En los últimos 50 años, la música popular ha experimentado una transformación significativa, reflejando los cambios en nuestra cultura y en la forma en que nos relacionamos con el arte. Un estudio publicado en Scientific Reports ha arrojado luz sobre esta evolución, revelando tendencias sorprendentes que nos invitan a reflexionar sobre el panorama musical actual y su impacto en la sociedad argentina.
DEL ROCK NACIONAL AL TRAP
La evolución de la música popular: Un espejo de nuestra sociedad
Un estudio publicado en Scientific Reports analiza más de 350.000 canciones, revelando cómo la música popular se ha vuelto más simple y repetitiva en los últimos 50 años.
El equipo liderado por Eva Zangerle de la Universidad de Innsbruck analizó más de 350.000 canciones lanzadas entre 1970 y 2020, descubriendo que las letras se han vuelto más simples y repetitivas. Este fenómeno no es ajeno a la escena musical argentina, donde podemos observar cambios similares en géneros que van desde el rock nacional hasta el trap y el reggaetón.
Comparemos, por ejemplo, la complejidad lírica de clásicos del rock argentino como "Ñam fri fruli fali fru" de Patricio Rey y sus redonditos de ricota o "Canción para mi muerte" de Sui Generis, con éxitos del 2020 como "Mamichula" de Trueno y Nicki Nicole. La diferencia en la estructura y la profundidad de las letras es evidente, reflejando esta tendencia global hacia la simplicidad y la repetición.
Sin embargo, sería un error interpretar esta simplificación como una pérdida de calidad o relevancia cultural. Como señala la musicóloga Susan Miller, "la simplicidad en la música puede ser increíblemente poderosa". En Argentina, artistas como Wos han demostrado que es posible combinar letras relativamente simples con un mensaje potente y una conexión profunda con la audiencia.
Tendencias en la música
De igual modo, el estudio puso de manifiesto un incremento en la exhibición de emociones negativas y una mayor frecuencia en el uso de pronombres personales como "yo" y "me". Esta inclinación hacia una personalización más marcada y una expresión emocional negativa se refleja claramente en la popularidad creciente de géneros como el pop argentino. En este contexto, artistas como Tini Stoessel no titubean en mostrar su vulnerabilidad y abordar cuestiones como la depresión y la ansiedad.
Para ser más precisos, y de acuerdo con las declaraciones de Mark Jones, psicólogo especializado en música: “Las canciones con estribillos repetitivos y estructuras simples tienden a ser más pegajosas y memorables”.
Un punto donde cobra relevancia que la evolución de la música popular argentina también ha sido influenciada por cambios en los hábitos de consumo. Con el auge de plataformas de streaming como Spotify y YouTube, los oyentes argentinos tienen acceso a una variedad sin precedentes de música nacional e internacional. Esta abundancia de opciones ha llevado a los artistas a crear canciones más pegadizas y fáciles de procesar para captar la atención del público en un mercado altamente competitivo.
El etnomusicólogo Kaleb Goldschmitt considera que, aunque las letras están tendiendo a simplificarse, otros elementos de la música, como la textura y el ritmo, parecen volverse más complicados. Esta observación se puede aplicar a la escena musical argentina, donde compositores como Bizarrap han revolucionado la producción musical, creando beats complejos e innovadores que compensan la relativa simplicidad de las letras.
Es importante recordar que la simplicidad no es sinónimo de falta de profundidad. Muchas canciones argentinas contemporáneas, a pesar de su aparente simplicidad, logran capturar la esencia de la experiencia juvenil en el país, abordando temas como la desigualdad social, la política y la identidad cultural de manera accesible y resonante.
En conclusión, el avance de la música popular en Argentina, al igual que en el resto del mundo, refleja los cambios en nuestra sociedad y en la forma en que nos relacionamos con el arte. Lejos de ser una degradación, esta transformación representa una adaptación a nuevas realidades culturales y tecnológicas. La música argentina sigue siendo un poderoso vehículo de expresión y conexión, evolucionando junto con su audiencia y manteniendo su capacidad de emocionar, inspirar y reflejar la identidad nacional en toda su diversidad.
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