El Gobierno Nacional convocó a un acto masivo en la Plaza de Mayo con la excusa de la conmemoración del Día de los Derechos Humanos, aunque se trata, más que nada, de una celebración de los 2 años del Frente de Todos en el poder. A diferencia de aquella movilización de la CGT y los movimientos sociales en respaldo a Alberto Fernández tras la derrota electoral, esta vez Máximo Kirchner y La Cámpora llamaron a "reventar en serio la plaza" el próximo viernes 10/12.
RAÚL TIMERMAN
"En la plaza puede darse una situación desagradable"
El analista político evaluó la convocatoria del kirchnerismo y la consideró una "contra plaza" a la del 17/11.
Es que esta vez el Presidente no será el único orador. También tomarán la palabra la vicepresidente Cristina Kirchner y, como invitado especial, el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.
Las palabras del hijo de la Vice y jefe de la bancada oficialista en diputados sonaron como un desafío a aquella movilización del 17/11, en lo que parece un capítulo más de la interminable saga de internas entre el sector que responde al Presidente y el de CFK. Incluso, entre ellos mismos.
Para el analista político y consultor Raúl Timerman hay poner atención a la plaza del 10/12 "y observar qué es lo que dice cada uno y qué es lo que dice la plaza".
"Ahora va hablar Alberto y va a hablar Cristina y se puede dar una situación desagradable", anticipó al sostener que "cuando hable Alberto puede que no tenga el mismo eco que Cristina", en referencia a las reacciones con cánticos y aplausos por parte de una platea más cercana a la Vice.
Para Timerman, el acto del 10/12 tiene una reminiscencia a los festejos multitudinarios por el Bicentenario de la patria en 2010. "Quieren ir en esa dirección, una cosa de festejo en la que sea Cristina a la que se ovaciona", dijo.
Se preguntó, en tanto, qué posición adoptarán la CGT y los movimientos sociales, que fueron los organizadores de la plaza "albertista". "Hay que ver si van con el mismo ímpetu que la vez pasada. Esta es la contraplaza", dijo.
Timerman, por otro lado, advirtió además que "cualquier enfrentamiento interno atenta directamente en la negociación" con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En este sentido, el consultor apuntó a las divergencias que hay en el oficialismo en relación a eventual un acuerdo con el organismo internacional por la deuda de US$44 mil millones.
"Si se llega un principio de acuerdo y va al parlamento, ¿cómo hacen los parlamentarios oficialistas para no votarlo? Es el fin del gobierno", pronosticó en ese caso. Sin embargo, estimó que tanto el oficialismo como la oposición acompañarán el acuerdo en el Congreso. "La oposición quiere gobernar en 2023, no quiere llegar con un país en default. No los veo en condiciones de liderar un proceso de esas características", dijo.