No va más: Córdoba define a los nuevos jugadores para explotar casinos

Córdoba define quién se queda con los casinos.

CÓRDOBA. La administración de Martín Llaryora en Córdoba se acerca a horas definitivas en lo que respecta a la nueva era concesionaria para los casinos y tragamonedas de la provincia. Al respecto, esta semana se conocerán a los beneficiarios que podrán explotar la actividad de las apuestas en al menos ocho instalaciones durante los próximos años.

Cabe recordar que el Gobierno provincial decidió terminar con la prórroga concedida a CET, la empresa que ostentaba la explotación hace más de 20 años en la provincia. Esa finalización, que debió haber ocurrido tiempo atrás, se concretó para renovar el circuito de casinos y tragamonedas a nivel provincial.

El proceso, a cargo de la Lotería de Córdoba, dejará en manos privadas la renovación que deberán enfrentar cada una de las casas de juego, que además están siendo desafiadas por la migración constante de los jugadores a las versiones virtuales autorizadas. En ese orden, la intención del Gobierno provincial es mantener vivo el circuito mediante el ofrecimiento de una experiencia diferencial, que incluya servicios de hotelería y gastronomía atractivos para el turismo, intención originaria de los casinos cordobeses.

Precisamente, la construcción inicial de los casinos en Córdoba respondía a la necesidad de impulsar la actividad turística en sectores postergados y con poco atractivo de visita. En ese orden, algunas de las salas que serán explotadas por privados son las de Corral de Bustos, Mina Clavero, Laboulaye, Embalse, Villa María, Miramar y Río Ceballos, además de la de Río Cuarto.

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De todos los casinos, Córdoba se queda con uno

El único casino que quedará en manos de la provincia será el de Villa Carlos Paz. Se trata de la única sala que presentó balances superavitarios, diferenciándose del resto que solo generó pérdidas para las arcas públicas hasta el momento.

Para Córdoba, el Casino de Carlos Paz será la “nave insignia”. Allí se desarrollan los juegos más complejos, que convocan a un sector de apostadores de nivel, además de resultar un atractivo importante dentro de la oferta turística de la villa serrana.

En el resto de los casos, las salas volcaban lo producido a la paga de salarios. Algo que deberá cambiar en manos de los privados.

La nueva licitación comprende, además, la explotación de los tragamonedas. Se trata de más de 4.000 máquinas que producen ganancias importantes y que se prevé se expandan hasta las 5.400.

Por otra parte, los nuevos actores deberán afrontar inversiones en hotelería y comercios en cada uno de los proyectos. Todo ello apuntando a promover el empleo en zonas poco favorecidas.

Al respecto se conocieron la presentación de ofertas por parte de Casinos Victoria (Daniel Angelici y Daniel Mautone), Boldt de la familia Tabanelli, el grupo mendocino Andesmar y Fuente Mayor, además de la propia CET que intentará retener la explotación.

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La Iglesia jugó

Dentro del proceso de rediseño del circuito del juego físico, Córdoba tomó en consideración el fuerte reclamo de la Iglesia Católica. Desde allí, el monseñor Ángel Rossi cuestionó duramente al Gobierno provincial por dar continuidad a la estructura de casinos y tragamonedas con una nueva licitación.

Las críticas fueron recibidas por el Centro Cívico, que reformuló algunas decisiones respecto a la ampliación de la cantidad de casinos. Respecto a ello, se dispuso la suspensión de la construcción de una sala de juego en Cruz del Eje, donde la antigua concesionaria CET deberá construir un hotel.