ECONOMÍA

DEL FT A IDESA

Guzmán pide paciencia y los acreedores plantean que "la propuesta es mezquina y arbitraria"

Mientras el ministro Martín Guzmán escribió en el diario Financial Times explicando su posición, el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) aseguró que hay malestar en los acreedores por la propuesta del Gobierno nacional para reestructurar la deuda. Además, aseguran que la Argentina cae recurrentemente en la insolvencia "por un problema estructural". En ese sentido, afirmaron que, "el gasto crecía muy por encima de la inflación antes del Covid-19". El informe completo a continuación:

Luego de que el Gobierno presentara formalmente la propuesta de canje de deuda en dólares que el anterior Gobierno dejó en cesación de pagos, se generó, según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), "fuertes polémicas". Así, en su informe de este domingo 03/05, los expertos aseguraron que hay muchas molestias por la oferta presentada y que el país cae reiteradamente en la insolvencia por un problema "estructural".

El Gobierno planteó una quita de capital de entre 5% y 12%, dependiendo el plazo del nuevo bono, y que no habrá pagos de capital ni intereses hasta finales del 2022. Entre el 2023 y 2025 se pagará una tasa de interés muy baja (del orden del 0,5% anual) y recién en el 2026 se empezará a pagar capital y mayores tasas de interés. "De esta forma, el actual gobierno no tendrá carga de capital ni intereses de deuda en la mayor parte de su gestión", dice el informe. 

Y agregan: "El tema suscita fuertes polémicas. Los acreedores plantean que la propuesta es mezquina y arbitraria. El gobierno argumenta que el país no está en condiciones de pagar hasta tanto no recupere el crecimiento económico".

"Esto lleva a poner un exceso de atención en la puja y en las posibles consecuencias del desenlace. Pero hace perder de vista la cuestión central que es entender por qué la Argentina cae recurrentemente en la insolvencia y si es factible que alguna vez cambie esta anomalía", agregan. 

Asimismo, Idesa alega que más allá de un problema estructural de la Argentina, "un testimonio muy ilustrativo de la alta propensión a gastar por encima de los recursos lo muestra la dinámica de las finanzas públicas en el 1º trimestre del 2020. Cabe aclarar que en la mayor parte de este período no tuvo incidencia el confinamiento"; expresaron. 

Tomando datos del ministerio de Economía, Idesa detalló que:

  • Los ingresos públicos crecieron 36% con respecto a igual período del año anterior.
  • El gasto público corriente (salarios, jubilaciones, prestaciones sociales y transferencias al sector privado) creció un 63%
  • El gasto público en inversiones cayó un -18%

"Estos datos muestran que los ingresos públicos crecieron muy por debajo de la inflación que en el período fue del 50%. Sin embargo, los gastos crecieron muy por encima de los precios", explicaron.

Fuente: IDESA
Fuente: IDESA

Igualmente, alegaron que esto se explica por el "desaforado crecimiento del gasto corriente" ya que la inversión pública en términos reales se redujo a menos de la mitad respecto al 2019. Y agregaron: "El resultado es que el 2020 arrancó con un déficit fiscal primario equivalente al 2,3% del PBI".

En este delicado contexto fiscal apareció el coronavirus. Siguiendo las recomendaciones de un cerrado círculo de expertos médicos, el gobierno adoptó la medida más extrema que es el confinamiento absoluto. "Una de las consecuencias es que desde el 19 de marzo gran parte de la producción se paralizó", dicen desde Idesa. 

Y advierten: "No se tiene todavía los resultados fiscales de abril, pero según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, el impacto presupuestario de las acciones tomadas por el gobierno para paliar el confinamiento asciende a otros 2,3% del PBI. Esto implica que el déficit fiscal ya debe estar por encima del 5% del PBI, dado que todavía falta computar el efecto caída de la recaudación".

Esta situación marca una diferencia sustancial con los países desarrollados (Estados Unidos y la mayoría de los de la Unión Europa). Ellos apelan al endeudamiento y a la emisión para paliar las consecuencias de la parálisis productiva. Pero la Argentina no está en las mismas condiciones. 

"No puede endeudarse (aun suponiendo que resultara exitoso el canje de deuda) y tiene muy limitado espacio para emitir. Si el confinamiento se sigue prolongando, el déficit fiscal puede llegar a superar el 10% del PBI. Esto obligaría a una masiva emisión monetaria que duplicaría la base monetaria (actualmente en el 8% del PBI) y la cantidad de dinero que la gente tiene en efectivo, en cuentas corrientes y caja de ahorro (12% del PBI). Esto tiene implícito un alto riesgo de hiperinflación", detallaron.

