sido numerosas y cordiales, y al menos un par de visitas de Francisco al cardenal. Prueba de que, pese a los hechos jurídicos aún poco claros en los que está involucrado el prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, el Pontífice no quiere interrumpir su relación."

Volver en el tiempo

Ahora, vayamos a la noche del jueves 24/09/2020:

“Hasta las 18:02 me sentía amigo y fiel ejecutor del Papa. Luego me dijo que ya no tenía confianza en mí porque los magistrados le han indicado que habría cometido un acto de malversación”, dijo el prelado italiano en una apresurada e inusual rueda de prensa.

El cardenal fulminado se explicó después de que el papa Francisco tomara la decisión de castigarle con la más severa de las penitencias. Le obligó a renunciar como prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos. Es decir, que mantendrá el título pero no podrá entrar en la capilla Sixtina en el caso de celebrarse un cónclave.

A los 72 años, Becciu estaba en las apuestas como próximo Papa.

La Santa Sede no ofreció explicaciones acerca de las dos líneas de texto enviadas el jueves a última hora anunciando que Becciu dejaba de ostentar los derechos del cardenalato. No se precisaron los motivos de tan radical decisión, que solo ha sido tomada para casos gravísimos de abusos sexuales. 

Algo parecido a lo de Becciu sólo le ocurrió al arzobispo emérito de Edimburgo, Keith O’Brien, forzado a renunciar a los derechos al cardenalato tras ser denunciado por haber abusado de seminaristas. 

Becciu trabajó en varias nunciaturas apostólicas (embajadas vaticanas) hasta que en 2001 Juan Pablo II lo nombró nuncio en Angola. En 2009 Benedicto XVI le envió de nuncio a Cuba hasta que regresó a Roma como sustituto en la Secretaría de Estado, N°3 en el Vaticano.

Fue durante ese tiempo que se llevó a cabo la compra de un inmueble en Londres por parte de la Secretaría de Estado por unos 200 millones de euros, operación inmobiliaria investigada por la Fiscalía vaticana ante un supuesto caso de corrupción en la gestión del Óbolo de San Pedro, que administra el dinero que los fieles católicos destinan a las obras de caridad del Pontífice.

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