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PRIMEROS EFECTOS

Autocensura e incertidumbre en los mercados de Hong Kong frente a la nueva ley china

Mientras en las redes sociales los usuarios de todo el mundo le dan el sentido pésame a Hong Kong y dan por muerta su democracia y su libertad en manos de la Ley de Seguridad Nacional de China, las consecuencias y los primeros rasgos de esta nueva etapa en Hong Kong ya comienzan a mostrarse teniendo en cuenta que los mercados y los grupos empresariales ingresan otra vez en una etapa de incertidumbre en la ciudad donde se encuentra uno de los mayores puntos financieros del mundo. Aunque no solo eso ya que al mismo tiempo los hongkoneses empiezan a practicar la autocensura.

El pasado miércoles 01/07 las autoridades de Hong Kong decidieron comenzar a regir la nueva Ley de Seguridad Nacional aprobada por el Partido Comunista Chino del Congreso hongkones que contempla severos castigos por los delitos de secesión, subversión, terrorismo e injerencia extranjera. Esto quiere decir que cualquier persona que se atreva a manifestarse en contra de China recibirá una represalia. Esta medida pone fin al marco conocido hasta el momento como "un país, dos sistemas" que se estableció en 1997 cuando Gran Bretaña le entregó la isla a China. 

Ambas partes hicieron un acuerdo que establecía que si bien Hong Kong pasaría a formar parte de China en términos administrativos y diplomáticos, las formas políticas y económicas se mantendrían estáticas sin necesariamente adaptar la estructura socialista y autoritaria que actualmente tiene China. Aunque estas reglas quedaron sin vigencia cuando se arrestaron a por lo menos 300 personas por manifestarse en contra de la ideología china. Es así que Hong Kong se hunde cada vez más en una era de incertidumbres. 

Es así que los empresarios y las entidades financieras están preocupadas por el futuro de la Bolsa de Hong Kong teniendo en cuenta que sigue siendo un símbolo capitalista en medio de Asia y que es una de las bolsas más importantes del mundo luego de Nueva York y Shangai. Claro que el temor de la mayoría de los empresarios es que la intervención de Chia provoque cambios en el estatus comercial que hoy tiene Hong Kong. Es por eso que el Ministerio de Relaciones Exteriores del país pero enviado por Beijing, aseguró a los empresarios que no había nada que temer. 

Si bien las aguas fueron apaciguadas desde un principio luego de ver a aproximadamente 300 detenidos y medios de comunicación en peligro con la llegada de una legislación tan amplia, algunos empresarios hasta temen que "una disputa comercial con una empresa china podría interpretarse como una violación de la ley", explica The Wall Street Journal. Es así que el futuro de la ciudad al fin y al cabo está en manos de cómo las autoridades quieran interpretar las limitaciones de la ley. 

"Básicamente van a ejecutar su propio juego, y eso es preocupante", explicó a WSJ, Christine Yang, abogada de Hong Kong en una compañía que fabrica equipos de protección personal. Si bien cuando la legislación fue aprobada y anunciada por primera vez los mercados cayeron casi un 6%, esa ya no es la situación, de hecho el pasado miércoles cerraron a la alza y un gran guiño de optimismo hacia los planes y las supuestas buenas intenciones de Xi Jingping. 

Al mismo tiempo, miles de ciudadanos se muestran contra la legislación y buscan apoyo donde sea, desde Donald Trump hasta Boris Johnson y las marcas que consumen a diario. Aunque esto último es un problema ya que si los gigantes como HSBC hacen comentarios con respecto a la invasión China, corren el riesgo de enfrentas sanciones o perder el acceso al mercado  si hablamos de otras grandes marcas. Esto nos lleva directamente a la autocensura que ya comenzó en el país por temor a las consecuencias. 

Si bien lo que sucede en el interior de China es desconocido por el resto de los países teniendo en cuenta que el Partido Comunista siempre decidió manejarse con cierto secretismo y autoritarismo, es de conocimiento internacional que la libertad de prensa y de expresión está prohibida en China. Y ahora también lo estará en Hong Kong. Es por eso que quienes ahora toman precauciones de qué dicen o qué hacen no solamente son los activistas, los profesores, los periodistas sino también las personas comunes que hasta meses atrás estaban protestando en las calles. 

"Jonathan Chan, copropietario de un restaurante que apoya abiertamente el movimiento, eliminó todos los carteles y materiales que hacían referencia a la independencia de la ciudad", cuenta el WSJ al recopilar historias de personas que deciden seguir luchando por la causa de la democracia y los derechos humanos en silencio. Esto teniendo en cuenta que la ley incluye castigos de hasta cadena perpetua y, otra vez, es un misterio con que lineamientos se va a aplicar y sobre quien. 

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