ECONOMÍA

REPORTE DEL CENE

Un peligro mayor que la pandemia: alertan desabastecimiento en Argentina

La epidemia del coronavirus paralizó la actividad económica de la inmensa mayoría de los países a los que llegó. En Argentina, la cuarentena obligatoria si bien es una medida que todos coinciden en que es la mejor para evitar una mayor propagación de la enfermedad y por consiguiente a favor de la salud pública, es una realidad que causa estragos en miles y miles de empresas y trabajadores que ante la parálisis pierden en ingresos y se ven muy comprometidas. Ante este contexto, se pone en riesgo el aparato económico y por ende, el abastecimiento de la población. Así lo remarca el Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, que brinda su punto de vista acerca de la difícil situación del país.

El confinamiento social obligatorio decretado por Alberto Fernández el 20 de marzo y extendido hasta el 12 de abril supone una prolongación de la parálisis económica que pone a muchas empresas y trabajadores en "jaque". Si bien el gobierno acompañó la medida con algunos paliativos en las últimas horas, se sigue debatiendo en la Argentina hasta qué punto se puede continuar de esta manera.

En principio, no habría extención una vez llegada la fecha de finalización del aislamiento, aunque no tendría ésta un cierre abrupto sino más bien regulado. Ahora bien, ante este contexto es inadmisible tomar políticas encaminadas a subsanar el campo de la economía dejando de lado los resguardos en materia sanitaria.

Entonces, la pregunta surge sola. ¿es posible eso?. El Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano da su punto de vista

En un reporte elaborado recientemente, sostiene la importancia de no desviar la mirada del foco económico, debido a los "descalabros" que se pueden generar.  “Las autoridades deben moverse a través de un estrecho desfiladero entre evitar el contagio, por un lado, e impedir la parálisis económica, por el otro”, sostiene.

Vale marcar su apreciación: “La primera prioridad es tener en claro que estamos en guerra. Por lo tanto, se trata de poner en marcha una economía de guerra. La economía debe estar al servicio de derrotar la pandemia, minimizar las pérdidas de vidas humanas y asegurar el abastecimiento de alimentos y medicamentos para toda la población”, subraya Víctor Beker, director del CENE.

Luego continúa: "El cierre forzoso de actividades aéreas, turísticas, hoteleras, gastronómicas, de espectáculos públicos, etc. requiere de una compensación económica que asegure el pago de salarios en dichos sectores para que la rueda de la economía siga girando. En el resto, debe asegurarse el normal funcionamiento con el menor riesgo posible para los trabajadores, explotando al máximo las posibilidades que ofrecen el teletrabajo y la telemedicina”.

"Un capítulo en particular lo ocupa la economía informal, que abarca el 35% de la población económicamente activa, que no recibe un sueldo en blanco y no está bancarizada.Atender los requerimientos de este sector es imperioso para evitar que la crisis sanitaria se convierta en crisis social”, insiste el economista.

Pero por donde pasa su mayor énfasis, es en alertar sobre un eventual desbastecimeinto si se impone  la mirada de aquellos que dicen que la falta de productos "se resuelve sola, ya que la escasez genera aumento de precio, provocando que se incremente la producción y equilibre la demanda". Estos es "falso y peligroso", asegura Beker.

Y argumenta: "A título de ejemplo, no podemos esperar que el alcohol en gel se venda a 1.000 pesos para que la oferta iguale a la demanda, porque a ese precio la mayoría dejará de utilizarlo. Se habrá equilibrado el mercado, pero se pondrá en serio riesgo la salud pública”.

“También habrá que ver cómo se aumenta la capacidad instalada de aquellos productos cuya demanda se incrementa por efecto de la pandemia y sus consecuencias. Por ejemplo, la producción de respiradores, tan necesarios para el sistema hospitalario. El mismo criterio debería aplicarse al interior del Estado, trasladando personal hacia las áreas prioritarias. Todos los esfuerzos deben estar al servicio de ganar esta guerra con la menor cantidad de bajas posible”, completa el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.

Efectos del coronavirus sobre la economía argentina: caída del 2% del PBI y sectores en negativo

La cuarentena ha motivado una revisión de las principales variables económicas y también un nuevo análisis de nuestras proyecciones sectoriales para dimensionar el efecto en cada actividad productiva. 

De acuerdo al informe de ABECEB, y en un escenario base que toma como marco la extensión de la cuarentena hasta el 13 de abril anunciada por el gobierno y un levantamiento paulatino de las restricciones, el PBI mostraría una caída promedio de 2.2% en el año con una baja de -4.9% en el primer trimestre que llegaría al -6.1% en el segundo. El bimestre marzo-abril sería el más afectado con una caída interanual que podría superar el 10%.

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