Por último, desde Idesa alegaron que la crisis del coronavirus "demuestra el bajo nivel de profesionalismo en la gestión pública".

"Por un lado, se opta por una estrategia sanitaria extrema sin considerar los daños productivos, sociales y sanitarios que ella genera. Por el otro, no se adoptan las medidas tendientes a explicitar y distribuir equitativamente el sacrificio de paralizar la producción". 

Y agregan: "La prueba más contundente es la resistencia a reducir los sueldos de los empleados públicos. En este contexto, el desenlace del canje de deuda pública es un tema menor frente a los enormes costos sociales que genera la mala administración del Estado".

​​​​​​Ministro Guzmán

En una columna de opinión publicada en el diario británico Financial Times titulada "Argentina no puede pagar más a los acreedores", el  ministro Martín Guzmán sostuvo que "incluso antes de que Covid-19 golpeara, la trayectoria de la deuda del país estaba fuera de control". "Las demandas insostenibles solo pueden generar resultados insostenibles".

Guzmán señaló que la resolución de la crisis de la deuda en el marco de la pandemia "requiere sentido común, colaboración e ideas frescas en interés tanto de los acreedores internacionales como de Argentina".

"Ahora Covid-19 también ha devastado las exportaciones y los ingresos fiscales. Como en cualquier otro lugar, la enfermedad ha obligado a la adopción de medidas de emergencia destinadas a mantener un sustento mínimo para los desempleados y evitar un colapso económico total", agregó el titular del Palacio de Hacienda.

Guzmán Indicó que "en estas condiciones estamos negociando con los acreedores internacionales más de $ 65 mil millones de deuda pública. Resolver la crisis de la deuda en tales circunstancias requiere sentido común, colaboración e ideas frescas en interés tanto de los acreedores internacionales como de Argentina".

Guzmán observó que "Argentina ha sufrido una larga historia de auges, caídas y reformas económicas fallidas. La nación ha incumplido su deuda ocho veces, sufrió hiperinflación dos veces y atravesó múltiples crisis de balanza de pagos, así como 20 programas económicos respaldados por el FMI en 60 años".

"Esa historia proporciona el principio rector con el que hemos construido el proceso de reestructuración de la deuda: proponer, de buena fe, un rediseño de nuestros compromisos de deuda para crear sostenibilidad económica a largo plazo, para que Argentina pueda cumplir y cumpla las promesas hechas a sus acreedores", señaló.

Consideró que "a los acreedores les conviene evitar los patrones destructivos del pasado de promesas imposibles y crisis repetidas. Se acabó el tiempo de las ilusiones. En el nuevo mundo de Covid-19, no podemos seguir gastando el 20% de los ingresos del gobierno o más en pagos de deuda, como algunos acreedores han preguntado efectivamente. Es simplemente imposible".

"Estos son tiempos muy difíciles para los tenedores de bonos, y Argentina es un anticipo de lo que vendrá para los países deudores en dificultades en todo el mundo. Pero los tenedores de bonos tienen una opción: reconocer los desafíos históricos y buscar nuevas formas de avanzar, o insistir obstinadamente en términos de reembolso miopes que parecen proporcionar retornos rápidos pero solo degradan a los países deudores y socavan su capacidad de reembolso", remarcó Guzmán. 

"Las demandas insostenibles solo pueden generar resultados insostenibles", dijo el ministro. "Seamos claros: este no es un juego de hojas de cálculo. Está en juego el destino económico de 45 millones de ciudadanos argentinos. Más del 35 por ciento de nuestra población y el 52 por ciento de los niños ya están en la pobreza".

Explicó que "los escenarios de pago que hemos construido requieren un espacio de respiración para permitir la recuperación económica y la reconstrucción de nuestras posibilidades de generación de ingresos".

Resumió que "nuestra oferta incluye un período de gracia de 3 años, una reducción del 5.5 por ciento en el capital de los bonos y una reducción del 62 por ciento de los pagos de intereses. Deja a los acreedores con un cupón de bonos promedio de 2.3 por ciento, en comparación con su promedio actual de 7 por ciento, que no es bajo considerando el entorno actual de tasas de interés".

"No estamos pidiendo a nuestros acreedores que pierdan, sino que ganen menos. Forzar una mayor austeridad para pagar más no solo sería económicamente desastroso, sino también inaceptable política y moralmente y, en última instancia, insostenible", concluyó.

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