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Marzolini, el artífice del inolvidable Boca de Maradona y Brindisi

Hace exactamente 3 días, el fútbol argentino se vistió de luto tras conocerse la muerte de Silvio Marzolini, uno de los mejores marcadores laterales que brilló en la década del ’60 de la mano Ubaldo Antonio Ratín, Ángel Clemente Rojas ‘Rojitas’, José María Silvero y Antonio Roma en el arco. Gracias a sus grandes actuaciones en el ‘Xeneize’, se destacó en la Selección Argentina en los mundiales de Chile 1962 e Inglaterra 1966. Años más tarde, Marzolini, como DT de Boca, logró el campeonato Metropolitano de 1981 de la mano de Diego Maradona y de Miguel Ángel Brindisi. “Hicieron un campeonato bárbaro y a todos los equipos grandes les sacamos más de 10 puntos en tiempos que se puntuaba de a 2. El partido más importante fue el 3-0 a River en la Bombonera porque el ganar por tanta diferencia a mí me demostraba que estábamos con posibilidad de ser campeones porque River tenía 8 jugadores internacionales. Le di más importancia a eso que al campeonato en sí”, comentó más tarde en una entrevista.

En plena cuarentena ocasionada por la pandemia del coronavirus, Silvio Marzolini, considerado como uno de los mejores marcadores laterales del fútbol argentino, dejaba de existir este último viernes 17/07 tras padecer un cáncer terminales. Más allá de la triste noticia, es válido mencionar y rescatar la figura de Marzolini tanto como jugador y, a la postre, director técnico.   

A modo de reseña, a Silvio Marzolini le tocó compartir época con varios de los extremos derechos más destacados del deporte, tanto en la Argentina (el uruguayo Luis Cubilla, Raúl Bernao, el propio Omar Oreste Corbatta) como en el ámbito internacional (el brasileño Garrincha, por ejemplo).

Arrancó su carrera profesional en Ferrocarril Oeste, para luego pasar a Boca, en donde jugó 408 partidos entre 1960 y 1972. En Boca consiguió seis títulos como jugador, tres de Primera División en 1962, 1964 y 1965, además de los Nacionales en 1969 y 1970 y la Copa Argentina 1969. En tanto, como entrenador, fue el artífice del título del Metropolitano 1981, que Boca consiguió con Diego Armando Maradona y Miguel Ángel Brindisi como figuras rutilantes. Al astro lo volvió a dirigir en 1995, cuando regresó al país, pero en esa ocasión no pudo celebrar el título. 

Con buena técnica, salida clara y elegante, garra en el momento de marcar, muy buena proyección por la izquierda y criterio para jugar, siempre fue fuerte en sus convicciones porque íntimamente estaba seguro de sí mismo. Fue así que pudo jugar en el Real Madrid, la Fiorentina, la Juventus o el Milan, pero prefirió siempre continuar en el club de la Ribera, equipo al que llegó procedente de Ferro en 1960 y con el que consiguió todos sus títulos hasta su retiro en 1972.

Marzolini nació en Barracas el 4 de octubre de 1940. Creció en una familia de origen italiano (Eligio, su padre, carpintero, y su madre Emilia). No fue casual que desde muy pequeño comenzara a jugar al fútbol en el equipo Flecha de Oro. Poco tiempo después fue campeón de los Juegos Infantiles Evita con el Antártida Argentina. Apenas tenía 11 años y, pese a lo fino de su juego, lo colocaron de marcador de punta porque lo veían muy chiquito.

Recaló en Deportivo Italiano en plena adolescencia mientras trabajaba en el puerto como dibujante para una compañía subcontratada por Fiat y hasta jugó para el equipo de la empresa automovilística un torneo de italianos en la Argentina. Ahí fue invitado a ir a la Juventus.

A los 14 años, siguiendo a su hermano, ingresó en la octava de Ferro. Ya tenía claro que lo suyo era el fútbol y estaba seguro de sus condiciones, por lo que les exigió a los dirigentes que lo dejaran jugar. Esa tensión derivó en que lo suspendieran por dos años en los que participó en torneos no afiliados a la AFA y gustó tanto que casi termina jugando en la Roma de Italia con tan solo 18 años. Sin embargo, el Verde del Oeste le negó el pase, pero al mismo tiempo, esa situación forzó que le prestaran más atención haciéndolo debutar en Primera poco después, el 31 de mayo de 1959 ante Boca (1-1).  

Varias fechas más tarde lo expulsaron, cumplió una larga suspensión y justamente volvió ante el elenco de la Ribera para la revancha, en la Bombonera. Ferro no solo se impuso 2-1 con goles de Juárez y Berón (y descontó Herminio Pierino González para los locales), sino que anuló por completo al puntero Motoneta Nardiello. Ese equipo de Ferro, en el que atajaba Antonio Roma, terminó cuarto en el torneo que ganó San Lorenzo.

Con sólo 22 partidos en Primera, Marzolini fue transferido a Boca junto a Roma en el verano de 1960. Era la época del llamado “Fútbol espectáculo” y el presidente del cuadro azul y oro, Alberto J. Armando, había decidido contratar a uruguayos y brasileños, por lo que llegaron al club 15 jugadores nuevos.

Marzolini integró grandes equipos de Boca en la primera mitad de la década del ’70, que se caracterizaban por la sólida defensa, desde un volante central como Antonio Ubaldo Rattín hasta defensores como el marcador de punta derecha Carmelo “Cholo” Simeone o marcadores centrales como José María Silvero, Alcides Silveyra o el brasileño Orlando.

