La tragedia aérea del Chapecoense, ocurrida en 28 de noviembre de 2016 sigue sin tener culpables, y a casi un año del siniestro se están conociendo novedades sobre quienes podrían ser los verdaderos dueños de la aerolínea LAMIA, involucrada en el terrible accidente en el que perdieron la vida 71 personas del club de fútbol Chapecoense.
NUEVAS INVESTIGACIONES A LAMIA
La tragedia del Chapecoense y los 71 muertos que nadie pagó
El fatídico accidente aéreo en el que 71 personas del club de fútbol brasilero Chapecoense perdieron la vida sigue sin resolverse, y es que a pocos días de cumplirse un año del siniestro, todavía no hay detenidos. Marco Rocha, un piloto boliviano que está acusado de varios delitos relacionados con el siniestro sigue prófugo. Desastre en medios de transporte, homicidio culposo y lesiones gravísimas son algunos de ellos. Ahora, se conoció una nueva información, que relaciona a un empresario venezolano y su hija, con ser los presuntos dueños reales de la aerolínea LAMIA, que tenía un solo avión operativo y que después del accidente, la empresa desapareció.
26 de noviembre de 2017 - 19:55
Quienes se conocían como los dueños legales de la aerolínea LAMIA, según consta en los documentos de fundación, eran dos pilotos bolivianos: Miguel Quiroga, quien murió en el accidente, y Marcos Rocha, quien está prófugo de la justicia. A éste último, se le vinculan delitos en cuanto al siniestro aéreo.
Sin embargo, la fiscalía brasileña, quien lleva una investigación del caso Chapecoense, asegura que los pilotos bolivianos podrían no ser los propietarios reales, o los únicos propietarios de la aerolínea LAMIA. La afirmación se basa en intercambios de emails, que vinculan a un empresario venezolano y su hija de ser los posibles dueños.
El empresario venezolano Ricardo Albacete, es el nombre que aparece en la investigación, en el que se le vincula con ser dueño de la aerolínea, sin embargo, Albacete asegura que él sólo fue arrendatario de los aviones a la empresa. La investigación también asegura que Albacete era el inversor mayoritario de LAMIA, no obstante, hasta ahora, la justicia no citó el empresario, ni a su hija.
Por supuesto Albacete lo niega rotundamente, y en una entrevista que le concedió a CNN en español dijo: “lo cierto es que yo no soy ni he sido accionista de LAMIA, y que la gente que está diciendo eso lo dice porque está engañada”. Del mismo modo, y en referencia a los pagos millonarios y transferencias por parte de la empresa LAMIA directamente a las cuentas bancarias de él y de su hija, también respondió al periodista: “usted puede preguntar lo que le dé la gana, pero yo le estoy respondiendo lo que es, si llegó ese dinero a las cuentas, pero así como llegó se sacó para pagar lo que había que pagar, el problema es que estos señores (los pilotos bolivianos) no tenían cuenta en el exterior”, declaró.
La “pista” venezolana
Los primeros rastros de Lamia se remontan a 2009, cuando el empresario español-venezolano Ricardo Alberto Albacete Vidal fundó la aerolínea con el auspicio del gobernador chavista de Mérida, Marcos Díaz Orellana. Según el portal Panampost.com, un año después, el funcionario cifraba el tamaño del emprendimiento en 170 millones de dólares, entre costos operativos y la compra de aviones, y señalaba que contaría con 12 unidades cuya adquisición era posible gracias a un convenio con la República de China.
En los años siguientes, la empresa pasó por las manos de otros dos gobernadores chavistas, que mantuvieron la presentación “nacional y popular” del emprendimiento: “LAMIA es nuestra línea margariteña, neoespartana; al fin Margarita tendrá una empresa aérea propia y desde aquí vamos a ir a diferentes partes de Venezuela y del exterior, ya que cubrirá rutas nacionales e internacionales”(Infobae, 30/11), declaró en una oportunidad Carlos Mata Figueroa, el mandatario del estado donde reside la isla de Margarita.
Pese a los grandes anuncios, para 2014 un dirigente de la oposición denunciaba que, luego de un lustro de fundada la compañía, no se conocía vuelo alguno de las supuestas doce unidades, ni se sabía del destino de los fondos requeridos para el emprendimiento. A su turno, el aeropuerto Alberto Carnevali en Mérida, desde donde Lamia “programaba” sus vuelos, tenía años sin funcionar, y era sindicado como un aeroclub para burócratas y funcionarios del gobierno.
Un accidente previsible:
El año pasado, los tres aviones de los que había logrado hacerse Albacete se fueron a Bolivia, donde obtuvieron permiso para realizar vuelos nacionales e internacionales.
Luego del accidente, Gustavo Vargas, el gerente de Lamia Bolivia, mostró su afán por distanciarse del turbio derrotero venezolano de la firma (“La compañía Aérea Lamia es ciento por ciento boliviana”, según el portal costarricense Prensa Libre, 29/11), pero reconoció que le alquilaban a Albacete los aviones –una típica maniobra de encubrimiento de la propiedad.
Albacete no perdió la oportunidad para dar su versión del accidente, culpando a “un rayo” por el siniestro, a pesar de todas las pruebas en contrario. En la misma entrevista, admitió que el capital inicial para crear Lamia se lo cedió Sam Pa, un capitalista chino famoso por sus actividades criminales, que hoy está preso.
Tragedia:
El club de fútbol brasileño Chapecoense y familiares de los 71 fallecidos hace un año al caer el avión de la empresa LaMia donde viajaban a Colombia demandarán en enero próximo al Estado boliviano por haber autorizado el vuelo "a pesar de irregularidades", informó el abogado Josmeyr Oliveira.
Oliveira, uno de los representantes legales la Asociación de Familiares del Vuelo del Chapecoense (Afav-c), señaló al diario boliviano "El Deber" que la demanda "tomará en cuenta los resultados" de la investigación de la Fiscalía del estado brasileño de Santa Catarina, "que identificó a los verdaderos propietarios de la aeronave siniestrada".
El 28 de noviembre de 2016 un avión "Avro RJ85" de la empresa boliviana LaMia se estrelló en Colombia cuando transportaba al equipo, periodistas y asistentes del Chapecoense a Medellín para disputar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional. Según la investigación fiscal, LaMia disponía de tres aviones, pero sólo uno estaba en condiciones de volar.