La relación entre USA y China, las 2 economías más potentes del mundo ( aunque India se acerca en forma vertiginosa), provocan interrogantes en la nueva Administración Donald Trump. En la anterior, el vínculo fue un desastre. Sin embargo, hay personajes que pueden fungir como bisagras, afirma Financial Times. Por ejemplo, Elon Musk, empresario contratista del Estado en USA pero con muchos intereses privados en China.
FINANCIAL TIMES
Cerca de Donald Trump, Marco Rubio vs. Elon Musk por China
FT analiza la intensa relación de Elon Musk con China y la contrasta con el odio de Marco Rubio: ¿Qué hará Donald Trump?
Tina Hou, quien dirige la investigación automotriz en China para Goldman Sachs, estimó a Financial Times -diario con base en Londres, Reino Unido, pero controlado por capitales japoneses, y con una marcada tendencia crítica de China- que más del 90% de los proveedores de Tesla (de Musk) para la fábrica de Shanghái son chinos y, cuando Tesla construye fábricas en el extranjero, estos proveedores cada vez más “salen” con Tesla. Según funcionarios mexicanos, docenas de proveedores de Tesla han establecido operaciones en México, incluidos grupos chinos. Musk también está trabajando con su proveedor chino de baterías CATL para la tecnología en la fábrica de baterías de Tesla en Nevada.
En la otra orilla del 'trumpismo', Marco Rubio, propuesto para secretario de Estado por Donald Trump, firmó una carta en agosto en la que afirmaba que CATL, el principal proveedor de baterías de Tesla en China y con quien está trabajando en USA, tiene “profundos vínculos” con el Partido Comunista Chino y el Ejército Popular de Liberación y participó activamente en el fortalecimiento de las ambiciones militares de Beijing, acusaciones que CATL ha negado.
Trump / Musk
¿A quién escuchará más Donald Trump?, se pregunta el informe especial de Edward White, Cheng Leng, Kana Inagaki y Stephen Morris.
Urgente24 afirma que Donald Trump es un hombre de negocios, y desde ese formato llegó a la política. Elon Musk está siguiendo un derrotero similar. Esto es clave en la relación y el diálogo entre Trump y Musk
No sólo Marco Rubio es antichino en las barbas de Trump. También su futuro asesor de Seguridad Nacional, Michael Walt, quien califica a China de “amenaza existencial”.
Pero Rubio y Walt son político y ahora burócratas, no tienen la estructura de razonamiento de Trump.
Elon Musk, nacido en Sudáfrica y autodenominado “1er. amigo” de Trump, tiene profundas conexiones con los principales líderes del Partido Comunista Chino, y está en medio de un proceso de lobby en Beijing sobre decisiones importantes para su negocio de vehículos eléctricos de US$ 1 billón, Tesla.
(Increíble el caso de Musk, porque también mantiene sólidos vínculos con referentes de la Rusia de Vladimir Putin. De hecho, su propuesta de paz entre Rusia y Ucrania fue reivindicada varias veces en Moscú, pese a que la red de satélites de comunicaciones de Musk, Starlink, garantiza la intercomunicación de las Fuerzas Armadas de Ucrania).
Musk podría potencialmente proporcionar un “puente crítico” entre China y la administración Trump, dice Philippe Houchois, analista del banco de inversión estadounidense Jefferies. Musk mantiene una cercanía con Trump que provocó, por ejemplo, que el Presidente electo lo incluyera en su llamada telefónica posterior a las elecciones con el líder ucraniano Volodymyr Zelensky.
Tesla Made in China
Vayamos a una porción del informe de Financial Times:
"(...) Tesla ha recibido miles de millones de dólares en préstamos baratos, subsidios y exenciones fiscales del gobierno chino. El fabricante de automóviles depende en gran medida de su fábrica de Shanghái, la más grande de su red global, no solo para vender al país de 1.400 millones de habitantes, sino también para exportar sus automóviles fabricados en China a otras partes del mundo. Los proveedores chinos de Musk, especialmente en baterías, también son cruciales para las operaciones de fabricación globales de la empresa, incluso en Estados Unidos.
Pero la administración a la que se unirá Musk como 'zar de la eficiencia' parece lista para cumplir con la amenaza de campaña de Trump de un fuerte aumento de los aranceles a todas las importaciones chinas a USA, una decisión que podría afectar dramáticamente el negocio de Tesla. (...)
Hay pruebas claras de que existe presión política sobre los posibles conflictos de Musk. Dos senadores demócratas han solicitado una investigación federal sobre la supuesta comunicación de Musk con el líder ruso Vladimir Putin, lo que ha suscitado preocupación por las autorizaciones de seguridad de alto nivel de Musk y los miles de millones de dólares de financiación del gobierno estadounidense.
(...) Otras partes de su imperio chocan directamente con puntos de tensión entre Estados Unidos y China. SpaceX, su negocio de cohetes y satélites comerciales, ha recibido duras críticas de los analistas militares chinos que ven a la empresa y su vasta red de satélites Starlink como parte de la expansión del ejército estadounidense en el espacio. Y X, la plataforma de redes sociales, está prohibida en China.
(...) Hace 5 años, Musk consiguió financiación para lo que en aquel momento era el proyecto más ambicioso de Tesla: una fábrica para construir vehículos eléctricos en una zona especial de libre comercio en las afueras del este de Shanghái.
