CLAVES

El Cristinismo amenaza reestatizar YPF

Hay un dato insoslayable: el Cristinismo no quiere hacerse cargo de que Néstor y Cristina han provocado una fenomenal crisis energética, que siempre han negado los periodistas a sueldo del Frente para la Victoria, que utiliza para ello el presupuesto de la propaganda estatal. Por lo tanto, hay que encontrar culpables, además de que al discurso chauvinista del FpV le agradan esas cruzadas que terminan en desastres como Aerolíneas Argentinas (aquelarre que La Cámpora y Máximo Kirchner pretenden ocultar cuando es una vergüenza que amerita alguna investigación penal en el futuro). Así como Hugo Chávez destruyó Pdvsa, al FpV no le basta con la estafa a la confianza pública que significa Enarsa sino que van por más...

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). 4 ejes en el discurso del Frente para la Victoria:
 
1. Malvinas como supuesta causa nacional (una forma de eludir el debate sobre federalismo con las provincias que sí integran hoy día el territorio argentino administrado por el Ejecutivo Ncional).
 
2. Choque con sectores sindicales (una forma de eludir el debae sobre la inflación ya que en vez de abordar el sobregasto público se pretende responsabilizar por la espiral de los precios al deslizamiento salarial que Néstor y Cristina toleraron/promovieron durante 8 años de intensa relación con Hugo Moyano, hoy un enemigo).
 
3. Modernización de las instituciones (una forma de ocultar un proyecto de reforma constitucional que solo ambiciona conseguir la posibilidad de la re-reelección para Cristina Fernández, alcanzando lo que no pudo Carlos Menem en los años '90).
 
4. Capitalismo de Estado (una forma de eludir el fracaso en atraer inversión directa privada genuina y de satisfacer la gula de Máximo Kirchner por todo lo que resulte de alguna liquidez).
 
En este capítulo, la embestida contra la petrolera de capital mixto YPF comenzó hace varias semanas y el matutino Página/12, que solventa el Estado vía recursos gubernamentales, le dedica al tema varias notas, demostración elocuente de que el Frente para la Victoria pretende instalar el tema, tal como lo hizo en su momento con Aerolíneas Argentinas/Austral Líneas Aéreas, que hoy día pierde más dinero que cuando era privada y los Kirchner boicoteaban a los accionistas vía los sindicalistas que hoy día ya no son aliados.
 
Pero ¿se está hablando de las acciones de los empresarios argentinos privados o también de las acciones de Repsol? Todo un tema para un Estado que, a la fecha, todavía no pagó las acciones que administra de Aerolíneas Argentinas, entre muchas otras deudas financieras que Cristina Fernández parece estar dejando a sus sucesores).
 
En el caso de YPF, ocurre cuando ya no se puede ocultar el fracaso de la política energética de Néstor Kirchner, que siguió durante 4 años Cristina Fernández:
 
Pero de eso no se habla en el ladriprogresismo. Página/12 afirma: "A las conductas abusivas y la estructura monopólica del mercado se suma el problema de una producción declinante. Detrás de la denuncia a las petroleras y el cambio de estrategia del Gobierno, surge el debate en torno de la reestatización de YPF."
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Algunos fragmentos de Página/12:
 
 
"(...) Frente a este panorama existen fuertes rumores entre funcionarios de primera línea acerca de la creación de una empresa estatal de energía sobre la base de Enarsa y la recompra de YPF. A esta nueva empresa se sumaría también una minera estatal. Como las propietarias del subsuelo son las provincias y no el Estado nacional, los subestados serían accionistas de las nuevas empresas.
 
Frente al fracaso de hecho del modelo mixto para aumentar la provisión energética a costos competitivos, las nuevas firmas serían la base para recuperar una estrategia de desarrollo en sectores clave de la economía. La idea se apoya en no desaprovechar un contexto sumamente favorable para el cambio de estrategia. No son pocos los factores objetivos que jugarían a favor: precios altos y crecientes de hidrocarburos y minerales, la posibilidad de avanzar en una estrategia latinoamericana y el sentido común de no seguir regalando el negocio a un puñado de multinacionales sin compromiso con el desarrollo local. Minería y energía serán fundamentales en las próximas décadas y, tras el desengaño, parece haber madurado una nueva conciencia de que no se trata de la producción de meras commodities, sino de recursos estratégicos para el desarrollo."
 
