El cromo (VI) es el compuesto químico cancerígeno presentado en el popular filme de 2000 " Erin Brockovich", protagonizado por Julia Roberts como la activista que daba el nombre a la película. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) nunca ha definido límites específicos para el cromo (VI) en el agua para beber.
CONTAMINACIÓN
Llamen a Erin Brockovich: Otra vez el maldito cromo cancerígeno
16 años después de que Julia Roberts protagonizara la película “Erin Brockovich”, que denuncia la relación entre el cáncer y el cromo hexavalente presente en el agua, ahora este elemento químico amenaza a más de 200 millones de estadounidenses, según un informe difundido por el Grupo de Trabajo Medioambiental (EWG).
Hay incertidumbre entre los científicos respecto a los niveles seguros de este químico en el agua potable y los posibles efectos a largo plazo de su ingestión. Pero el nuevo análisis realizado por el Environmental Working Group, una organización independiente, examina evidencia de sistemas acuíferos en todo el país y concluye que el agua potable de 218 millones de estadounidenses contiene niveles de cromo (VI) que el grupo considera peligrosos.
“Ya sea cromo (VI), PFOA (perflurooctanoato, utilizado en sartenes de teflón) o plomo, el público se está asomando al fondo de una severa crisis del agua que sea ha construido durante décadas”, dijo Brockovich en un comunicado, responsabilizando de ella “a la corrupción, la complacencia y la absoluta incompetencia”.
7 millones de personas reciben agua potable con niveles de cromo (VI) que son más altos que el límite legal establecido en California -10 ppb-, la única entidad que ha impuesto un nivel máximo del contaminante.
Estas cifras pueden ser confusas, pero el punto importante es que el cromo (VI) es uno de muchos químicos en nuestro entorno, dijo Bill Walker, co-autor del reporte y jefe de redacción del Environmental Working Group.
El grupo recibe fondos de la Fundación Turner, que es encabezada por el fundador de CNN, Ted Turner, quien ya no está relacionado con el medio informativo ni con ninguna entidad de Turner.
“Los estadounidenses están expuestos a decenas, si no cientos, de otros químicos cancerígenos todos los días en el agua que beben, así como en sus productos de consumo y sus alimentos”, dijo Walker. “Y lo que la mejor ciencia de la última década nos dice es que estos químicos combinados entre ellos pueden ser más peligrosos que la exposición a uno solo de ellos”.
Erin Brockovich
El diario británico The Guardian descubrió que 33 ciudades estadounidenses ubicadas al este del río Mississippi (la parte del país con una infraestructura más obsoleta) han estado utilizando una metodología para analizar el agua que, según la Agencia de Protección Ambiental de USA, restaba importancia a la cantidad de plomo existente.
En 2 Estados, los departamentos de Recursos Hídricos aconsejaron que estos análisis se hicieran tan pronto como fuera posible en la fase de prueba, con el objetivo de repetirlos si los niveles de mercurio de la primera muestra eran demasiado altos.
Los informes sobre la calidad del agua realizados a nivel local a menudo fueron modificados porque alguien prefirió esconder la realidad. Los responsables del suministro de agua temían perder sus trabajos si mostraban la realidad. En algunos casos, se dejaron llevar por la codicia y la incompetencia. En otros, los errores se produjeron porque trabajaban para organismos con demasiada carga de trabajo y poco personal.
Todo obliga a recordar aquella crisis del agua en el pueblo de Flint, en Michigan, cuando se descubrió el engaño a que se sometía a la población.
En Nueva Jersey se descubrió que las fuentes de agua de las escuelas tenían peligrosos niveles de mercurio.
Y después se conocieron los más de 33.000 lugares del "superfondo" de la Agencia de Protección Ambiental, áreas tan contaminadas que durarán años las operaciones para cambiar la infraestructura y mejorar el agua.
