BIO24

MÁS ALLÁ DE UNA FINAL

La gran historia de superación de Diego Schwartzman

Vale la pena hacer un repaso por la historia de superación del tenista argentino, que en la jornada de este domingo accedió a su primera final de Masters 1000 tras vencer en Roma al canadiense Denis Shapavalov. El partido por el título, este lunes 21/9 desde las 12:00 frente a Novak Djokovic. Televisa ESPN, es importante pero la consagración ya la alcanzó, gane o pierda.

Diego Schwartzman le ganó este domingo 20/9 al canadiense Denis Shapavolov en un maratónico partido de más de 3 horas (fue 6-4, 5-7 y 7-6) , accedió a la final del Máster 1000 de Roma, para jugar ante Novak Djokovic. Es un momento especial para la carrera del argentino, quien, como muchos otros tenistas del circuito, debió atravesar numerosas dificultades de distinta índole para llegar a la elite del tenis mundial.

Basta con repasar lo que el propio deportista contó para la web de la ATP a principios de año, ocasión en la que relató que la altura, (su pequeña estatura amenazaba sus posibilidades en el tenis profesional), representó el problema menor entre tantos otros que debió superar.

"He tenido problemas menores que medir 10 centímetros menos que todos los demás. Mucha gente me pregunta sobre mi estatura y les digo eso. Cuando entro en una cancha no estoy pensando en lo alto que soy o en cuanto es más alto mi oponente. Hay diferencia sí, pero, ¿qué ocurre con ello? Quizá con 15 centímetros más sacaría mejor y pegaría con más potencia. Pero mi altura no va a cambiar, no me despertaré siendo Karlovic o Isner", dijo para la ATP en enero.

El tenista reconoció en aquella oportunidad todo lo que tuvo que pasar en su niñez y juventud para acabar conviertiéndose en tenista profesional. Una verdadera lección de vida y superación.

"Tengo muchas razones por las cuales no hubiera llegado a ser tenista profesional, y ninguna de ellas tiene que ver con mi altura", agregó.

En ese sentido, refirió los problemas que debió afrontar su familia durante su infancia: "Antes de que naciera mi familia se labraba una vida realmente buena en Sudamérica. Ganaron mucho dinero con una compañía de ropa y joyería. Su vida era asombrosa con casas, coches y vacaciones. Las cosas cambiaron después de nacer yo. Mi familia lo perdió tras reducir Argentina las importaciones en los años 90. Todo fue de mal en peor ya que mi padre gastó más dinero tratando de adquirir los productos fuera del país. Quedamos sin lujos, solo nosotros como familia, teniéndonos que ganar la vida como podíamos", explicó.

"A causa de que no teníamos mucho dinero, empezar a jugar al tenis era más difícil", cuenta Diego. "Jugaba al tenis todo lo que podía. Jugaba con una raqueta para adultos aun siendo pequeño, no me gustaron nunca las raquetas pequeñas. Empecé con el fútbol pero también acabé jugando al tenis. Según pasó el tiempo me di cuenta de que en el tenis todo dependía de uno solo, no de los demás", recalca Schwartzman. "Todo dependía del esfuerzo que yo le ponía y me gustaba verme recompensado por el esfuerzo que le ponía. Además que era mejor jugando al tenis que al fútbol", añadió.

Y recordaba:  "Mi padre nos mentía cuando viajábamos a los torneos, prometiendo que tendríamos televisión, computadora, Internet y demás facilidades. No era así después. Era lo que nos podíamos permitir".

"Hacíamos lo que estuviera en nuestras manos para poder viajar a los torneos. Incluso vendíamos pulseras, competíamos hasta en eso para ver quien vendía más, fue divertido aunque ahora con el tiempo no lo parece tanto. A los 13 años empecé a viajar solo por los torneos en Ecuador o Venezuela y lloraba en los aviones echando de menos a mi familia", precisó, al tiempo que sostuvo que "a esa edad también se me dijo que no crecería más del 1,70 m. Yo devastado por supuesto, aunque mis padres no dejaron que me hundiera".

"A los 15-16 años me empecé a rodear de un equipo que me pudo ayudar para los viajes y los torneos. Desde ese momento todo fue más fácil para mí", contó el argentino .

En el marco de un relato conmovedor, ahondó también sobre lo que les tocó vivir a sus antepasados judíos y las enormes penurias que tuvieron que atravesar.

"Todo lo que viví yo palidece ante lo que tuvieron que pasar mis antepasados. Tengo raíces judías, y mi bisabuelo por parte de madre fue llevado a un campo de concentración en Polonia. Uno de los vagones que los transportaba se desenganchó y posibilitó que pudieran escapar, incluido mi bisabuelo, sin ser descubiertos. Después en bote, trajo a su familia a Argentina. No hablaban español, sino hebreo. Fue complicado para ellos adaptarse. Lo consiguieron", manifestó.

"Me considero un afortunado. No soy el único que se ha enfrentado a la adversidad. Hay que intentar que los malos momentos no te desanimen y poder usarlos como motivación para ayudarte a transformar algo malo en algo bueno. Nunca llegué a pensar que mi carrera llegaría hasta aquí. No importa nada si crees en tí mismo, da igual que midas 1,70 m. Si yo he podido llegar lejos, tú también puedes. Da todo lo que tienes y un día también podrás cumplir tus sueños por pequeño que seas", concluía el relato para la ATP.

Por lo pronto, en la cancha Schwartzman se desenvuelve como en la vida: a pura garra. Garra que mezclada con talento hace suplir cualquier desventaja que pueda suponer su baja estatura. Y ahí está el Peque, a un paso de su primer título de Masters 1000. Al borde de hacer historia.

Dejá tu comentario