 
> Raúl Dellatorre (intentando culpar a los gobernadores de provincias petroleras por decisiones que, en verdad, tomó Máximo Kirchner en base a un informe del fallecido Iván Heyn, y problemas personales con los accionistas de YPF que eligió su padre Néstor):
 
"La demanda contra cinco petroleras por abuso de posición dominante y cartelización de precios en la venta de gasoil entrará esta semana en etapa de definiciones. Las refinadoras deberían retrotraer el diferencial de precios que aplican en contra de las firmas transportistas, cumpliendo una resolución cautelar de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, a menos que logren que la Cámara de Apelaciones dicte un amparo a su favor en forma inmediata. Quienes estudiaron la denuncia, sostienen que difícilmente un juez podría obviar “las contundentes evidencias” del carácter arbitrario con el que se determinó un precio mayorista (ventas a granel) superior al minorista (en surtidor). 
 
(...) En el entorno del Gobierno ya se plantea con fuerza que las políticas correctivas a las conductas monopólicas en el sector petrolero tienen límites muy estrechos. Legisladores, especialistas y también funcionarios de primera línea participan de un debate que ya incorpora, como alternativa explícita, la recuperación de una petrolera estatal y, más concretamente, la renacionalización de YPF. El planteo llegó al seno de la última reunión de gobernadores, pero tampoco habría sido ajeno a los argumentos en base a los que se formuló la denuncia contra las petroleras por sobreprecios en la venta de gasoil.
 
(...) Ello no sólo afectó a los recursos de las provincias, sino que además dejó al país más dependiente de la importación de hidrocarburos (para refinar) y combustibles para abastecer una creciente demanda interna. Este, en realidad, fue el punto inicial de preocupación del gobierno nacional que movilizó la convocatoria a las provincias para resucitar la Ofephi, la organización federal de provincias productoras de hidrocarburos, que mientras tuvo a Mario Das Neves (ex gobernador de Chubut) de presidente, prácticamente se mantuvo inactiva.
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En cuanto al comportamiento de cada una de las empresas petroleras, aparecen algunos datos que pueden apurar las conclusiones. 
 
Según el estudio sobre el que trabajó la Ofephi, en los últimos cinco años (2006 a 2011), YPF perdió producción por más de un millón de metros cúbicos (pasó de 13,7 a 12,4 millones, con cifras provisorias para el último año). La producción de la ex petrolera estatal sólo creció en ese período en la provincia de Mendoza, pero cayó fuertemente en Santa Cruz y Neuquén. 
 
En opinión de los mandatarios patagónicos, los resultados denotan la falta de interés inversor de la compañía y el descuido en aspectos vinculados a las condiciones de explotación, que sería en parte responsable del creciente estado de conflicto con los trabajadores en esas regiones.
 
La declaración que emitió la Ofephi tras el encuentro es contundente al señalar la responsabilidad de las empresas petroleras en la falta de inversión, aunque es más contemplativa en su propuesta al convocar a un pacto federal que comprometa el esfuerzo para mejorar las condiciones de abastecimiento de combustibles. (...)
 
La “condición estructural” del mercado, un esquema oligopólico con una empresa dominante, aparece acompañada por “una conducta empresaria abusiva”, que daña la justa distribución de recursos. Pero, además, tiene como resultado la retracción de la oferta de un insumo imprescindible para el modelo económico y el interés general. La aplicación de “correctivos” a la conducta empresaria –como lo eran las advertencias y sanciones a Shell, en su momento–, en este caso parece insuficiente. La respuesta vendría esta vez por un cambio en “las condiciones estructurales”, mediante la reaparición de la empresa estatal en la escena. De esto ya se conversa en diferentes ámbitos próximos y al interior del Gobierno, aunque nadie pueda adelantar el capítulo final de la historia."
 
 
 
"(...) Este debate contiene tres dimensiones. La primera es global, ya que en un mundo donde la crisis financiera de los países centrales afecta al crédito, la producción, al comercio y al consumo de las sociedades, es preciso establecer parámetros sólidos que sustenten el modelo de desarrollo industrial con justicia social que la Argentina instrumenta con éxito desde 2003.
 
La segunda es de política económica, puesto que se trata de diseñar un esquema donde el funcionamiento de pocas grandes empresas capitalistas extranjeras no amenace los logros conseguidos y el camino a recorrer, con consideración particular para un sector estratégico como el petróleo, que no puede estar librado a la maximización del lucro a corto plazo que puedan sostener algunos actores, bajo la forma de subproducción o subas de precio. En efecto, según datos de la Secretaría de Energía, existió una disminución de la producción de petróleo y gas entre 2009 y 2011: de 33,1 a 32,8 y luego 30,3 millones de metros cúbicos en petróleo; de 44,5 a 43,3 y 42,1 millones de metros cúbicos para el gas. El Ministerio de Economía, por su parte, señaló que la refinación de petróleo cayó en un 5 por ciento en el tercer trimestre de 2011 respecto del mismo trimestre de 2010.
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La tercera dimensión es de orden político. Habida cuenta de la actual situación, ¿qué formas deberá adoptar la regulación pública en materia de petróleo? Existe una variada gama de posibilidades, que van desde los textos legales, negociaciones y acuerdos, hasta la posibilidad de desarrollar nuevos actores en el sector, sean mixtos o públicos, que puedan garantizar el interés nacional en un ámbito clave para el desarrollo económico. La forma que se adopte será parte de la discusión y de las decisiones a tomar, pero queda ya claro que “es necesario reinvertir en el país. Debe producirse más a costo argentino”, como lo definió la Presidenta."
 