La perspectiva de facilitar el préstamo desencadenó una feroz competencia entre los bancos chinos. Algunos presionaron al Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, uno de los reguladores de Tesla en Beijing, para que se les añadiera a la lista de prestamistas aprobados. Desde el punto de vista de los banqueros, el acuerdo no sólo era infalible desde el punto de vista financiero, sino que también era una oportunidad para demostrar su alineamiento con la política industrial ecológica de apoyo de Beijing.
Beneficios
El trato especial fue más allá. Musk logró convencer a los líderes del PCCh, incluido Li Qiang, entonces jefe del partido en Shanghái y ahora primer ministro y líder Nº2 del país, de que Tesla necesitaba ser dueña de su negocio en China. Para la industria automotriz, esto marcó un cambio sin precedentes con respecto a Beijing, que siempre había exigido empresas conjuntas entre fabricantes de automóviles chinos y extranjeros. (...)
El terreno para la fábrica de Tesla ha sido arrendado al gobierno de Shanghái durante 50 años. La empresa, que no respondió a las preguntas del FT, no ha revelado el precio. En 2018, la Oficina Municipal de Planificación y Recursos Territoriales de Shanghái dijo que se había arrendado un terreno por 973 millones de yuanes (US$ 145 millones), muy por debajo de los precios del mercado en ese momento. Según Tesla, la empresa ha cumplido los requisitos establecidos por Shanghái de gastar 14.000 millones de yuanes en la planta para 2023 y recibió una subvención adicional de US$ 76 millones del gobierno de la ciudad el año anterior.
Un asesor de políticas gubernamentales con sede en Beijing describió a Tesla al Financial Times como probablemente todavía uno de los “fabricantes de vehículos eléctricos más subsidiados en China”. (...)
Para Musk, la fábrica de Shanghái es la más grande de Tesla, ya que produce millones de automóviles y generó ingresos por US$ 54.000 millones en los últimos 3 años, lo que representa el 23% de sus ventas totales. Tesla también ha dicho que su nueva fábrica adyacente, que fabrica paquetes de baterías para el almacenamiento de electricidad, está en camino de comenzar la producción en el primer trimestre de 2025. (...)
Para China, el proyecto supone cientos de millones de dólares en impuestos al año, en un momento de desaceleración del crecimiento económico. Tesla también devolvió su principal préstamo en 2021.
Pero lo más importante para los planificadores económicos de Xi Jinping es que la rápida entrega de la fábrica de alta tecnología de Tesla ayudó a impulsar la naciente industria de vehículos eléctricos del país, tanto en términos de la cadena de suministro local como de la popularización del vehículo eléctrico entre los consumidores minoristas.
Los responsables políticos chinos habían “soñado durante 20 años” con una industria automovilística nacional, pero el “punto de inflexión fue el lanzamiento de Tesla en Shanghai”, dice Bill Russo, ex director de Chrysler en China y fundador de la consultora Automobility con sede en Shanghai.
“Al igual que el iPhone desencadenó una serie de empresas chinas de teléfonos inteligentes, el Tesla Model 3, inicialmente, desató la ola de vehículos eléctricos chinos”, dice Russo. (...)
Ante las advertencias de Trump sobre aranceles masivos contra las importaciones de México y todos los socios comerciales de Estados Unidos, Musk ya se apresuró a proteger a Tesla aumentando la producción en USA y deteniendo los planes de construir una fábrica en México, que fabricaría parcialmente autos para el mercado estadounidense. Pero incluso así, su empresa sigue estando profundamente expuesta al proteccionismo estadounidense. (...)
Taiwan
Musk, según el ex ejecutivo de Tesla, está tratando de reducir las tensiones entre los países y no inflamarlas más, pero “al mismo tiempo” tiene que proteger su negocio.
Tesla está más preocupada por Taiwán que por los aranceles, dice el ex ejecutivo, y agrega que Musk ha estado trabajando para "mitigar" el impacto de un embargo a China al reestructurar la cadena de suministro de su compañía lejos de Taiwán.
“Eso ha sido así desde que Elon comprendió que Taiwán es para China lo que Ucrania es para Rusia y que no hay nada que se pueda hacer para impedir ese resultado inevitable. Tal vez sea cínico, pero es una realidad geopolítica”.
La propiedad de la plataforma de redes sociales X por parte de Musk plantea más preguntas sobre las interacciones del multimillonario con China y su inconsistencia en materia de libertad de expresión.
Para Beijing, después de años de vínculos con Washington en un mínimo histórico, la perspectiva de tener un aliado como Musk influyendo en la Casa Blanca es definitivamente positiva. (...)".
En última instancia, cuando se trate de influir en Trump sobre China, habrá una “mezcla” de opiniones que competirán por la atención del Presidente, dice Andrew Gilholm, jefe de análisis de China en la consultora Control Risks.
Por un lado, seguirán existiendo los tradicionales titanes de Wall Street y los líderes tecnológicos que son vistos como amigos de Beijing y “no quieren causar problemas con China”. Y, por otro lado, hay halcones, como Rubio, que “son ideológicamente anti-China y quieren golpear a China en todos los frentes”. (...)".
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