 Después vivió una transición hacia un equipo más ofensivo, que fue campeón del Nacional de 1969 con Alfredo Di Stéfano, o el del año siguiente con Silvero, ya como entrenador.

El título del Nacional de 1969 fue uno de los más festejados debido a que Boca jugó ante River en el Monumental en la última fecha con dos puntos de ventaja sobre su rival, y, tras ir ganando 2-0 con dos goles de Norberto Madurga, River consiguió empatarlo para un final de infarto. Durante los festejos, se abrieron los grifos en el césped y Marzolini decidió regresar a dar una vuelta olímpica solo, desafiando los chorros de agua.

También, le tocó vivir como jugador el nefasto episodio de la Puerta 12 en el Superclásico del Monumental en 1968, con un saldo de 71 muertos. “Yo era el capitán de Boca y no nos dimos cuenta de lo que pasaba. En el partido no pasó nada, no hubo problemas y nosotros nos enteramos al llegar a los vestuarios. Fue un desastre, algo que es imposible que se pueda repetir. Una barbaridad que nunca se pudo saber el motivo. Yo lo pasé muy mal durante toda una semana porque repercutió mucho entre nosotros”, declaró años después. 

No obstante, su retiro del fútbol no fue como esperaba. No se fue bien de Boca porque había tenido una activa participación en la huelga de futbolistas de 1971 y eso no le gustó al presidente Armando, que le puso trabas a la firma de un nuevo contrato y también le negó una transferencia al fútbol francés. Terminó dándole el pase libre en 1972, pero con la única condición de jugar en el Interior, cuando el DT Rogelio Domínguez no lo dejó jugar ningún partido y le ofreció un lugar en la Tercera. 

Silvio Marzolini tiene el récord de Superclásicos jugados junto con Roberto Mouzo (29). En una encuesta organizada por El Gráfico en 1975, fue considerado el mejor marcador de punta izquierdo de la historia del fútbol argentino (Carrizo; Sosa, Perfumo, Albrecht, Marzolini; Moreno, Néstor Rossi; Corbatta, Pontoni, Martino, Lousteau). Con su retiro, dejaba atrás inolvidables duelos con Raúl Bernao, Luis Cubilla, Héctor Facundo o Pedro González.

Pudo haber ido al Milan en 1963, y al Real Madrid o a la Fiorentina en 1966 a partir de su brillante paso por la selección argentina, en la que jugó 28 partidos y participó en dos Mundiales, 1962 (“no teníamos amistosos, no teníamos nada, y así fuimos al torneo sin saber lo que pasaba en Europa”) y 1966 (en éste fue considerado el mejor lateral izquierdo de campeonato, incluso por delante del italiano Giacinto Facchetti y del brasileño Nilton Santos). 

Una de sus mayores amarguras con la camiseta albiceleste fue la eliminación del Mundial de México 1970 ante Perú en la Bombonera en 1969 y dos años más tarde, también participó de los hechos violentos ante los peruanos de Sporting Cristal, con la camiseta de Boca, por la Copa Libertadores. También fue campeón de los Panamericanos de Costa Rica en 1960.

En 1968 fue convocado para integrar el equipo de “Resto del Mundo” con Franz Beckenbauer, Bobby Charlton, Albert y Farkas para un partido en el Maracaná.

Una vez que dejó el fútbol, tuvo su primera experiencia como director técnico en All Boys en 1975, aunque su experiencia más fuerte fue en Boca, en 1981, justo con la llegada de Diego Maradona y Miguel Brindisi. “Hicieron un campeonato bárbaro y a todos los equipos grandes les sacamos más de 10 puntos en tiempos que se puntuaba de a 2. El partido más importante fue el 3-0 a River en la Bombonera porque el ganar por tanta diferencia a mí me demostraba que estábamos con posibilidad de ser campeones porque River tenía 8 jugadores internacionales. Le di más importancia a eso que al campeonato en sí”, comentó más tarde en una entrevista. 

Marzolini tuvo una segunda oportunidad de dirigir a Maradona en 1995, en su regreso del fútbol europeo, y ahora acompañado de Claudio Caniggia, pero se trataba de un año electoral en Boca, muy convulsionado, y terminó perdiendo el título ante el Vélez de Carlos Bianchi. La derrota clave había sido el 6-4 ante Racing (dirigido por Miguel Brindisi) en la Bombonera justo el día que Mauricio Macri le ganaba las elecciones a Antonio Alegre

En 1998 se hizo cargo de la dirección del departamento de juveniles de Banfield, que sacó jugadores como Darío Cvitanich, Jesús Dátolo, Gabriel Paletta, Mariano Barbosa o Daniel Bilos. Y en 2008 se retiró del fútbol.

Se dedicó también al periodismo y fue asesor de la Secretaría de Deportes de la Nación, y tiene una estatua en el Museo de la Pasión Xeneize, inaugurada en diciembre de 2015. 

En 2019, Marzolini sufrió un ACV y fue internado en el Instituto Fleni, en donde realizó una larga recuperación, agravada por una enfermedad terminal que padecía hace unos meses. 

El 4 de octubre de este año hubiese cumplido 80 años. Su nombre quedará siempre en la memoria como uno de los mejores defensores de la historia del fútbol argentino.

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