 
 
"La cuestión del petróleo y la renacionalización de YPF es un gran debate que la Argentina tiene pendiente y que debería darse. Para este momento, en el que surge la denuncia sobre cartelización de precios en la venta del gasoil a las empresas transportistas, si tuviéramos una compañía estatal trabajando en el sector podría haber actuado como referencia de precios y permitiría contar con elementos adicionales para evitar o castigar los abusos. Argentina está dando una enorme ventaja al no tener una compañía estatal en el sector petrolero, como sí la tienen Brasil, Uruguay o México. Es parte de las discusiones de fondo, sobre cuestiones estratégicas, que el país aún se debe. Temas como los hidrocarburos, los minerales, los recursos naturales en general, merecen una discusión amplia en la que se contemplen los diferentes aspectos en juego. Por supuesto, todo lo que está vinculado con la preservación del medio ambiente, pero además su explotación y utilización en beneficio de toda la población y no para que le saquen provecho apenas un grupo de empresas que son las dueñas del negocio. La renacionalización de una empresa petrolera y el replanteo sobre el uso del subsuelo es parte de esta discusión pendiente y necesaria."
 
Entre tanta tontería ladriprogresista, es para destacar una nota que aborda la cuestión energética con cierta profundidad.
 
 
"El manejo de los números es una inclinación manifiesta en Cristina Kirchner. Podría sospecharse, además, que es un modo de hacer alarde de conocimientos, aunque naturalmente otros se los acerquen. Pasó en su reasunción, cuando en medio de fuertes críticas a las petroleras soltó que el año pasado las importaciones de gas y combustibles habían llegado a US$ 9.396 millones –9.397 millones, para ser exactos–, con un aumento del 110 %. Y desparramó datos, con la visible intención de colocar el problema en el campo de las compañías.
 
Así uno dé por cierto que las petroleras no invierten, manipulan los precios y se llevan la plata, sin proponérselo la Presidenta desnudó la magnitud de la crisis energética . Porque 2011 no fue una rareza en las importaciones energéticas, sino la profundización de un proceso que tuvo como protagonistas centrales a las gestiones kirchneristas.
 
Sin ir más lejos, en 2010 la cuenta había crecido un 69%. Y si se prefiere el pasado reciente: un impresionante 9.300% desde 2003 . Todo ocurrió delante de los ojos de Néstor Kirchner, primero, y de Cristina, después.
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Quizás no haya lugar donde la afición por los números sea tan grande como en el INDEC. Y ya que estamos en eso, el organismo revela que en 2003 las compras al exterior apenas llegaban a US$ 1.000 millones. También permite comprobar que la Argentina perdió definitivamente el superávit en el balance comercial energético. Que pasó sin escalas del autoabastecimiento a la dependencia .
 
Ahora vienen de afuera gas natural y licuado, gasoil, fuel y hasta electricidad. Todo caro, y en cantidades imprescindibles para tapar los agujeros de una estructura obviamente cada vez más frágil.
 
Escapándole al desbarajuste, el ministro De Vido acostumbra alegar que tanta importación es consecuencia del poderoso crecimiento de la economía. Con un argumento así, sólo cabe esperar una montaña de dólares aún mayor a la actual.
 
La realidad está en otro lado: en el deterioro de las dos piezas centrales de la matriz energética nacional . Desde 1998, la producción de petróleo viene en caída libre y la de gas retrocede sin pausa a partir de 2004. Y por falta de inversiones también se comprimieron las reservas, augurio de un horizonte tirando a color oscuro.
 
Semejante fenómeno tuvo lugar en un gobierno que levanta la bandera de la intervención y los controles del Estado en la economía. Si no medió otra cosa, es por lo menos llamativo. Tanto, como que de repente le haya declarado la guerra a una petrolera hasta hace poco amiga del poder: Repsol–YPF.
 
Las políticas o su ausencia suelen ser medidas por los resultados. Y sería novedoso que alguien considerase una política a las costosísimas importaciones energéticas. Encima, cuando escasean los dólares."