ECONOMÍA

PLANES PARA ABRIL

Nielsen busca la reestructuración de YPF, ¿con aval de Alberto F. y CFK?

Por lo bajo, el presidente de YPF, Guillermo Nielsen, admite que en abril nombraría a un nuevo CEO de la compañía. Busca reemplazar a Daniel González en la próxima asamblea, pero aún se desconoce si su candidato cuenta o no con el aval de Alberto Fernández. Y, lo más importante, qué dirá Cristina Fernández.

El presidente de YPF, Guillermo Nielsen, ya admite puertas adentro de la compañía que pretende avanzar con una fuerte reestructuración del comité de dirección de la petrolera.

Según publicó el sitio especializado 'EconoJournal', el ejecutivo le comunicó a su equipo más cercano que apunta a nombrar un nuevo CEO de la empresa en la asamblea anual de accionistas que se realizará en abril.

El cargo es ocupado actualmente por Daniel González, que asumió en abril de 2018.

"Hasta el momento sólo hubo dos cambios en el Directorio, hay gente muy capacitada que permanece y al mismo tiempo haremos más cambios. Es una transición razonable", señaló al mencionado sitio un asesor directo de Nielsen que pidió la reserva de nombre.

"Miguel Galuccio (ex presidente de la petrolera) se fue en abril (de 2016, en los primeros meses del gobierno de Mauricio Macri), entonces camparemos manzanas con manzanas, recién está empezando marzo. Hay cosas que llevan tiempo, pero se van a dar", añadió. Y concluyó: "se trata de una decisión que se toma esencialmente en la compañía y en función de los objetivos políticos".
 
El sector energético ha venido siendo desde la asunción del nuevo gobierno un terreno de fuertes disputas entre las distintas corrientes internas del Frente de Todos.

Lo que resta saber en este caso es si Nielsen cuenta con el respaldo del presidente Alberto Fernández para avanzar con la designación del CEO que tiene en carpeta o el nombre aún resta ser consensuado con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien tiene peso en la agenda energética y en algunos casos poder de veto.

Pero al presidente de YPF le espera antes otra dura tarea: una conferencia, vía streaming, con inversores de todo el mundo que será unas horas después de la presentación del peor balance de los últimos 10 años, que la petrolera de control estatal presentará el jueves a última hora.

Son las cifras correspondiente al cuarto trimestre de 2019 y ejercicio anual, cuyo cierre arrojará para todo el año pérdidas por encima de los $30.000 millones. Es uno de los peores resultados de al menos los últimos 10 años, a pesar de que en 2016 ya se había registrado un resultado similar, con una fuerte caída de los beneficios brutos en términos reales.

El contexto en ese momento, sin embargo, era muy distinto para el sector, que se encaminaba a la liberalización de los precios del combustible.

A septiembre de 2019, YPF contabilizaba una pérdida de $23.023 millones, producto de la devaluación, el atraso de los precios del combustible y la caída en el precio del gas. Esas pérdidas se acentuaron en el último trimestre del año, lo que empeorarán el indicador clave que miden los inversores y da verdadera cuenta de la evolución del negocio: el EBIDTA, sigla en inglés para definir el porcentaje de ganancias antes de impuestos, intereses, amortizaciones y depreciación de los activos. Ese dato es la principal preocupación de los ejecutivos –incluido Nielsen- de la compañía, que ya en el último balance presentado acumulaba una caída 15%.

Con esa carta de presentación, las autoridades de la empresa enfrentarán a los analistas del mercado internacional que dictaminan la recomendación de invertir en la empresa o no hacerlo.

"Los resultados son muy insatisfactorios", anticipó una fuente de la compañía, impedida de dar mayores precisiones por regulación antes de la presentación del balance.

En YPF entienden que el precio de la acción está sobrecastigado, afectado por el clima financiero negativo generado por el riesgo económico del coronavirus pero admiten que que el congelamiento de precios de octubre tuvo un fuerte impacto y, tal vez lo más difícil de revertir, "pegó fuerte en contra de las expectativas".

El titular de YPF no cuenta con muchos elementos que le permitan mostrar un panorama brillante pero se apoyará en tres ejes: los costos operativos de la compañía hoy no son un problema y se han manejado de manera acorde a las circunstancias, el endeudamiento también es manejable –recién en 2021 la petrolera afrontará un vencimiento de deuda cercano a los US$1.000 millones- y el plan de inversiones también se adapta a las posibilidades de caja, sin la opción por el momento de recurrir a financiamiento externo.

Con todo, existen dos grandes incógnitas a despejar: por un lado, el contexto macroeconómico y la renegociación de la deuda pública.

"La compañía necesita endeudamiento para crecer y eso está ligado al riesgo soberano", afirman en la petrolera. De ahí que se considere vital un acuerdo exitoso con los acreedores privados y, sobre todo, lo antes posible.