Erin Brockovich en persona escribió:
"(...) Parte del problema es la metodología caduca y la mentalidad de los reguladores de la mayor potencia económica y militar del mundo. La Agencia de Protección Ambiental necesita 10, 15 e incluso 20 años para estudiar la peligrosidad de determinados químicos y fijar el llamado "límite máximo de contención", es decir, la cantidad máxima que es segura para un humano.
Cuando descubrí que el cromo hexavalente estaba causando cáncer en Hinkley, California, los residentes fueron indemnizados con 300 millones de euros. Por increíble que parezca, ese químico sigue presente en el agua que bebemos.
La sociedad está harta de esta forma de proceder. Esta campaña presidencial es una buena muestra de ello. Muchos estadounidenses quieren cambiar el gobierno y no quieren más secretismo ni errores. El estado actual de las cosas les causa una gran frustración, se están movilizando a través de las redes sociales y quieren propiciar un cambio.
La situación solo mejora cuando los ciudadanos, todos nosotros, se dirigen a las autoridades y les dicen: "tendréis que rendir cuentas". Deberíamos ir más a menudo a las reuniones del ayuntamiento y propiciar el activismo y las reivindicaciones en nuestras comunidades.
No deberíamos poner en peligro la salud de las generaciones futuras solo porque los organismos no tienen suficiente dinero y están buscando atajos para no abordar el problema de raíz y ahorrarse dinero. Tenemos que aceptar el hecho de que Superman no vendrá a salvarnos; tendremos que protegernos nosotros mismos.
Es una gran ironía que el agua, fuente de vida, ahora es causa de muertes. No debería ser así. Solo podremos parar esta sarta de mentidas si nos movilizamos y somos proactivos. En Hinkley vi cómo los vecinos lucharon contra los poderosos responsables de una planta de suministro de agua y ganaron. Lo podemos volver a hacer. Está en juego tu salud, la salud de tu familia y tu derecho fundamental a tener agua potable. No podemos permitir que la historia se repita. Tenemos que propiciar un cambio y ahora es el momento de hacerlo."
75%
“Los estadounidenses se merecen saber si existen niveles potencialmente perjudiciales de este químico causante de cáncer en el agua del grifo”, aseguró David Andrews, coautor del informe y científico de EWG (siglas en inglés de Environmental Working Group o Grupo de Trabajo Medioambiental.
“Y hemos encontrando que el grado de la contaminación es alarmante”, agregó.
Los resultados del estudio están basados en más de 60.000 muestras de agua recogidas en ciudades de todo el país y analizadas por la Agencia de Protección Medioambiental entre 2013 y 2015.
En más del 75 % de las muestras se detectó la presencia de cromo hexavalente (cromo +6), lo que supone un riesgo para unos 218 millones de estadounidenses, dos tercios de la población del país.
“Los datos son alarmantes, mostrando que este químico no regulado está en el agua de la mayoría de americanos a niveles que los científicos dicen que podría ser perjudicial. Pero el cromo hexavalente es solo uno de los muchos químicos en el agua que no están regulados”, declaró Bill Walker de la EWG.
Walker explicó que esto “se debe a que el proceso de regulación de EPA no está alineado con el avance científico, pero también se debe a la influencia perniciosa de la industria química”.
El informe llega más de 20 años después de que Brockovich protagonizara una feroz batalla legal (más tarde llevada al cine) para defender las vidas y la salud de los residentes de la localidad californiana de Hickley quienes, tras beber agua contaminada, desarrollaron diversas patologías, incluyendo cáncer.
A pesar de estos hallazgos y de la repercusión internacional de la película “Erin Brockovich”, las autoridades federales no han regulado la presencia de cromo hexavalente en el agua.
Solo California ha impuesto límites legales que afectan únicamente al agua del grifo, pero dichos niveles son demasiado elevados para proteger la salud pública.
“Es inexcusable que el Gobierno haya hecho tan poco para protegernos de este químico que se ha demostrado que causa cáncer incluso en cantidades increíblemente pequeñas”, lamentó el activista medioambiental.
