VERSIONES SOBRE CHAÍN VS. PICCARDO

Macri tendrá que definir el proyecto Subtes

El fragmento de Noticias Urbanas es terrible: “ (...) Las diferencias entre Chaín y Piccardo vienen de larga data. A principios del año pasado, por estas diferencias, Macri resolvió quitar a SBASE de la órbita de Chain, y le dio rienda suelta a Piccardo para las negociaciones con los chinos. Chaín no ocultó nunca su desacuerdo con esta política de cerrar toda una gran obra con un solo proveedor, repetía en toda reunión que iba a ser más caro además de ganarse la molestia de empresas que podrían participar de las licitaciones parciales y también de no contar con el apoyo de los trabajadores de subtes a este modalidad de pago por obra integral. Chaín le hizo la vida imposible a Piccardo para que no pueda cerrar el acuerdo”, reconoció una voz del macrismo. (...)".

 

Hasta donde se sabe, Juan Pablo Piccardo tiene un proyecto para Subterráneos de Buenos Aires. Pero las versiones de que otro funcionario del gabinete de Mauricio Macri, Daniel Chaín, también tiene su proyecto obliga a preguntarse cuál es la idea, en definitiva, para un medio de transporte público tan importante para la Ciudad.
 
 
En marzo del año pasado el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, resaltó en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura de la Ciudad que en 2011 comenzaría con la obra de la línea G del subte para unir Retiro con Villa del Parque, apoyados en la incorporación de “mecanismos alternativos de financiamiento de proyectos estructurales” lo que permitiría realizar “un récord de estaciones nuevas y ampliar varias líneas”. 
 
Casi un año después, sin tanto bombo y platillo, casi en un susurro, el Gobierno de la Ciudad reconoció que las negociaciones para la construcción de la línea G se frustraron.
 
“Ya no estamos impulsando ese proyecto”, afirmó el presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo en declaraciones al bisemanario Diario Perfil.
 
Las razones que desde el Gobierno porteño dan al fracaso de las negociaciones con las empresas chinas que llevarían adelante el proyecto (construcción de las estaciones y tendido, coches, señalización, y todo aquello que requiera una línea nueva para funcionar) se fundan en que “la modalidad llave en mano, que no es otra cosa que pagar por un paquete completo y recibir la obra finalizada y lista para el servicio, representaba un costo más elevado que si se licitaran las diferentes partes de una mega obra”.
 
“El acuerdo para el financiamiento se concretó, el dinero estaba, un crédito por US$ 1.400 millones; pero no se llegó a un acuerdo en lo que al contrato comercial se refiere (coches, estaciones, etc). Ante la imposibilidad de acordar el proyecto completo, se frustró”, reconoció a NU una fuente gubernamental.
 
Si bien es cierto que no se logró el acuerdo entre empresas chinas y la Ciudad en lo que al costo final de la obra se refiere, no es menos cierto que tras estas negociaciones se disputó una dura interna entre el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, y el titular de SBASE, Juan Pablo Piccardo.
 
“Las diferencias entre Chaín y Piccardo vienen de larga data. A principios del año pasado, por estas diferencias, Macri resolvió quitar a SBASE de la órbita de Chain, y le dio rienda suelta a Piccardo para las negociaciones con los chinos. Chaín no ocultó nunca su desacuerdo con esta política de cerrar toda una gran obra con un solo proveedor, repetía en toda reunión que iba a ser más caro además de ganarse la molestia de empresas que podrían participar de las licitaciones parciales y también de no contar con el apoyo de los trabajadores de subtes a este modalidad de pago por obra integral. Chaín le hizo la vida imposible a Piccardo para que no pueda cerrar el acuerdo”, reconoció una voz del macrismo.
 
La intención de Piccardo de cerrar el acuerdo con los chinos generaba en Macri un gran interés, fundamentalmente porque esta modalidad “llave en mano” le garantizaba cierta celeridad en la finalización de la obra y la puesta en funcionamiento del servicio. En un plazo máximo de 5 años, y la posibilidad de contar con cintas para cortar a los 3, el Jefe de Gobierno porteño veía con muy buenos ojos esta propuesta. 
 
De iniciarse a mediados de 2011 como estaba pensado, Macri llegaría al electoral año 2015 con la línea G lista para su inauguración. Sin embargo, las demoras en llegar a un acuerdo, y la negativa de las empresas chinas a bajar el precio final de la obra, comenzaron a quitarle el principal punto a favor a una modalidad que, al representar un cambio en el sistema, generó oposición.
 
Chain contó a su favor con el paso del tiempo y con el argumento que la obra podría costarle a la Ciudad un 30 por ciento menos si se respetaba el histórico sistema de licitación, pero el traspaso del subte terminó de ponerle un punto final al proyecto ambicioso de Piccardo.
 
“Ahora en lugar de negociar con los chinos para construir una nueva línea, Piccardo tiene problemas más locales que resolver. Se viene el estudio del contrato con Metrovías, las obras en las viejas líneas para mejorar el servicio, las negociaciones con el Gobierno nacional, los gremios y más. No sería raro que Chaín recupere los proyectos para nuevas líneas de subtes, Piccardo va a estar muy ocupado con las viejas líneas”, concluyó la fuente PRO.