DEBATE

CONSEJO NACIONAL DEL PJ

Resignado, Alberto mastica el caramelo de madera que le preparó La Cámpora

Jorge Asis es quien instaló la frase "caramelo de madera" que se utiliza en la siguiente nota que intenta describir una realidad bien peronista: Alberto Presidente, (La) Cámpora al poder".

Alberto Fernández asumirá la presidencia del PJ nacional el domingo 21/03. 

Es decir, 10 días después de cumplirse 48 años del triunfo de la fórmula del Frente Justicialista de Liberación, el Frejuli: Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima. Era, por aquel entonces, la consagración de “Campora al gobierno, Perón al poder”. 

Ahora, la historia podrá re inscribir aquello bajo el lema: “Alberto presidente (del PJ), La Cámpora al poder”. Basta con observar la lista que él lidera para el Partido Justicialista, presentada días atrás.

Resulta evidente el avance de la agrupación ya no tan juvenil que lidera Máximo Kirchner, quien acaba de cumplir 44 años, onomástico celebrado en las redes sociales por el hashtag #maximocumple y no #cumplemaximo. Toda una señal. No de los tiempos que vienen sino de los que ya están transcurriendo en el oficialismo.  

El discurso de la unidad sólo le sirve a 4 o 5, el resto, si no se planifica o confronta, queda al margen”, afirma un dirigente con tránsito fluido en la política de Provincia de Buenos Aires, militante con más rutas recorridas en armados de listas que horas detrás de una oficina. 

La referencia es clara y está dirigida a quienes representarían al peronismo 'tradicional' en el Gran Buenos Aires. No alcanza con protestar sólo en el 'off de record' porque los resultados son contundentes. 

Unos dirán que la estructura partidaria no es relevante tal como en otros tiempos. Pero hay algo que sí es real: La Cámpora se ha dispuesto a ocupar y controlar todos los espacios posibles donde pueda haber un ápice de poder. 

Pero, además, con la conquista del Partido Justicialista se busca saldar una discusión presente hace varios años sobre la pertenencia o no del 'cristinismo' al peronismo. Y, desde esa plataforma, elaborar -o al menos intentarlo- organizar un nuevo esquema, aprovechando la epidemia de precariedad que impera en el PJ. Una vez más, Alberto Fernández aparece como el puente y no como el destino. 

La extensa lista que lidera Alberto para el nuevo Partido Justicialista pone en evidencia varios aspectos. Para comenzar, fue diseñada por La Cámpora y alguno de los dirigentes cercanos a Alberto Fernández. Nadie más. 

El ex gobernador de San Juan, hoy día diputado nacional, José Luis Gioja, quien preside por ahora el PJ nacional, fue condenado a integrar la lista de varios consejeros. 

El ascenso del gobernador bonaerense Axel Kicillof como vicepresidente del Consejo Nacional es, además, la demostración de la influencia de Cristina Fernández de Kirchner en el listado de un colectivo en el que ella nunca creyó y hasta enfrentó.

Ni en aquellos días de militancia en la agrupación estudiantil TNT (Tontos pero No Tanto), el ahora gobernador habrá imaginado integrar esta nómina partidaria. 

La representación de los intendentes del conurbano bonaerense queda diezmada. Ellos, que siempre alardearon de que la demografía los beneficia, han sido licuados.
 
De lucir 1 vicepresidencia (de la Juventud) en el período anterior, a cargo del intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, a obtener 4 consejeros y nada más. Uno será el propio Nardini, otro será para Gustavo Menéndez, intendente de Merlo e integrante de la conducción del PJ bonaerense. Ambos de la 1ra. Sección Electoral.

Por la 3ra. Sección Electoral, Fernando Espinoza, alcalde de La Matanza; y Mariano Cascallares, de Almirante Brown.

El mensaje parece quedar claro: hay lugar para los gobernadores pero no para los intendentes. Para ellos, la discusión será en cada uno de los partidos provinciales. Y allí predomina la intención de La Cámpora para quedarse con los sellos que más puedan. 

Ya lo consiguieron en Tierra del Fuego, Mendoza, Ciudad de Buenos Aires -donde Mariano Recalde reemplaza a Víctor Santa María- y ambicionan Provincia de Buenos Aires. 

Sin dudas, es el más trascendente y polémico de todos. Es el objetivo de Máximo Kirchner. La idea era que el mismo día asumieran Alberto Fernández en el PJ Nacional y el presidente del bloque de diputados nacionales del oficialismo en el PJ bonaerense. Por ahora, es difícil que suceda en esos tiempos. 

La diferencia principal consiste en que los mandatos del PJ nacional estaban vencidos, pero los de la provincia de Buenos Aires aún están vigentes hasta diciembre 2021. 

Sergio Massa, que integra el trípode del poder en el Frente de Todos, se mantuvo al margen. Era sabido. Él es líder del Frente Renovador.

Hace tiempo que Massa decidió ausentarse de las internas justicialistas y creó su propio espacio, el Frente Renovador. Haberse inmiscuido en esta puja peronista le hubiera quitado identidad, un activo que se esmera en preservar más allá de cuestiones puntuales. 

Colaboradores de Massa aseguran que él nada hubiera tenido para ganar en discutir lugares dentro del Partido Justicialista y sí mucho en mostrarse como el articulador de la agenda moderada del oficialismo. 

La presentación del proyecto para que paguen menos Impuesto a las Ganancias los asalariados que cobran hasta $ 150.000 tuvo buena aceptación en la opinión pública, según recientes sondeos. Esos números mejorarían si el proyecto agrega a los trabajadores autónomos, un sector que ha crecido mucho en los últimos años como consecuencia de la caída del empleo formal y la absorción de muchos de ellos en el Estado bajo formas de contratación que disimulan relación de dependencia.  

Tal como suele decir el escritor y periodista Jorge Asís, la presidencia del Consejo Nacional del PJ es un caramelo de madera que le dan al presidente Fernández. Es verdad. 

Ahora, ese caramelo permite mostrar, una vez más, que hay un proyecto político por detrás, decidido a controlar todo el partido de Juan Perón. Por ahora, no hay competencia en ese objetivo. Quizá, consecuencia de propias incapacidades.

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