Según las estimaciones de EWG, unas 12,000 personas podrían morir de cáncer antes de que acabe este siglo, si no se regulan y disminuyen los niveles de cromo hexavalente en el agua potable.
De todas las áreas metropolitanas, el estudio reveló que Phoenix (Arizona) posee los niveles más elevados de cromo hexavalente, seguida por el condado de Saint Louis, Houston, Los Ángeles y el condado neoyorquino de Suffolk.
A nivel estatal, Arizona, Oklahoma y California lideran la lista de regiones más perjudicadas.
En México
Pero el desastre no es monopolio de USA. A 2 años de que la empresa Química Central de México (QCM) fuera clausurada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), los desechos tóxicos siguen al aire libre.
La montaña conformada por más de 300.000 toneladas de cromo hexavalente está abandonada en el patio de la planta, en el ecobulevar León-San Francisco del Rincón.
En octubre de 2014 la Profepa impuso la clausura temporal de la QCM, luego de hacer una serie de visitas de inspección en las que detectó graves irregularidades en el manejo y almacenamiento de las 300.000 toneladas de residuos peligrosos de cromo hexavalente.
En septiembre del 2015 la misma dependencia clausuró totalmente las instalaciones y ordenó el retiro total de los residuos peligrosos en un plazo máximo de seis meses, lo que no ocurrió.
La Procuraduría Federal ordenó que además de los residuos peligrosos que deberá retirar y disponer adecuadamente, también deberá remediar el sitio contaminado que ha dejado después de desmantelar sus instalaciones, que no volverán a operar.
Habitantes de la zona están cansados de pedir que desaparezcan por completo los elementos contaminantes, y la falta de respuesta les hace creer que no serán retirados.
“No creo que lo quiten, de tanto tiempo que hemos vivido así ya no queda de otra que acostumbrarnos, tiene mucho tiempo y no creemos que vayan a retirar la montaña porque eso implica mucho dinero, ya no están trabajando pero los contaminantes siguen ahí al aire libre”, comentó Ignacio, vecino del lugar desde 1971.
Lo último que se supo del caso fue que en marzo 2016 venció el plazo de 6 meses que la Profepa dio a la empresa para que confinara las 300.000 toneladas de residuos peligrosos.
Al no cumplir con la disposición, se inició un procedimiento penal contra los propietarios de Química Central para obligarlos a que emprendan medidas de remediación.
El delegado de la Profepa en Guanajuato, José Isaac González Calderón, aseguró que no hay noticia nueva sobre el caso que se atiende en las oficinas centrales de la Procuraduría.
“No hay ninguna novedad, el tema sigue en litigio y está atendido por la Subprocuraduría Jurídica en las oficinas centrales de Profepa en la Ciudad de México”, dijo.
Am constató que en las instalaciones de la empresa todavía está la montaña de desechos tóxicos, pero ya no hay trabajadores, las máquinas tampoco está en uso y la estructura se deteriora cada vez más.
Química Central de México se dedicó a lo largo de casi 50 años al desarrollo, fabricación y comercialización de productos químicos derivados del cromo, especializados para la curtiduría.
Los vecinos coinciden en que aunque la empresa no está operando, como no ha acatado la orden de retirar y confinar el cúmulo de cromo hexavalente, representa un riesgo ambiental.
“Quisiéramos que los quitaran, eso es pura contaminación y cuando hace aire se vuela todo, yo tengo 10 años viviendo aquí y siempre ha estado, sólo supimos que clausuraron”, dijo María Muñoz.
Lorena Chávez, habitante de la zona durante 32 años, se sumó a la exigencia para que retiren los residuos.
“Exigimos que los quiten, los niños se siguen enfermando y los viejitos también, con la lluvia de repente se vienen los olores y otra vez a soportar lo de hace años desde que vivimos aquí”, mencionó.