La ciencia de El Eternauta: ¿Qué pasa cuando los polos de la Tierra se invierten?

Entre tanta nieve y extraterrestres, en "El Eternauta" también hay ciencia real. ¿Qué es lo que ocurre con los polos magnéticos y los cinturones de Van Allen?

Por GERMÁN MOLKUC

En El Eternauta, la nieve es mucho más que un fenómeno climático: es el comienzo del fin. Aunque parece ciencia ficción pura, detrás del desastre hay una teoría científica con bases reales en donde se mezclan inversiones magnéticas, radiación espacial y una invasión alienígena que se cocina en silencio. Acá te contamos cómo encajan todas esas piezas en la historia.

"El Eternauta": La nevada mortal, explicada por la ciencia

Desde el arranque, El Eternauta te tira una escena de fin del mundo: una nevada blanca, silenciosa y hermosa… que resulta ser un veneno letal. Cae sobre Buenos Aires como si fuera cualquier tormenta invernal, pero al primer contacto con la piel, te vas derecho al otro lado. Y claro, nadie entiende nada al principio.

Ahí aparece Favalli (César Troncoso), el personaje que la tiene clara, y que empieza a atar cabos. Según su teoría, lo que estamos viendo es consecuencia de una inversión de los polos magnéticos de la Tierra. En criollo: el norte se vuelve sur y viceversa. Pero esto no es invento de la serie: en la vida real ya pasó varias veces en la historia geológica del planeta, solo que de forma mucho más lenta.

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En El Eternauta, la nieve letal sorprende a todos. Favalli propone que se debe a una inversión de los polos magnéticos, debilitando el escudo terrestre y permitiendo el ingreso de radiación.

El problema es que ese cambio provoca una baja temporal en la protección magnética de la Tierra, que normalmente actúa como un escudo contra partículas peligrosas del espacio. Ahí entran en juego los famosos cinturones de Van Allen ya mencionados en la serie de Netflix, que son como unos anillos de radiación que rodean al planeta y contienen partículas que vienen del Sol y del cosmos. En la serie, Favalli dice que, con el escudo debilitado, esa radiación logra colarse, se une con la humedad atmosférica y forma la nieve asesina.

Ahora, ¿esto puede pasar de verdad? No. En realidad, los científicos de la NASA explican que esa radiación queda bien arriba y no baja a la superficie. De hecho, ni los astronautas la ven, solo se mide con equipos especiales. Pero la idea de Favalli tiene su encanto, y si le sumás el componente extraterrestre que se viene después, todo cierra mejor.

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La teoría de Favalli mezcla ciencia real con ficción. Aunque los cinturones de Van Allen existen, la radiación no llega a la superficie. Pero dentro del universo de la serie, la idea funciona bárbaro.

Alienígenas: los verdaderos cerebros detrás del desastre

Con el correr de los episodios, se hace evidente que la nieve no fue un fenómeno natural. Fue el primer paso de una invasión alienígena pensada al detalle. Los extraterrestres no vinieron a jugar al truco: sabían lo que hacían. Primero desactivan a la humanidad con la nevada, cortando la comunicación, el transporte y sembrando el pánico. Después, mandan al ataque unos bichos enormes, parecidos a los cascarudos, que parecen salidos de una pesadilla.

Y más adelante se revela que estos extraterrestres tienen tecnología de control mental, con la que manejan a humanos como si fueran marionetas. Es decir, no solo matan o dominan, sino que además te usan para pelear por ellos. Como si quisieran convertir a los pocos sobrevivientes en soldados de una guerra aún más grande, con fines que ni ellos explican del todo.

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La nevada es solo la primera fase de una invasión alienígena. Los extraterrestres cortan comunicaciones, sueltan monstruos y controlan mentes, usando a los humanos como soldados en una guerra desconocida.

Lo loco es que la serie no te tira la información servida. No hay una nave madre ni un discurso del alien malo. Todo se va descubriendo de a poco, lo cual hace que te comas el suspenso mientras vas entendiendo que la nieve tóxica fue solo el principio.

En definitiva, además de ser una historia sobre la resistencia humana, El Eternauta también es una excusa para meter temas bien interesantes como los riesgos del espacio exterior, los cambios geofísicos de la Tierra y cómo reaccionamos frente a lo desconocido. Aunque la ciencia de la serie es más tirada de los pelos que exacta, está basada en datos reales y logra algo difícil: hacerte pensar que, tal vez, no estamos tan preparados para lo que venga del cielo.

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